21 noviembre 2024

«A la misma hora en que cantábamos la grandeza de Maradona, (…) otros lugares de España lloraban la desaparición de alguien que fue la primera cara, la primera sonrisa y el primer abrazo para centenares de migrantes», la opinión de Carles Francino

 
 

Esto de la vida y la muerte, los sentimientos, las emociones… son una rueda que no sólo no para, sino que gira a velocidades -o con intensidades- muy distintas, dependiendo del contexto. Me explico. Ayer el mundo entero se conmovió con la muerte de Maradona y en las últimas 24 horas se han dicho, se han escrito, hemos visto tantas cosas sobre él, tantas… Porque todo viaja a velocidad de vértigo. Argentina está tres días de luto oficial pero mucha gente, en otros lugares, de alguna forma lo comparte: es un duelo global.

Pero como esa rueda de la vida y la muerte no se detiene resulta que a la misma hora en que cantábamos la grandeza de Maradona como futbolista y su miseria como ídolo caído, a la misma hora, amigos y familiares sobre todo de Cádiz, pero también de otros lugares de España lloraban la desaparición de alguien que fue la primera cara, la primera sonrisa y el primer abrazo para centenares de migrantes de esos que se juegan la vida en un cayuco o en una patera. Iván Lima tenía 48 años, era voluntario de Cruz Roja desde hacía 20, y ha muerto víctima del COVID. Hoy queremos abrir esta ventana con su recuerdo, porque la vida se escribe con historias grandes y también con historias pequeñas.

FOTO: Iván Lima ha trabajado durante dos décadas con los migrantes en Cruz Roja