Las 20 mejores canciones internacionales de 2019
Si andabas buscando un recopilatorio de las canciones más reproducidas de 2019, te has equivocado de hoguera porque, para bien o para mal, la redacción de Fuego y Chinchetas genera sus propias listas de reproducción y contempla los designios del mainstream desde una trinchera repleta de (afilados) mecanismos de seguridad.
De vez en cuando obviamos nuestros prejuicios para darnos un baño de realidad —no se puede vivir de espaldas al mundo—, pero nuestro plan para gobernaros a todos pasa por contaminar filias musicales, no al revés. Por eso celebramos que nuestro resumen anual se haya llenado de artistazas que no conocíamos hace solo unos meses o que haya tantos grupos capaces de seguir creando obras maestras del pop con los mismos instrumentos de siempre. ¡Pasen y lean!
20. Gracias por nada (Little Jesus)
La penúltima sensación del indie mexicano se llama Little Jesus y abandera un nuevo género: el tropipop. Con el guitarrista Santiago Casillas al frente, la banda lleva en sus genes lo mejor del pop y el rock alternativo en español —Café Tacvba, Maga, o Él Mató A Un Policía Motorizado—, pero también algo de Foals o Vampire Weekend. Ingredientes de los que se han servido para retorcer melodías en el espléndido Disco de oro. Un trabajo repleto de singles en potencia que esconde una pequeña joya en su penúltimo corte. ¡Gracias por todo, Little Jesus!
19. Mariners Apartment Complex (Lana del Rey)
Lana del Rey tiene algo que no tiene nadie más: canta como las grandes estrellas de la era dorada (predigital) y, a la vez, consigue que sus canciones evoquen mucha modernidad. ¿Acaso tiene una máquina del tiempo? La crítica no se pone de acuerdo en si el adictivo Norman Fucking Rockwell! es o no su gran obra maestra y la discusión tiene cierta razón de ser, pero todo se nos olvida en cuanto empiezan a sonar las primeras notas de Mariners Apartment Complex. ¡Pura belleza!
18. Keep The Change (Mattiel)
Desde que la vimos en el Low Festival nos enamoró de tal manera que no hemos podido parar de escuchar su embriagadora voz. Con una polivalencia estilística que más quisiera alguno y bajo el ala de Jack White, esta chica que se crió en una granja de Georgia ha conseguido ser una de las esperanzas más importantes del R&B estadounidense. Con su Keep the change revitaliza con una letra soñadora en la que promete dar todo lo que tiene, eso sí, desde su independencia. Mattiel Brown, que empezó a hacerse hueco en el mundo con su trabajo como diseñadora grafica, decidió volver a sus inicios y regresar –como si de un retiro espiritual se tratase– a la granja donde el ambiente hippie para descubrir su faceta de cantante que le ha llevado ya a publicar dos discos, el último este Satis factory de 2019. Una joven y auténtica frontwoman empoderada sobre las tablas.
17. sad day (FKA twigs)
La música de la británica Tahliah Debrett Barnett es elegante, misteriosa, rabiosamente moderna y, a veces, también un poco desconcertante. Inspirado en la figura de María Magdalena, MAGDALENE, su segundo disco, ha tardado cinco años en llegar, pero el resultado ha maravillado a la crítica de medio mundo (y a nosotros también). De padre jamaicano y madre medio española, la artista antiguamente conocida como Twigs ha vuelto a demostrar que –igual que Grimes– domina a la perfección los códigos del pop contemporáneo. Pero si fuera solo eso no resistiría las comparaciones con Bjork, Anohni o James Blake… ¡y vaya si lo hace!
