22 noviembre 2024

Llevamos semanas viendo apocalípticas imágenes de los devastadores e incontrolables incendios en Australia

El país se está enfrentando ante una crisis incendiaria sin precedentes que ya se ha llevado la vida de al menos 25 personas y que está provocando que muchas familias tengan que abandonar sus hogares.

Además, la fauna salvaje también está pereciendo entre las llamas.

Todas las claves de la ‘pesadilla’ de Australia

Las poblaciones de uno de los animales más emblemáticos de Australia, el koala, está disminuyendo drásticamente.

Pero, ¿cómo es posible que el cambio climático produzca estos incendios tan graves y que se está haciendo para prevenirlos?

Cada día surgen más evidencias que muestran que el cambio climático está agravando los incendios forestales, causando un grave sufrimiento humano y una gran degradación del medio ambiente. Estos son los hechos hasta ahora.

¿Qué lugares de Australia se han visto afectados por los incendios?

Prácticamente todos. Nueva Gales del Sur ha sufrido los mayores impactos debido en gran parte a las densas poblaciones alrededor de las grandes ciudades como son Sídney y la capital, Canberra.

Victoria (estado sureño donde se encuentra Melbourne) se ha visto también gravemente afectada, como muestran algunas imágenes con gente esperando a ser rescatada en playas completamente rodeadas por el fuego.

Una gran cantidad de incendios están consumiendo lugares como Queensland (norte de Nueva Gales del Sur y hogar de Brisbane y Cairns) así como el oeste y sur de Australia.

¿Qué daño han causado los incendios?

El número de personas fallecidas está aumentando (25 en el último recuento) y todavía falta conocer el paradero de las personas desaparecidas. Solo en Nueva Gales del Sur se han perdido más de 1.500 hogares.

Los medios de comunicación hablan de una superficie afectada de 8,4 millones de hectáreas, un área del tamaño de Austria. Para tener perspectiva de la magnitud del problema, en los incendios masivos de la Amazonia en 2019 se quemaron 900.000 hectáreas, y en los incendios en California casi 800.000.

Ecologistas de la Universidad de Sídney estiman que casi 1.000 millones de animales han muerto, incluidos miles de koalas, que luchan por escapar.

La contaminación del aire en Sídney y Brisbane ha sido habitualmente una de las más dañinas del mundo, agravando los problemas respiratorios de personas jóvenes, ancianas con afecciones preexistentes como el asma.

Zonas de la vecina Nueva Zelanda, a unos mil kilómetros de distancia de los incendios, también están envueltas en la contaminación. Los glaciares nevados del país parecen haberse vuelto amarillos por el polvo y las partículas arrastradas de los incendios forestales en Australia.

¿Qué está causando estos incendios? ¿Australia no ha tenido siempre incendios?

La grave y prolongada sequía y las olas de calor récord que está sufriendo el país están detrás de estos graves incendios. El sudeste de Australia, donde se está experimentando la peor oleada de incendios, sufre la peor sequía desde que hay registros.

En 2019 muchas de las áreas afectadas registraron su período más seco de enero a agosto. En noviembre, los meteorólogos australianos identificaron el primer día en que Australia no experimentó lluvia alguna.

Las temperaturas están subiendo: batieron récords a mediados del pasado mes de diciembre y han seguido subiendo durante los primeros días de 2020. En muchas de las áreas afectadas se ha llegado a tener temperaturas de 40° C. Un suburbio de Sydney fue el lugar más caluroso del país, donde se alcanzaron 48,9º C.

Australia tiene un periodo anual de riesgo de incendios forestales, pero estos episodios cada vez comienzan antes, duran más y son más severos e impredecibles debido al cambio climático.

Las condiciones climáticas también hacen que sea mucho más difícil controlar los incendios a través de los métodos habituales de extinción.

¿Qué está haciendo el gobierno australiano en esta crisis?

Se han enviado fuerzas militares para ayudar en la evacuación y extinción de incendios, en un despliegue a una escala que no se había visto desde la Segunda Guerra Mundial.

El primer ministro, Scott Morrison, se ha enfrentado a las críticas por estar ausente mientras Australia arde y minimizar el papel del cambio climático. También se ha enfrentado a duras recriminaciones por estar de vacaciones en Hawái mientras los incendios empeoraban en diciembre.

Sin embargo, personas anónimas de toda Australia se han puesto en acción, ofreciendo alojamiento, medicinas y alimentos para los afectados por los incendios.

Bomberos y bomberas, que actúan de forma voluntaria y sin remunerar, han estado trabajando incansablemente para contener los incendios y salvar hogares y vidas.

¿Qué es lo que está haciendo el gobierno australiano frente al cambio climático?

No mucho. En 2019 Australia fue el segundo mayor exportador de carbón del mundo. El carbón es uno de los principales responsables del cambio climático.

Esto está agravando las temporadas de incendios forestales, ya que incrementan las olas de calor y sequías haciendo que la vegetación se seque y se convierta en material inflamable (combustible).

Las emisiones de Australia han ido aumentado durante cuatro años y el Gobierno no tiene un plan creíble para revertir esta tendencia. De hecho, Morrison se negó durante mucho tiempo a vincular el cambio climático con estos incendios de alta intensidad. Decía que no era “creíble” hacerlo.

Estos incendios catastróficos son fruto de un complejo número de factores (aumento de vegetación seca y falta de gestión forestal, no tener en cuenta las zonas de riesgo de incendio en la planificación urbanística, etc), y por supuesto el cambio climático que, como hemos dicho, hace que los bosques estén en máxima vulnerabilidad en cuanto aparece el fuego.

Por ello, además de lidiar con la devastación inmediata, el Gobierno australiano debe tomar medidas serias para reducir las emisiones a fin de limitar el impacto de la crisis climática en la población australiana y otras personas en todo el mundo.

Los gobiernos de todo el mundo también tienen la responsabilidad de establecer un vínculo claro entre la crisis incendiaria de Australia y la emergencia climática global.

La reducción en la quema de combustibles fósiles en todo el mundo es clave para prevenir estos impactos catastróficos en un planeta cada vez más caliente.

Post escrito por Helle Abelvik-Lawson y traducido por Mónica Parrilla.

Fuente: Greenpeace