Por qué no hay convocatoria de huelga estatal este 8M
La pregunta clave sobre la que se ha debatido en los últimos meses trataba de dar respuesta a la utilidad de las dos últimas huelgas: ¿todas las mujeres pueden secundarla?
Este 2020 no ha habido consenso para hacer un llamamiento y convocar una huelga a nivel estatal. Los diferentes territorios pueden decidir si organizar una huelga feminista o no. Aquí te explicamos los diferentes posicionamientos
Esta es la cuestión que ha vertebrado las diferentes asambleas —tanto en las estatales como en las territoriales— celebradas desde el último 8M. «Desde nuestro punto de vista, la huelga es una herramienta muy potente pero que tiene una referencia muy marcada acerca de la cuestión laboral», aclara Eva Muñoz de la asamblea feminista madrileña.
«No queremos que el 8 de marzo acabe convirtiéndose en el 1 de mayo [Día Internacional de los Trabajadores]», apuntan desde la Comisión 8M de Madrid
«La realidad es que no todas las mujeres pueden hacer huelga. Si planteamos de nuevo el 8M como una huelga, todas ellas quedan invisibilizadas. El 8M no puede quedar supeditado a lo laboral porque solo pone el acento en cuestiones como la brecha salarial o la conciliación», apunta Lina Katya Rodríguez. «No queremos que el 8 de marzo acabe convirtiéndose en el 1 de mayo [Día Internacional de los Trabajadores]», añade.
Esta cuestión laboral, indica la activista, «era muy interesante en un principio, pero impedía poner en la agenda pública otras cuestiones». «Entendemos que la huelga podía ser algo que nos limitara a la hora de hablar de otras cuestiones que nos parecen muy importantes visibilizar este año, como el racismo, la violencia sobre los cuerpos o las condiciones laborales de mujeres migrantes y racializadas», apunta Eva Muñoz.
Por eso, desde la Comisión 8M Madrid han optado por una «revuelta feminista» de un mes —del 8 de febrero a 8 de marzo— con diferentes actividades con la intención de «deslocalizar y el ampliar el propio 8M». «Desde nuestro punto de vista, esto no es un paso atrás, sino que el concepto de ‘revuelta feminista’ es incluso superador», apunta Muñoz.
Lucy Sombra, activista y vocera del Movimiento Feminista de Murcia, comparte este argumento, tal y como indica en conversación con Newtral.es: «El feminismo masivo es blanco y de clase media. Esto quedó claro con el caso de las trabajadoras marroquíes de la fresa en Huelva y el apoyo miserable que obtuvieron cuando salieron a la luz los abusos a los que estaban sometidas. Sin duda tenemos mucha autocrítica por hacer y mucho que trabajar con las compañeras antirracistas».
Sin embargo, la postura de su asamblea es «sí a la huelga»: «Aunque nos decantamos por esta opción, todavía ningún sindicato la ha secundado. La CGT sigue valorando la posibilidad de convocar pero a día de hoy no hay nada oficial todavía», añade Lucy Sombra.
Desde Asturies Feminista 8M, la activista Jennifer Burbano explica a Newtral.es que su decisión pasa por «convocar huelga de cuidados». En este caso, quieren mostrar que «incluso en festivo —este 8M cae en domingo— siguen ejerciendo los trabajos domésticos». En este sentido, desde la asamblea asturiana hacen un llamamiento a las mujeres a no ejercer de cuidadoras, pero no necesitan el respaldo de un sindicato en tanto que su convocatoria no va tanto dirigida a las mujeres con trabajos remunerados como a aquellas que realizan trabajos reproductivos.
A diferencia de Cataluña, Asturias y Murcia —que sí se muestran más favorables a la huelga—, Gran Canaria y Galicia comparten la postura de Madrid.
Así, Ester Mariño, de Galegas 8M, señala a Newtral.es que su decisión viene motivada por el hecho de que «el 8M es domingo»: «En nuestra concepción del mercado de trabajo, la convocatoria de huelga laboral no tiene cabida en un día conquistado como de derecho de descanso».
Desde la Red Feminista de Gran Canaria, las activistas Elena Suárez y Nayra Marrero —que han respondido a Newtral.es en conjunto— también han descartado la huelga «porque el 8M cae en domingo»: «Desde nuestro punto de vista, supondría pedirle a las más precarias o a quienes están de servicios mínimos en fin de semana que hagan un esfuerzo que no estamos en disposición de hacer la mayoría. Llamar a la huelga del trabajo nos parece injusto».