Moncloa y el PSOE contraponen la España del futuro y de las manifestaciones feministas «al cordón sanitario y machista» de las derechas en la plaza de Colón

El presidente Pedro Sánchez recibió este sábado, a primera hora, un dosier de 32 páginas con el impacto de las más de 500 manifestaciones feministas que se multiplicaron por toda España el viernes en un amplio abanico de la prensa internacional. La repercusión fue inusitada y la «satisfacción» en La Moncloa y el PSOE enorme. Camino de Valladolid, donde dio un mitin electoral, comprobó así que las noticias sobre las marchas en España salían en portada y en positivo en los medios más importantes de Francia y Rusia y referencias en los del Reino Unido, Estados Unidos o Brasil. Su mitin ya iba a volcarse en mensajes sobre las mujeres y sus necesidades, pero el asunto monopolizó el acto y será a partir de ahora nuclear de próximos Consejos de Ministros y de las intervenciones de todo su gabinete.

En ese combate se ve positiva la implicación cuando se vea oportuno de su mujer, Begoña Gómez, como hizo el viernes al frente de la pancarta en Madrid, en su condición de «madre, trabajadora y una militante más de la causa feminista». Y se recuerda que la vicepresidenta, Carmen Calvo, iba en esa cabecera tras un eslogan del PSOE «no institucional».

A esa hora Pablo Casado, el líder del PP, viajaba de Elche (Alicante) a Cartagena (Murcia) para participar en una convención sobre la familia. Su obsesión fue no citar la palabra aborto. Y no lo hizo. Quiere evitar a toda costa que el PSOE le ataque en esta campaña por ese flanco y por el de la exhumación de Franco. Y dedicó su intervención a reconocer por un lado que el debate sobre el aborto (sin citarlo) está bastante superado en España, que su resolución estaría en todo caso en manos de la Justicia y prometió así que el PP no entrará a prejuzgar los comportamientos o pensamientos íntimos al respecto de las mujeres. Casado prometió una ley de apoyo a la maternidad (con más incentivos económicos, fiscales y sociales), habló de conciliación, de adopción y de educación. Y esa bajada del diapasón le sirvió para reafirmarse en que hizo bien en desmarcar al PP de las manifestaciones de un «feminismo excluyente y divisor» que no es el suyo, que define como «positivo e integrador». Fuentes del PP próximas al líder aseguran que no se arrepiente y que no perdió votos entre su electorado de centro derecha.

La superior movilización de este 8M con respecto a la del año pasado refuerza, según los estrategas del PSOE, su planificación. «Las imágenes que vimos en todas las plazas y calles de España son las de la España de hoy y de mañana. La imagen de la plaza de Colón es a la que no queremos regresar», fue la idea de este 8M que contrapuso ayer Sánchez a la concentración «del cordón sanitario» de PP, Ciudadanos y Vox. «En la derecha hay más siglas que ideas. Más testosterona que neuronas», remarcó. Una de las ideas fuerza de sus últimos mítines es que este es el «siglo de las mujeres» y que, por tanto, «quien quiera expulsar a las mujeres de la política será expulsado de la política por las mujeres». Y ahí enlaza con el «peligro» de calificar a la violencia de género como doméstica o intrafamiliar como hizo Vox y estuvo tentado el PP.

Un Gobierno «feminista»

En el PSOE no pararán ahora de presumir del Gobierno con más ministras de Europa –11 de 17–, y todas, salvo Nadia Calviño, irán en puestos de salida en las listas. La vicepresidenta Calvo será la número dos de Madrid, tras Sánchez, y ha tenido y tendrá un papel relevante en este periodo.

Sánchez encarará las urnas con una batería de políticas sociales pensadas para las mujeres, tan transversales en lo ideológico como el registro horario de la jornada laboral aprobado en el último Consejo de Ministros. Entienden en su equipo que esas iniciativas benefician sobre todo a las mujeres con trabajos parciales. El Ejecutivo aprobó la semana pasada, vía decreto, la ampliación del permiso de paternidad de cinco a 16 semanas en 2021, la transparencia salarial para evitar la discriminación por sexo y la recuperación de cotizar a la Seguridad Social para los cuidadores no profesionales de dependientes, mujeres en su mayoría, que eliminó Mariano Rajoy. «¿Qué feminismo defiende [Albert] Rivera cuando Ciudadanos va a la manifestación pero dice que va a votar contra de la ampliación de los permisos de paternidad?», fue la cuestión más que retórica que Sánchez lanzó desde su mitin.

Ciudadanos y Podemos, sin complejos

ELSA GARCÍA DE BLAS

Ciudadanos ha corregido este año su posición con respecto a la jornada de reivindicación feminista y se sumó el viernes sin reservas y sin la frialdad del año pasado a la manifestación, en la que participaron sus principales mujeres dirigentes, con Inés Arrimadas a la cabeza. El partido se ha diferenciado del PP y Vox al abrazar la bandera del “feminismo liberal”. Arrimadas quiso destacar así, más allá del manifiesto, que en la protesta reivindicativa y festiva debían caber todas las visiones de los que quieren “la igualdad entre hombres y mujeres”. Albert Rivera ayer se reafirmó en esa posición y en la defensa de las causas relacionadas con la libertad: “Ciudadanos está el día del Orgullo Gay; en la plaza de Colón, o de San Jaume”.

Unidas Podemos apelará al voto de izquierdas crítico con el PSOE con un discurso en el que se reivindica como “la única garantía” que existe para que el Gobierno “no le tiemblen las piernas” e impulse medidas sociales. Este continuará siendo el discurso de su líder Pablo Iglesias en la campaña, en la que aspiran a capitalizar su defensa de las políticas de igualdad.

FOTO: Pablo Casado, presidente del PP, el sábado en Murcia. En vídeo, el 8M más político Foto: M. Guillén (EFE) | Vídeo: ATLAS

 

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