22 noviembre 2024

La Luna, nuestro satélite, nos ha deslumbrado siempre, tal vez desde el mismo origen de la humanidad.

 
Siempre me he imaginado el estupor de aquellos homínidos, rodeados de los rigores de la intemperie y del consiguiente miedo, observando el inagotable espectáculo del firmamento, cuajado de estrellas y siempre presidido por la luna, un astro caprichoso que se muestra cada día de un tamaño y una forma diferentes. Tal vez, ese halo de inabarcable misterio le confiriera a nuestra Selene un carácter mágico que, de forma científica o por simple credulidad, parece atribuirle un poderoso influjo sobre las mareas, los partos, las cosechas, la vendimia, los presagios y augurios, la fertilidad y mil fenómenos más, tradicionalmente vinculados a las fases del astro.

En cualquier caso, nuestra acostumbrada vecina nunca nos deja indiferentes y ha sido objeto de atención por parte de pintores y grabadores, músicos (Debussy, Beethoven, Chopin, Bellini… escribieron multitud de “claros de luna” o de “nocturnos”; Bellini incluyó en su ópera Norma la que quizás sea la más perfecta aria de la historia de la ópera, “Casta diva”, en que la protagonista se encomienda al astro), poetas, etc.

 

Veamos algunas muestras del poderoso influjo de la luna en el arte.

L Monteut, El amante de la luna,  1886. Imagen de grabadoantiguo.com

Langrenus,  “Plenilunii Lumina Austriaca Philippica”,  (1645). Imagen del blog mizar.blogalia.com

No puedo dejar de recordar aquella madrugada del 16 de julio de 1969, en que convencí a mi madre de que lo del luto por mi padre era una estupidez, y que no pasaba nada por volver a conectar el televisor para ver al hombre pisar la Luna, un hecho histórico. Mi madre accedió y, de hecho, ambos estuvimos aquella pegajosa madrugada viendo a Armstrong pisar el suelo lunar por primera vez. También fue el pistoletazo para que mi madre dejara atrás el viejo prejuicio y volviera a entretenerse con la televisión, tras unos meses de absurda observancia de las viejas costumbres que imponía el luto).

Portada del New York Times: El hombre camina sobre la Luna

Buen domingo, y que el poderoso influjo de la luna os sea propicio.

Alberto Granados