“El retorno al colegio no puede ser en las condiciones habituales”
El responsable del grupo de trabajo del Ministerio de Sanidad cree que para que los menores puedan salir a la calle cuanto antes deberán llevar mascarilla
El psiquiatra infantil José Luis Pedreira es vocal del consejo asesor del Ministerio de Sanidad y ha sido designado por este departamento para coordinar el final del confinamiento de la infancia, que enfila con esta su quinta semana de cuarentena estricta. Es responsable de un grupo de trabajo de ocho expertos, entre los que hay especialistas de todas las áreas de la pediatría. En ese grupo se incluye un pediatra social, un psiquiatra infantil, especialista en enfermedades infecciosas, expertos en ética del ejercicio pediátrico, atención primaria… Desde el miércoles pasado trabajan con la Asociación de Pediatría para elaborar un informe que garantice una salida segura de los niños lo antes posible.
Pregunta. ¿Ustedes son partidarios de que los niños puedan salir a la calle?
Respuesta. El cometido de este grupo de trabajo es que los niños puedan salir a la calle lo antes posible.
P. ¿Cuándo es lo antes posible? ¿Quizás el día 26, cuando se renueve el estado de alarma?
R. No podemos hablar de fechas. Para garantizar que puedan salir es necesario que haya un plan preciso e inteligible y una disposición para cumplirlo. Es decir, que no aparezcan rajoys o aznares. Uno haciendo deporte y el otro viajando a Marbella… Entonces, se podrá permitir que salgan los niños. Llevamos una semana trabajando en un informe, que será lo que se tenga en cuenta para garantizar la salida segura. Es una situación muy compleja, en la que hay que ir muy poco a poco. Y que se avancen propuestas muy consolidadas para que se haga adecuadamente.
P. ¿La semana que viene estará listo el dictamen de los expertos?
R. Estamos trabajando en ello. Tiene que quedar muy claro a todos, a los profesionales, a los padres, a los niños, y tienen que llegar a un acuerdo muy importante. Tiene que quedar claro, si no se cumple, qué es lo que ocurre.
P. ¿Qué se necesita para garantizar la salida segura de los niños del confinamiento?
R. Analizar con los especialistas cómo deben ser esas salidas, traducir todo eso y ponerlo de forma comprensible para que los políticos y autoridades sanitarias lo expliquen con claridad a las familias. Son ellas las que deben asumir de una manera consciente que lo que tienen que hacer es eso. Deben respetarse las distancias de seguridad, no estar en contacto con mobiliario urbano y acudir con un adulto que se responsabilice de que esa salida se hace de forma adecuada. El mensaje debe ser claro, entendible y debe respetarse. Por ejemplo, ¿cree usted que los niños pueden ir al parque infantil? Pues no, pero eso deberían explicárselo los padres a sus hijos y para eso lo tienen que tener muy claro. ¿Y los patinetes y las bicis? No está tan claro que sean seguros.
P. ¿Deberán llevar mascarillas los niños?
R. Se va a recomendar el uso de mascarillas para ellos a partir de la edad a la que lo toleren y el nivel de desarrollo. Pero tendrán que ser unas mascarillas de niño, que es una dificultad añadida y habrá que ver cómo articularlo.
P. ¿Cuánto tiempo podrán salir a la calle? La duración que más consenso tiene son 30 minutos…
R. En estos momentos en el grupo de trabajo hay tres propuestas de tiempo y hay siete personas que tienen que negociar: y se tiene que llegar a la mejor solución para el conjunto de expertos.
P. En el grupo de trabajo se ha planteado que salgan de forma escalonada, teniendo en cuenta la situación de confinamiento o incluso por grupos de edad ¿Cómo se hará?
R. Se ha planteado priorizar a los que están en una situación más extrema, porque tuvieran algún diagnóstico previo o alguna dificultad, pero quizás sea por grupos de edad. Estas dos opciones se están evaluando, pero el ministerio debe pensar en el conjunto de los niños en situación normal y, una vez que lo tengamos, se tendrán en cuenta las excepciones basadas en el riesgo social o las afecciones previas. También se plantea que los más pequeños puedan ir en su sillita y los papás detrás. Eso sería seguro. Pero a ver a qué edad eso es factible.
P. Los niños más pequeños deberán salir con un adulto responsable ¿y los adolescentes?
R. Le contesto en catalán: de los adolescentes després en parlarem (ya hablaremos).
P. ¿Y la vuelta a las escuelas, cuándo podrá hacerse de forma segura?
R. El retorno al colegio no puede ser en las condiciones habituales. Habrá que ver en cómo y qué centros escolares pueden cumplir los requisitos. Hay que valorar cuál sería el ritmo y las prioridades de la recuperación escolar… Es uno de los asuntos más complejos que hay que abordar. Debemos analizar qué condiciones y qué circunstancias son necesarias y que las puedan cumplir los centros escolares para que pueda darse la apertura.
P. ¿Por qué en España no se ha permitido a los niños salir a la calle, mientras que en otros países se ha sido más permisivo?
R. Por ser transmisores muy activos. También por cómo es España y el tipo de familias. En casi todos los países europeos, la familia es la estructura nuclear y en España la familia se entiende de forma ampliada con abuelos en las casas, por ejemplo. Cada decisión debe adaptarse al país y su realidad. Con el paso del tiempo se incrementa la sensibilidad hacia las necesidades de los niños. El presidente fue el primero en plantear qué hacemos con la infancia y en ello estamos avanzando.
P. ¿Por qué el ministerio ahora respalda estas salidas si fue tan estricto en un principio?
R. El marco de referencia es el artículo que salió en la revista científica The Lancet hace nueve días. Lo que plantea este estudio, realizado en China, es que el confinamiento en los niños tiene un efecto emocional importante. Hay una serie de impactos somáticos y psicológicos. Y una mayor tendencia a la obesidad en algunos chavales, por estar tanto tiempo en casa pueden tener una cierta hipología muscular más importante en la parte somática. En la psicológica, hay conductas reactivas; desde un incremento de la irritabilidad, de llanto incontrolado, de malestar y desasosiego, incluso una situación de apatía y decaimiento. Eso significa que existe un sufrimiento mental, porque un niño no está acostumbrado a estar tanto tiempo en un espacio pequeño sin salir.
P. Sin embargo, las familias relatan que los niños se están portando muy bien.
R. La infancia está sufriendo una sobreadaptación, que no es lo mismo que una aceptación. Y eso tiene consecuencias como la ansiedad, y a medio plazo, el oposicionismo y la alteración del humor con llantos injustificados y tristezas inmotivadas. Y ante esa tensión emocional hay cefaleas, dolores de tripa, que en el fondo son somatizaciones.
P. Además, hay una sobreexposición a las pantallas. Se ha demostrado que su luz genera alteraciones del sueño. ¿Puede ser también perjudicial para la salud mental?
R. Se incrementan los factores de riesgo mental, ya que pasar tanto tiempo frente a las pantallas origina una situación de abuso y dependencias porque se estimula el consumo de ese objeto y genera una conducta adictiva sin sustancias.
P. El estudio de The Lancet también se refiere a los niños que sufren malos tratos.
R. En estas circunstancias, los niños y niñas con factores de riesgo de sufrir malos tratos los padecen en mayor medida, ya que están encerrados con su enemigo y no se les ve. La exposición del maltrato suele reducirlo. Si se esconde, el problema se agrava. Ponerle visibilidad al maltrato es lo único que puede ponerle freno. Es importante y esto nos preocupa.