10 octubre 2024

YA HUELE A CASTAÑAS por Juan Alfredo Bellón para  EL MIRADOR DE ATARFE del domingo 28-10-2016

El otoño es como la primavera, que no lo hace un turbión tormentoso ni un brote floral; y eso que este viene siendo predominantemente lluvioso y tormentoso y aquella aún no sabemos cuántas flores traerá, unque al paso que vamos, parece que serán muchas. Por eso, durante las pasadas Cabañuelas, leíamos el advenimiento de un inminente otoño-otoño sin creérnoslas demasiado, dados los antecedentes de campañas inmediatamente anteriores, a pesar de los signos premonitorios de la meteorología parda, y la realidad está colmando nuestros deseos: llueve a manta aunque a nosotros el agua no nos ha llegado al bigote de arriba; parece que habrá setas a punta de pala y las brigadas de obras se pasarán la estación con el culo en burra y de la Ceca a la Meca limpiando ramblas y salvando a víctimas inocentes de morir arrambladas por la fuerza de los torrentes desbocados, casi enterrradas entre el fango y las cañaveras. Y lo más grande, ese camión de bomberos con tres hombres y el tanque repleto de agua, nadando como una nave anfibia y sepultado en el fango costero, oliendo a cieno fresco apelmazado y a tormenta de otoño.

Y luego están las frutas de estación: los madroños, las algarrobas, las azofaifas, los caquis, las majoletas, las bellotas, las nueces, las batatas y los boniatos, tan frecuentes y abundantes en las Alpujarras granadinas y almerienses y en toda Andalucía oriental. Y en el terreno plástico y visual, los castaños enrojetidos cuyas hojas se incendian antes de caerse (aquí no hay arces) y en el plano olfativo, el olor a madera mojada y a hojas secas y, sobre todo, en los paisajes urbanos otoñales, el olor a castañas asadas en carbón vegetal o mineral, el tributo de la materia orgánica inflamable sobre don Otoño y sus depredadores rurrales y urbanos, que somos nosotros, y además están las setas, níscalos y champiñones, de carnes más delicadas que las de doncella, tiernas y turgentes a un tiempo, de olfato penetrante y efectos certeramente letales, en su caso, esperando a la persona o animal incautos y perdididos por la gula de su belleza sana y venenosa, como de cuento de hadas madrinas y padrinas, como diríamos ahora para instalarnos en lo políticamente (ultra)correcto.

Y para saber cuál es el sentido más tópicamente otoñal, yo diría de su olor y tacto que son los más sentimentales de la paleta sensorial, los más melancólicos y hogareños, los que más delatan a los muertos, así la nueva piel del cutis de Aznar, con el pinganillo del micro inalámbrico asomándole por entre las greñas demodés que escoltan a un bigote inpertérrito enunciando palabras sin voz y con significado profundamente amenazador, rebotando en Casado, el eco malogrado de la ira esteparia, seudoespañola y seudocastellana, aprendiz del figurín aznariano, que parece no haber leído nunca a Hernández Mancha ni a Rajoy (excepto en sus trabalenguas y en sus trabamentes) ni a Jorge Vestrige, ni a Juanma Moreno Babilla, ni a la Fátima Carlos II Bañes, ni Campeón de Invierno Arenas: Hojas del árbol caídas juguetes del viento son. Eso lo dijo (bis) / uno que estaba arando / en un cortijo. Y Fraga, que era más listo, no lo hubiera dicho jamás, porque no se le hubiera ocurrido cantar victoria ni repartirse la piel del oso (ni la cesta de los madroños) antes de haberlo matado (al uno) y recolectado (a los demás).

Y encima este año, además de oler a castañas, apesta a elecciones andaluzas y se repiten otra vez los anuncios de triunfo socialista y la histeria del PP y sus también subsiguientes y excesivas rabietas que, como al muerto que resucitó en un féretro enterrado boca abajo, los unden cada vez más en la tierra y en la miseria electoral. Ojala. Y como una de las acepciones figuradas de castaña es ‘pedo’, ventosidad intestinal, follo, boniato, cuesco, etc. se le tiene por ‘fruto [oloroso]del otoño’ y va sustancialmente ligado al olor. Como el Partido Popular que, sobre todo en Andalucía, hiede desde su fundación a la antigua y caciquil derechona que, hasta ahora, no ha podido doblegar en las urnas al pueblo andaluz ni parece que lo vaya a hacer en los próximos comicios regionales… y los que nos puedan rondar, Morena; Casado, mordiendo el polvo como Aznar y Sánchez, defendiéndose cual jabato de primavera, verano, otoño e invierno. Rato, en chirona y el militar de La Manada, fuera del Ejército Español. Rien ne va plus! Ça marche!

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