16. Kiss Like The Sun (Jake Bugg)
Jake Bugg lleva dos años sin publicar nuevo disco pero el adelantado del nuevo trabajo que tiene pensado publicar en 2020 es un cañón. Kiss like the suntiene una guitarra potente que se aleja un poco del folk y del country de anteriores temas. Un chute de energía que pone de buen humor al instante y hace que te den ganas de comerte el mundo
15. El perro (Él mató a un policía motorizado)
Los argentinos Él mató a un policía motorizado han vuelto con La otra dimensión, su cuarto disco tras su trabajo homónimo en 2004, La Dinastía Scorpio (2012) y La Síntesis O’konor (2017). El perro es el mejor amigo del hombre y por eso Santiago Motorizado, vocalista de la banda, se pregunta «¿dónde está?». Una canción que se basa en una batería penetrante y un noise rock fusionado con una letra nostálgica: «No te vayas de mi / Ya no quiero estar solo». Un tema que usa la analogía del perro para referirse a las personas que le rodean, o quien sabe si se señala a él mismo para preguntarse qué rumbo está cogiendo en la vida. Una letra que puede llegar a recordar a El perro de tu señorío que canta Carolina Durante en su disco, los mismos que les mencionan en su canción Las canciones de Juanita con ese «sonaría Él mató, pero nunca policía». EMAUPM –que ya tiene fijadas 13 fechas en España este 2020– con este elepé le da una nueva visión a su obra y cuenta con nuevos temas como este ‘El perro’ pero que grabaron cuando estaban en el estudio cocinando su tercer trabajo
14. Bags (Clairo)
Parece increíble, pero cuando se refieren a la música de Clairo muchas veces mezclan los términos “aburrida” y “encantadora” en la misma frase. Esta joven de 21 años nacida en Boston acaba de sacar su primer disco Immunity donde muestra un pop nebuloso sobre sus inquietudes adolescentes. La estadounidense, que se dio a conocer en 2017 con su single Pretty girl, ha conseguido que Bags se convierta en un tema reivindicativo para el colectivo LGTBI. Claire Cottrill a.k.a. Clairo cuenta una historia personal en la que un mar de dudas se instauró en sus sentimientos cuando empezaba a sentir algo más que amistad por su mejor amiga: «Pardon my emotions, I should probably keep it all to myself» («Perdón por mis emociones, probablemente debería guardarlo todo para mí») y «Can you see me using everything to hold back?» («¿Puedes verme usando todo para contenerme?»). Esa contención para evitar el rechazo y que todo acabe en burlas o en ver salir a su amiga por la puerta con las maletas. Miedo al adiós para siempre. Una voz tímida y casi temblorosa que se camufla entre unos ritmos que parecen el aleteo de las aspas de un helicóptero todo gracias a un exVampire Weekend que se ha puesto a los mandos de este debut por todo lo alto.
13. Hero (Michael Kiwanuca)
Hay unos acordes de esta canción que se repiten insistentemente y se te clavan hondo. En la letra se repite una y otra vez si ahora es un héroe para acabar recordando de forma indirecta que todos vamos a morir. Kiwanuka no ha decepcionado en su tercer disco, uno de los mejores del año.
12. Barefoot in the park (James Blake)
La combinación James Blake-Rosalía nos ganó desde la primera escucha. Esta canción es como una ensoñación en la que la voz en castellano de la catalana y la del inglés van fluyendo y los dos se pasan al otro idioma en algún momento. Un tema que mece y estremece. Está dentro del último disco de Blake, Assume form, creado después de salir de una depresión y no es la primera vez que de un momento tan malo salen las mejores obras.
11. Juice (Lizzo)
Gracias a Lizzo se ha colado un poco de funky en nuestra lista. La cantante, que rompe todos los estereotipos y luce con orgullo su cuerpo, no deja desaprovechar esta canción para lanzar un mensaje muy reivindicativo: «Nací así, ni siquiera tengo que intentarlo (ahora lo sabes). Soy como el Chardonnay, mejoro con el tiempo (para que lo sepas)», canta mientras baila imitando a Jane Fonda en el videoclip, otra obra de arte. El flow es esto.
10. Super Sad Generation (Arlo Parks)
Cuesta describir la música de Arlo Parks. Su fraseo es tan poético como el de Kate Tempest y tan magnético como el de The xx, pero sus temas no desentonarían en un disco de Jorja Smith. El resultado, claro, es adictivo. Super Sad Generation tiene un poso muy melancólico («yesterday I heard you say / everything will sort itself if I get to LA«), pero su melodía te atrapa y, sin darte cuenta, la acabas escuchando en bucle, adentrándote en la angustia vital de una adolescente que vive en el extrarradio de Londres. Y bueno, a todo esto, aún no ha sacado ni su primer disco..
