14 octubre 2024

SELECCIÓN DE TEXTO DE ANTONIO MUÑOZ MOLINA QUE ALBERTO GRANADOS PUBLICA EN SU FACEBOOK Y QUE ES MUY INTERESANTES PARA NUESTROS LECTORES 

 
«En Cataluña, desde hace muchos años, la realidad del gobierno autónomo y de la prosperidad ha sido utilizada para divulgar el mito sobre la opresión y la expoliación. Junto al País Vasco, Cataluña es la región más próspera de España y su gobierno ejerce un control total sobre el sistema educacional y los medios de difusión públicos.
 
Esos poderosos instrumentos, que no existirían sin el gobierno autónomo de Cataluña y sin su capacidad financiera, son utilizados precisamente para construir el mito de un territorio tan oprimido durante los años de democracia como en tiempos del franquismo y cuya economía supuestamente se ve tan afectada y expoliada por el poder central que no le queda más esperanza que la independencia. Ese mito es tan seductor y se ha repetido tanto que ha logrado convencer a 2 millones de catalanes y a una parte de los medios internacionales.
 
Ese mito invadió tanto la manera de contar la historia como las noticias actuales. Hace 3 años, la Generalitat (el gobierno catalán) apadrinó y financió un congreso de historiadores sobre el tema «1714-2014: España contra Cataluña». Durante 3 siglos, España se dedicó, supuestamente, a dominar, oprimir y explotar la región de Cataluña. Sorprendentemente, todo ese tiempo de opresión no sumió a la parte colonizada en la pobreza y tampoco impidió que se convirtiera en uno de los territorios con más nivel de vida en toda España.
 
Según ese mito, España y Cataluña son dos realidades uniformes, invariables a través del tiempo, sin otro vínculo entre sí que el enfrentamiento, o más bien el despotismo de una de ellas y la resistencia de la otra. Es un mito que seduce porque, para conformarse, una patria necesita en primer lugar un pueblo eterno y un eterno enemigo. En realidad, gran parte de esa historia es una historia compartida y las relaciones han sido siempre tan estrechas y tan variadas que se necesita un alto nivel de extravagancia para delimitar identidades colectivas puras.»
 
(A. Muñoz Molina, «Cataluña, reino de la fantasía», Red Voltaire, 16/11/2017).
 
 
 
 
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