22 noviembre 2024

De evitar caídas a que no se empañen los cristales o prevenir heridas en la nariz: consejos para llevar mascarilla con gafas

Tanto el Centro Europeo para la Prevención y Control de Enfermedades (ECDC, por sus siglas en inglés) como la Organización Mundial de la Salud (OMS), entre otras autoridades sanitarias, recomiendan el uso generalizado de mascarillas para evitar la transmisión del coronavirus.

 

La mascarilla puede resultar incómoda, especialmente si además se llevan gafas: los cristales pueden empañarse, se pierde visión inferior y es posible sufrir pequeñas heridas en la cara. A continuación os damos algunos consejos para evitarlo (llevando siempre puesta la mascarilla).

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Pegar la mascarilla a la nariz o ajustarla bien a la cara para que no se empañen las lentes

Las gafas se empañan cuando el aire exhalado entra en contacto con las lentes frías. Pero no todas las gafas se empañan por igual. Ana Belén Cisneros del Río, secretaria general del Colegio de Ópticos-Optometristas de Castilla y León (COOCYL), explica a Maldita Ciencia que las de pasta suelen quedar más cerca de la cara y se empañarán más que una gafa metálica, que suele estar más separada. 

En Maldita Ciencia ya os hemos contado varios trucos para que las gafas no se empañen. Por ejemplo, colocar la mascarilla por debajo y las gafas por encima y ajustar la mascarilla lo máximo posible a la cara, de modo que quede el menor hueco posible sobre todo en la parte superior. 

Un truco para conseguirlo consiste en pegar un trozo de esparadrapo en la parte superior de la mascarilla para fijarla bien a la nariz. El Colegio de Ópticos-Optometristas de Castilla y León recomienda usar esparadrapo de papel hipoalergénico. 

Sin embargo, no es recomendable aplicar jabón seco a los cristales de las gafas porque puede dañar las lentes. Tampoco calentarlas con secadores de pelo o usar productos abrasivos. 

Los líquidos y gamuzas antiempañamiento no dañan las lentes ni alteran su transparencia

También existen líquidos y gamuzas antivaho para que no se empañen las gafas (evitan que el vapor de agua se condense en las lentes). Su efecto es temporal y suelen estar pensados para ser utilizados entre 100 y 300 veces antes de agotarse o perder la eficacia. 

Tanto el Colegio de Ópticos-Optometristas de Castilla y León como la Delegación de Galicia del Colegio Nacional de Ópticos-Optometristas (CNOO) recomiendan a Maldita Ciencia este tipo de productos que, según cuentan, no dañan las lentes, no alteran su transparencia y se pueden aplicar con rapidez y facilidad. 

El CNOO indica que las gamuzas o paños antivaho son más cómodos que los líquidos. Como están secos, “basta con pasarlos por toda la superficie de la lente para que no se empañe”. “Con los líquidos, el procedimiento es más engorroso, ya que tenemos que aplicarlos y luego extenderlos bien con una gamuza”, indica.

Los productos más eficaces, según el CNOO, evitan que las gafas se empañen durante un período mínimo de 4 horas (pueden llegar a 12 horas). Sin embargo, “otros no son tan efectivos y han salido al mercado aprovechando la situación actual”.

¿Cómo es posible saber qué gamuzas o líquidos en el mercado funcionan? “Los más efectivos que conocemos son los que llevan varios años comercializándose y tienen una eficacia demostrada. En caso de dudas, recomendamos acudir a un establecimiento de confianza donde nos informarán de cuál es el mejor producto que nos pueden ofrecer”, afirma el CNOO.

Lluvia, gafas y mascarillas: evitar que las lentes se mojen con capucha o paraguas

Eso sí, estos productos también tienen sus limitaciones. Si la humedad es muy alta y sobrepasa el límite que puede admitir el producto antivaho, es posible que se formen gotas de agua en las lentes, según el CNOO. 

¿Qué consejos puede seguir la gente que lleva gafas y mascarilla cuando llueve? La mejor opción, según el CNOO, es evitar que las lentes de las gafas se mojen. Por ello, pese a que pueda parecer un engorro, el organismo aconseja llevar un paraguas o una capucha para protegerlas de la lluvia. Esto es importante también para evitar que la mascarilla se moje y pierda la efectividad.

“En caso de tener que estar en ambientes muy húmedos de forma frecuente y no poder evitar que las lentes de las gafas se mojen, una buena opción podría ser el uso de lentes de contacto”, sostiene el CNOO. 

Si estamos en sitios cerrados, lo ideal sería “disminuir la humedad del ambiente con deshumidificadores”.