9. Hot motion (Temples)
No os negaremos que desde que Temples irrumpió en nuestros oídos con Sun structures (2014) y Volcano (2017) hemos disfrutado de la psicodelia de otra manera. Por eso, llevábamos un tiempo frotándonos las manos a la espera de su tercer disco Hot motion. En Ebrovisión vimos el interior de las faldas de este elepé que por entonces aún no se había publicado, y donde la banda británica le da relevancia al brexit (no como querría Boris Johnson) en el concepto creativo. En cuanto al tema que lleva el mismo título que el álbum, Bagshaw y sus Temples recrean una historia de catorce días que acaba en medio de un océano en el que dejan que «el cuerpo fluya». Las guitarras vuelven a ganar presencia –en detrimento de los sintes que en Volcano cogieron la delantera sonora–pero las usan como si fuesen un trampantojo. Aunque parezca mentira, gran parte de ese sonido sintetizado sale de una guitarra. Esos cuatro chicos con flequillo recto, pelo alborotado y vestimenta mod lo han vuelto a hacer, pero con una sutileza que les ha elevado a nuestro top 10. Pd: el líder de Temples también aparece en la lista nacional de Fuego y Chinchetas ya que ha producido Universo por estrenar, de Anni B Sweet.
8. Boy In A Better Land (Fontaines DC)
No falla: en cuanto las cosas se complican, el punk rock reaparece. Empezamos a notarlo con Biznaga o Idles y, en paralelo a la situación socioeconómica, la cosa está yendo a más. No podemos decir, por lo tanto, que la irrupción de los dublineses Fontaines DC nos haya cogido por sorpresa. Pero sí nos ha alegrado, agitado y, en cierto modo, despertado. La prensa británica les ha puesto por las nubes, destacando Dogrel como mejor disco del año en varias listas. ¡Lógico! Uno no es consciente de cuánto necesita gritar y saltar hasta que suena un hitazo así.
7. What happens to people? (Deerhunter)
Dos preguntas: Why hasn’t everything already disappeared? (¿Por qué no ha desaparecido todo?) y What Happens to People? (¿Qué le pasa a la gente?). La primera es el nombre del octavo disco de Deerhunter, la segunda es mucho más directa y pertenece a una de las mejores canciones que han hecho en este 2019. Bradford Cox se pone trágico en este álbum, a veces muy claro y otras veces más generalista, como ocurre en este corte donde él mismo describe como una «elegía a las emociones». Una libre interpretación que refleja la desconexión total de la ciudadanía. «What happens to people? / They quit holding on / And they’re locked out» («¿Qué le pasa a la gente? / Dejaron de aferrarse / Y están bloqueados»). La banda de Atlanta se envuelve en una tristeza lírica (visto está con esa negatividad social que tiñe la canción) que lucha contra unos sonidos más alegres como el que da la marimba, instrumento que Cox y compañía han usado bastante en este disco. El ambient punk característico de Deerhunter se mezcla con una niebla de dream pop que pudimos disfrutar este año en el Tomavistas.
6. Runaway girl (Kakkmadafakka)
La energía de esta canción es contagiosa y tiene uno de los estribillos más pegadizos de toda la lista. Los noruegos Kakkmadafakka ya nos conquistaron hace tiempo y es que es una de esas bandas que alegran cualquier fiesta, aunque los invitados no conozcan ni lo que está sonando. Runaway Girl no está entre sus temas más conocidos pero en Fuego y Chinchetas tuvo un hueco importante en nuestra lista de febrero y nos hemos pasado el resto del año escuchándola en bucle.
