Casi el 40% del personal de enfermería tiene el ‘síndrome del trabajador quemado’, según un estudio de la UGR
Casi el 40 por ciento del personal de enfermería del Servicio Andaluz de Salud (SAS) presenta niveles altos del ‘Síndrome de Burnout’ o del ‘trabajador quemado’, un trastorno psicológico que afecta a muchos trabajadores que viven en un estado de estrés y ansiedad permanente.
Así lo desvela un estudio realizado por una investigadora de la Universidad de Granada, Lucía Ramírez Baena, que ha realizado su tesis doctoral en el marco del programa de doctorado en Psicología de la Escuela Internacional de Posgrado sobre este síndrome.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) acaba de incluir el ‘Síndrome de Burnout’ en su Clasificación Internacional de Enfermedades (CIE-11) como un problema asociado al empleo. Aunque ya en el 2005, tanto la Asociación Americana de Psiquiatría (APA) como la OMS se hicieron eco de este grave problema de salud, no fue hasta 2010 cuando la Organización Internacional del Trabajo (OIT) lo incluyó en la lista de enfermedades profesionales.
Hasta hoy no existía ningún diagnóstico médico que reconociese este síndrome en Europa, excepto en países como Suiza y Holanda, que habían aunado esfuerzos para reconocer dicha enfermedad profesional. Pero gracias a las nuevas investigaciones al respecto que sustentan la gravedad de la situación actual en los trabajadores, como los aportados por esta tesis doctoral, se ha hecho posible que a partir de 2020 (según afirma la OMS), el Burnout pueda ser motivo de baja laboral.
Este síndrome, de carácter tridimensional, destaca por cansancio emocional, despersonalización y baja realización personal que sufren los trabajadores que lo padecen. Todos los colectivos profesionales pueden verse afectados, aunque son grupos más vulnerables aquellos que prestan sus servicios de cara al público.
Un problema de salud pública
“Los profesionales de enfermería son unos de los más afectados por el Burnout, y este constituye un verdadero problema de salud pública, que afecta tanto a los profesionales de la salud como a las instituciones y empresas, así como a la seguridad del paciente”, explica Ramírez Baena.
Además, existen diversos factores de riesgo que pueden hacer que un trabajador se queme antes o en mayor medida que otro, como es el género, el estado civil, el número de hijos o la personalidad del profesional. Así, según los resultados de esta investigación de la UGR, se puede concluir que los enfermeros hombres, solteros y sin hijos tienen mayores niveles de Burnout.
“Todo esto apunta al importante factor protector que ejerce la familia y/o la pareja como factor motivacional para ir a trabajar. También rasgos de personalidad neurótica, pueden predisponer a quemarse en el trabajo”, señala la investigadora de la UGR.
Por lo tanto, es importante seguir investigando en el síndrome de Burnout, ya que se vaticina una ‘avalancha de profesionales quemados’ a los que hay que dar una respuesta y un abordaje terapéutico integral, permitiendo la recuperación y la reinserción laboral lo antes posible, señala la autora.
Lucía Ramírez Baena es enfermera del SAS y profesora en el Centro Universitario de Enfermería de Cruz Roja, adscrito a la Universidad de Sevilla.
Su tesis doctoral titulada “Prevalencia de Burnout e identificación de Grupos de Riesgo en el Personal de Enfermería del Servicio Andaluz de Salud (SAS)” ha sido dirigida por Emilia Inmaculada de la Fuente (catedrática en la Facultad de Psicología de la UGR) y Guillermo Cañadas (profesor en la Facultad de Enfermería de la UGR).
Esta tesis doctoral se enmarca dentro del Grupo de Investigación HUM-183 de la UGR, que lleva años investigando sobre el ‘Síndrome de Burnout’.