No mirar hacia abajo, prestar atención al entorno y andar despacio para evitar caídas

Otro de los problemas de la combinación de gafas y mascarillas son las caídas y tienen su explicación. Las mascarillas y las gafas perjudican la visión inferior y, por lo tanto, pueden hacer que sea más fácil caerse, según un editorial publicado en la revista British Medical Journal. “Se sabe que esta información [la visión periférica] es útil para controlar el equilibrio y la marcha, especialmente al sortear obstáculos o peligros de tropiezos (como baldosas sueltas) y bajar escaleras”, indica a Maldita Ciencia el investigador Elmar C. Kal, que es uno de los autores del artículo. 

Aunque aún es pronto para relacionar de forma directa el hecho de llevar gafas y mascarillas con las caídas, “es casi seguro que habrá consecuencias adversas para el equilibrio y la marcha segura”. Según Kal, también hacen falta más investigaciones para determinar qué estrategias se pueden utilizar para evitar caídas: “Es probable que esto difiera entre las personas. Por ejemplo, podría depender de si tienen déficits sensoriales o alteraciones del equilibrio”.

Por el momento, los investigadores recomiendan que las personas se tomen su tiempo antes de empezar a caminar para reconocer el entorno y fijarse en los peligros potenciales en el camino. También sugieren caminar un poco más lento de lo habitual y ajustarse bien la mascarilla en la nariz y las mejillas

Y, pese a que pueda parecer contraintuitivo, recomiendan no mirar hacia abajo con mucha frecuencia porque puede ser contraproducente. Algunas investigaciones muestran que las personas mayores cometen mayores errores al caminar cuando miran hacia abajo, en comparación con cuando miran hacia adelante y prevén visualmente posibles peligros. 

Ajustar la mascarilla o poner vaselina en la nariz para prevenir heridas

En ocasiones, el uso de mascarilla y gafas puede llegar a causar heridas en la nariz. José Luis Martínez Amo, dermatólogo de la Academia Española de Dermatología y Venereología, cuenta a Maldita Ciencia que se debe al roce de la gafa en una zona en la que hay humedad. “Cuando algo está húmedo, la fricción es algo mayor”, indica. 

Además, como las gafas y la mascarilla deben llevarse siempre, “repiten el estímulo que genera el problema y, por tanto, se puede ir agravando y es más difícil que cure”. Martínez señala que estas heridas se pueden aliviar cambiando la posición de la gafa e hidratando mucho la zona.

Pero para él, la mejor recomendación para prevenir estos problemas es ajustarse bien la mascarilla para que el vapor de la respiración no salga hacia arriba y no genere humedad. Un truco que también sugiere es poner vaselina en la zona de la nariz donde se vaya a apoyar la gafa para crear una película protectora.

La directora técnica y de formación de Óptica y Audiología Universitaria, Alicia Escuer, cuenta a Maldita Ciencia que si las gafas puestas con la mascarilla nos presionan demasiado y nos molestan, podemos pasar por la óptica para que nos las ajusten. 

“El personal sanitario es quien presenta más heridas por el uso de mascarilla y gafas de protección, ya que están ajustadas con gomas que presionan la piel. Hay que evitar tanta presión y si no es posible, utilizar algún apósito para proteger la zona de roce”, añade.

Llevar la mascarilla bien pegada a la cara y usar lágrimas artificiales: cómo evitar la sequedad en los ojos

Karen Walsh, científica del Centro de Investigación y Educación Ocular (CORE) de la Universidad de Waterloo (Canadá), explica a Maldita Ciencia que el uso de mascarilla puede provocar síntomas asociados al ojo seco (el ojo es incapaz de mantener una capa saludable de lágrimas). Su equipo ha elaborado una infografía en la que lo explican. 

Los autores señalan que el aire exhalado sube hacia arriba, sale por la parte superior de la mascarilla y pasa sobre la superficie del ojo. “El movimiento del aire sobre el ojo hace que la lágrima se evapore y seca la superficie del ojo”, indican. Cuando esto ocurre, es posible notar sequedad en los ojos, sensación de arenilla, picor y que están irritados, llorosos y enrojecidos.

Para evitar el síndrome del ojo seco, los investigadores del CORE aconsejan llevar la mascarilla bien ajustada y fijar todo lo posible su borde superior. Las lágrimas artificiales también pueden ayudar a aliviar la sensación de sequedad en los ojos, según los investigadores. Además, consideran importante limitar el tiempo que se pasa en lugares con aire acondicionado y hacer descansos periódicos al utilizar dispositivos digitales.

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