El origen de las tapas en Granada contado en un hilo de Twitter

Cristina Contreras, @viajareslou, ha revolucionado la red del pajarito azul con la historia de la tradición gastronómica por antonomasia en nuestra ciudad.

¿Alguna de las muchas veces que usted se ha ido ‘de tapas’ por Granada se ha preguntado de dónde procede semejante costumbre convertida en seña de identidad de nuestra ciudad? Si la respuesta es ‘ninguna’, la granadina Cristina Contreras, conocida en redes como @viajareslou, ha venido a contárselo a través de Twitter.

Esta ‘tuitera’ amante del turismo sostenible, la artesanía y el medioambiente, según reza en su propia ‘bio’ de Twitter, ha lanzado un hilo en el que cuenta, con todo lujo de detalle, algunas de las leyendas atribuidas a algo tan mundano como una tapa.

Así, según este hilo, el nombre ‘tapa’ vendría antiguamente de su función literal: tapar vasos o copas con un trozo de pan o una rebanada de jamón y, aunque pudiera parecer que se hacía así para evitar la entrada de insectos, la razón era justo la contraria, se hacía para evitar la evaporación de los aromas del vino hacia el exterior.

De esta manera, años más tarde, pasarían a ocupar el lugar que tienen hoy, el de acompañar la bebida, pero ¿cuándo se inició esta costumbre? Según nuestra protagonista, cuatro son las teorías que sobrevuelan el nacimiento de la tapa como tal.

La primera data de la posguerra tras la Guerra Civil, época de hambrunas y podredumbre en la que la tapa serviría para dar un mínimo alimento a los hambrientos, lo que con los años desembocaría en una costumbre extendida para fomentar el consumo en el local gracias a su carácter salado.

La segunda teoría se remonta a la Edad Media, cuando el Rey Alfonso X el Sabio sufría una enfermedad que sólo se curaba con pequeños sorbos de vino–ya es mala suerte–. Sin embargo, como al monarca no le gustaba el alcohol, picaba entre medias para paliar sus efectos.

La tercera nos traslada hasta el S.XV, durante el reinado de los Reyes Católicos, época en la que, según la leyenda, había muchos accidentes de circulación a causa de la embriaguez de los carreteros, quienes, por seguridad, debían consumir obligatoriamente una tapa para poder seguir bebiendo. ¿Les resulta familiar?

La cuarta y última teoría volvería al S.XX y su protagonista sería el rey Alfonso XIII, quien en una visita a Cádiz entró a un bar de playa y pidió una copa de vino, pero dado el viento que hacía aquel día en la ‘Tacita de plata’, temía que le entrara arena en la copa, algo que el camarero de turno solucionó poniendo una loncha de jamón por encima. El bisabuelo de Felipe VI apreció tanto el gesto que, en adelante, pedía siempre una loncha de jamón para acompañar su vino correspondiente.

Este simpático ‘hilo tuitero’ concluye con la presentación de cinco de las tapas más famosas de los bares de esta hermosa tierra; cuatro de origen árabe: el remojón granadino, las berenjenas fritas, las habas con jamón y las migas; y otra algo más reciente: las papas ‘a lo pobre’ y su conocida vertiente alpujarreña. Sin olvidar otras menos autóctonas, pero igual de frecuentes como la paella, el pescado frito, la carne en salsa, la ensaladilla rusa o los montaditos.

Cualquiera podría pensar que hacer este hilo en plena Fase 0 del confinamiento tras dos meses de encierro en casa es de tener mucha de esa otra característica innata y arraigada en Granada…

 

AvatarManuel Ruiz Pérez

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