24 noviembre 2024

El reciclaje aumenta año tras año gracias a la colaboración de los consumidores que saben qué hacer: botellas de vidrio al contenedor verde, envases al amarillo y papel al azul. Ahora bien, en casa hay gran variedad de productos de uso normal que se vuelven «raros» cuando llega la hora de desprenderse de ellos.

 
Este artículo explica, en orden alfabético, cómo reciclar (o si no se puede) esos objetos o cosas de los hogares que generan más dudas.
 
Cosas «raras» que se reciclan (o no)
 
Aceite doméstico: se puede reciclar en cada vez más contenedores urbanos específicos para ello o en los puntos limpios, unas instalaciones públicas pensadas para depositar residuos domésticos peligrosos o voluminosos.
 
Muchos productos de uso normal se vuelven «raros» cuando hay que reciclarlos
 
Bombillas: se reciclan en contenedores específicos ubicados en tiendas o en puntos limpios.
 
Cápsulas de café: no se pueden reciclar en el contenedor amarillo, pero marcas como Nespresso o Dolce Gusto tienen puntos de recogida para sus cápsulas usadas.
 
Chicles: hay que tirarlos en el contenedor de fracción resto, es decir, el de la basura que no se puede echar en los contenedores de reciclaje.
 
Discos: CD y DVD, solo en algunos puntos limpios (preguntar en el más cercano); vinilos y VHS y casetes, al de la basura.
 
Envases, no todos: gran parte de los envases de uso doméstico se reciclan en el contenedor amarillo, pero no todos, dada la gran variedad y sus diferentes materiales. Se echan al contenedor de basura botes y tarros de barro, moldes de silicona, biberones, termos y bidones de ciclista. Sin embargo, los táperes para alimentos, las macetas de plástico y los envases con el logotipo de la calavera (peligrosos), además de al contenedor de fracción resto también pueden depositarse en un punto limpio.
 
Envoltorios y bandejas de alimentos: van al contenedor amarillo envoltorios (de caramelos, chicles, bombones, etc.) tanto los plásticos como los metalizados, plástico de burbujas, celofán, corcho blanco, bolsas de frutos secos, sobres de sopas, abrazaderas de plástico de las latas, plástico que envuelve botellas y tetrabriks, bolsas de plástico de alimentos, bolsas de redecilla de fruta y patatas, bandejas para alimentos y el plástico fino que los envuelve y envoltorios triangulares de sándwiches.
 
Estuches, carteras, neceseres: al contenedor de fracción resto.
 
Gafas: algunas ONG recogen las gafas usadas para distribuirlas en países en desarrollo.
 
Hierba y restos de poda: se reciclan gracias a un sistema denominado compostaje, tanto en casa en un compostador como en contenedores públicos específicos para ello.
 
Hueveras: si son de cartón, al azul; si son de plástico, al amarillo.
 
Juguetes: al contenedor de basura, salvo que se les dé una segunda vida en sistemas de intercambio o reutilización.
 
Material de escritura: rotuladores, bolígrafos, etc., al contenedor de basura; sus cajas de plástico, al amarillo.
 
Mechero: al contenedor de basura o al punto limpio.
 
Medicamentos: se deben depositar en los puntos de recogida SIGRE de las farmacias, incluido el cartón o el plástico del envase.
 
Móviles y otros residuos de aparatos eléctricos y electrónicos (RAEE): las grandes superficies comerciales deben aceptar para su reciclaje sin necesidad de comprar uno nuevo los RAEE de hasta 25 centímetros. El resto se pueden llevar a puntos limpios.
 
Papel de aluminio: en el contenedor amarillo, y para facilitar su reciclaje es conveniente comprimirlo en una bola.
 
Perchas: al contenedor amarillo.
 
Pilas y baterías: las pilas se pueden dejar en contenedores específicos para ello en puntos de venta o en puntos limpios. Las baterías se pueden depositar en talleres mecánicos autorizados y en puntos limpios.
 
Plásticos «duros»: marcos, cuadros, cajas duras de triángulos de carretera, herramientas, cubos o barreños y tarjetas de crédito, al contenedor de fracción resto.
 
Productos de limpieza, belleza y aseo: al contenedor amarillo van aerosoles, ambientadores, insecticidas, botellas de lejía, amoniaco, limpia-hogar, tubos de pastas de dientes, envases del dosificador de jabón, lacas, espumas moldeadores, geles, champús, acondicionadores, cremas, pintalabios, rímel o vaselina. Al de fracción resto, textil sanitario (pañales, compresas, etc.), maquinillas de afeitar, cepillos de dientes, preservativos, etc.
 
Productos mezclados: sobres de papel con ventanilla de plástico, o cualquier otro con mezcla de materiales reciclables, deben separarse para dejarlos en el contenedor correspondiente.
 
Restos animales: las heces de animales no se pueden compostar, así que deben ir al contenedor de fracción resto.
 
Ropa: diversas ONG y empresas ponen a disposición de los ciudadanos contenedores para ropa usada que reutilizan o bien aprovechan como material para hacer otros productos.
 
Tapones: las chapas metálicas de las botellas, las tapas plásticas de los vasos de papel de hostelería, los tapones de plástico o de corcho sintético van al amarillo; los de corcho natural, al de fracción resto. Algunas iniciativas han puesto en marcha campañas de recogida de tapones de plástico para su reciclaje con fines solidarios.
 
Tornillos y similares: al punto limpio o al contenedor de fracción resto.
 
Vajillas: vasos o platos de cristal o cerámica, al contenedor de fracción resto.