Los investigadores Enrique Herrera-Viedma y Javier López-Gijón de la Universidad de Granada acaban de publicar una carta1 en la prestigiosa revista científica Science en la que analizan la función social que cumplen hoy las bibliotecas públicas.

El New York Times ha formulado recientemente esta pregunta: ¿Todavía necesitamos bibliotecas? Las respuesta de los autores de la carta es clara: Sí, aunque el servicio y la orientación han de cambiar para adaptarse a los nuevos tiempos.

Es evidente que con la generalización del uso de internet y de buscadores tan potentes como Google el papel de las bibliotecas como exclusivo reservorio y dispensador de conocimiento se ha visto completamente mermado. Sin embargo muchas bibliotecas han evolucionado ofreciendo nuevos e insustituibles servicios de gran valor para la sociedad. Según los autores las bibliotecas son espacios para leer, aprender, pensar y lugares donde la gente puede compartir experiencias de conocimiento. La gente podría ir a la biblioteca a consultar libros, usar internet, a ver un documental o escuchar un disco. Puede ir allí a aprender cómo abrir una cuenta del banco, tomar distintas clases, escuchar conferencias, todo ello en contacto con otros usuarios. En países como Estados Unidos, Holanda o Inglaterra, algunas bibliotecas se están adaptando a estos cambios.

En España, al igual que todo lo público, las bibliotecas se están viendo atacadas. No solo a través de recortes, falta de interés de la administración o abandono, sino directamente por la amenaza de cierre definitivo. Este fue el caso de la biblioteca del barrio Zaidín de Granada cerrada recientemente por las autoridades. Los vecinos se levantaron contra este abuso y desconsideración por parte de la administración y finalmente han conseguido su reapertura. Evidentemente, para los vecinos la biblioteca era mucho más que un almacén de libros.

A mí personalmente me consta cómo algunas excelentes bibliotecas públicas están sufriendo duros ataques articulados mediante lo que se conoce como «mobbing» hacia sus gestores a través de todo tipo de reasignaciones de tareas sin sentido, sobrecargas de trabajo innecesarias o mal orientadas, falta de reconocimiento de la labor o directamente falta de respeto o desprecio. Todo esto además de los enormes recortes de presupuesto. En estos momentos de crisis, desde Globalízate queremos solidarizarnos con el colectivo de bibliotecarios españoles. Su padecimiento actual puede no ser tan visible como el del sector de la sanidad pública, pero su función social es de una importancia vital si aspiramos a una sociedad que no se base solamente en el ladrillo y en el modelo Eurovegas.

El ataque a los espacios públicos con valor social añadido es una constante en todos los lugares en los que las doctrinas neoliberales se están implantando sin freno. Todo aquello que no esté orientado a generar un bien monetario privado no es computable, supone una amenaza y se tacha de despilfarro. Hace poco también escribí un artículo2 sobre el inmenso valor social de las colecciones de animales de los museos de ciencia (también bajo amenaza). Un ejemplo más de cómo pequeños espacios públicos que suponen inversiones realmente pequeñas nos ayudan a vivir en un mundo mejor para todos, no solo unos pocos.

Louis Lasalle para Globalízate,

Referencias

1 Herrera-Viedma, E., López-Gijón, J., 2013. Libraries’ Social Role in the Information Age. Science 339, 1382.

http://www.sciencemag.org/content/339/6126/1382.1.full?sid=6bcb6d2b-7aca-44ad-b512-e09a89af463b

2  Lasalle. L. 2013 Lo pequeño es hermoso… y también útil. Globalízate

http://www.globalizate.org/getArticle?authors=Louis+Lasalle&date=2013-01-25&title=Lo+pequeno+es+hermoso%85+y+tambien+util

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