24 noviembre 2024

Extracto de la conferencia

La escuela se ha ido adaptando a las transformaciones sociales y científicas de cada época combinando la continuidad, en sus fines y en muchos de sus procedimientos más básicos, con el cambio en contenidos y técnicas educativas. Hay que situar, pues, la irrupción de las nuevas tecnologías de la información, y de Internet más concretamente, en este fondo de continuidad y cambio para poder aventurar cuál será su impacto sobre la actividad educativa.

Los efectos directos de la difusión de Internet, como reflejo digital del mundo real y como instrumento de apoyo en prácticamente todas las parcelas de la actividad humana, serán poco intensos en los primeros estadios de la educación, excepto en sus potencialidades como medio de comunicación con otras escuelas, alumnos o culturas, debido a que lo que cuenta entonces es el proceso de socialización del niño y su aprendizaje de la relación con los otros. Probablemente, los efectos más significativos serán indirectos, a través de los cambios inducidos en las familias y en la sociedad.

El interés de introducir ordenadores e Internet en las aulas es muy distinto según el nivel educativo en el que se haga y también según se aplique a cada una de las cuatro funciones que se le suelen atribuir: alfabetización informática, medio para obtener información, medio de comunicación e instrumento pedagógico. No hay mucha experiencia todavía al respecto, pero los primeros datos y estudios existentes permiten ya sacar algunas consecuencias útiles sobre el ritmo y la intensidad de dicha introducción, así como refutar algunos tópicos que se manejan persistentemente en los medios de comunicación.

Por el contrario, a medida que cobran importancia los elementos de adquisición de conocimientos o de educación específica en comparación con los de integración social, las nuevas tecnologías podrán ir adquiriendo una influencia superior. Justamente la formación de postgrado, junto con la de adultos para la actualización profesional, el reciclaje o los estudios vocacionales, serán las que reciban un mayor impulso y sufran una mayor transformación gracias a la incorporación de Internet como nueva herramienta docente.

Pero su utilización no es fácil y requiere capacidades específicas, una nueva mentalidad y cambios en la metodología de relación profesor-alumno, de evaluación y de ritmo de aprendizaje. A cambio, Internet permite superar las limitaciones espaciales y temporales de la enseñanza convencional.

Dos cosas son necesarias para que el experimento de la aplicación de las nuevas tecnologías a la escuela sea un éxito. En primer lugar, recursos materiales que permitan que el acceso a Internet no sea una rareza en la escuela y una experiencia puntual con valor casi únicamente demostrativo, sino un elemento de la actividad normal en el aula. El otro, más importante y difícil de conseguir, es la formación de los profesores en el uso inteligente y sin complejos de una tecnología que les es, en principio, extraña y menos familiar que a sus propios alumnos.

CONFRERENCIA REALIZADA EN EL CENTRO DE FORMACION DEL PROFESORADO EN EL AÑO 2001