5. Wedding bells (Metronomy)
Los sintetizadores setenteros enarbolan gran parte de este Metronomy forever, sobre todo en este Wedding bells que viene a decir lo mismo que aquel mítico Te casaste, la cagaste de Los Inhumanos. Una batería punzante oscurece un tema en el que Joseph Mount y sus compañeros de formación explican como la boda de un mejor amigo puede ser una verdadera tragedia ya que no volverás a saber nada de ellos. Las bodas, o mejor dicho, no ir a las bodas es una de las obsesiones de esta banda londinense que encara su sexto disco con una frescura abrumadora. Este corte que destacamos y que se encuentra en el disco casi cuando ya se está acabando, tiene una antesala en que sirve de intro del elepé –Wedding– donde retumban las campanas de boda de las que huyen en Wedding bells. Upset my girlfriend sirve para que los novios bailen pegados y Salted caramel ice cream para que la gente se desmelene en la barra libre. Este trabajo no solo se queda ceremonias matrimoniales, también encontramos un mundo bañado por riffs de guitarras en Lately y Insecurity. El volcán de Metronomy ya está en erupción.
4. Seventeen (Sharon Van Etten)
Tendemos a pensar que está todo inventado. Una premisa un tanto cínica que, en cualquier caso, dota de más valor si cabe a hazañas como la de la neoyorquina Sharon Van Etten, que se ha marcado un discazo con oficio, con talento y sin sacarse conejos de la chistera. Remind Me Tomorrow es un gran disco, pero la nostalgia sintética de Seventeen sobresale por encima de la media.
3. I Fold You (Elder Island)
Al principio pueden recordar a Beach House, The xx o Florence & The Machine, pero es importante seguir escuchando para dejarse llevar por el in crecendo final. ¡Es tan bestia! A medida que van pasando los segundos, el minismalismo se desmorona —capa a capa— hasta que el ritmo, los sintetizadores y el chelo se van fundiendo con la voz de Katy Sargent y todo explota en una orgía bailable y apoteósica. The Omnitone Collection es un primer disco muy prometedor que estamos echando de menos en otras listas. Pero si este trío de Bristol mantiene el nivel, todo apunta a que en el futuro nos va a surtir de muchos temazos
2. Harmony hall (Vampire Weekend)
Los neoyorkinos Vampire Weekend han regresado a nuestros oídos tras una larga espera de seis años tras su Modern Vampires of the City. Ahora es el turno de su cuarto disco de estudio titulado ‘Father of the bride’ que llega a extenderse en un total de 18 cortes que duran prácticamente una hora y en el que estacamos canciones como Sympathy, 2021 o este Harmony hall que ha acabado elevándose hasta el podio internacional de Fuego y Chinchetas y que gozamos en el Mad Cool. Un esperadísimo trabajo en el que se confirma que VW empieza ya a ser un proyecto personal de Ezra Koenig (líder y vocalista de la banda). Sus compañeros siguen en la alineación titular de grupo que a cada paso que da se va viendo una arcticmonkeytización ya que las letras, la producción y el sonido las dirige el mismo Ezra. Un álbum que juega con un concepto en el que el propio artista empatiza con un mundo exterior al que él no pertenece vista su posición privilegiada –Vampire Weekend siempre ha sido vista como una banda pija–. Harmony hall es de lo mejor de este año por ese mensaje, ese piano atrapante, un sonido muy Madchester del 90 y ese contradictorio estribillo que ya usaron en Finger Back de su anterior disco y que dice aquello de «I don’t wanna live like this, but I don’t wanna die» («No quiero vivir así, pero no quiero morir»).
1. Bad guy (Billie Eilish)
Billie Eilish acaba de cumplir 18 años y se ha convertido en todo un fenómeno musical, precisamente porque representa todo lo que habitualmente se relaciona con una estrella mundial. Bad guy es una de las canciones del año y acumula ya más de un billón (con B) escuchas en Spotify. Su ritmo atrapa desde el primer momento y su letra es muy crítica con «los tipos duros» que hay por ahí. Quien no haya escuchado esta canción es que no tiene oídos y quien crea que no es un tema estupendo, tampoco. Si sigue manteniendo su personalidad e independencia, la de Eilish puede ser una carrera muy prometedora.
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