Tras la fusión entre CaixaBank y Bankia (posee 22.400 millones públicos), han anunciado el mayor recorte financiero en España: pretenden despedir a 8.291 trabajadores, un 19% de la plantilla, y clausurar 1.534 oficinas, el 27%.

Este ERE se une a los del Santander (3.572 despidos), BBVA (3.798), Sabadell (1.800) e Ibercaja (750). En total, se suprimirá el 10% de la plantilla de los bancos (17.400 de 174.000). Desde la crisis de 2008, el sector ha perdido el 35% de su plantilla (entonces tenía 270.000 empleados). En Granada, el impacto será enorme: 279 despidos de 1.063 trabajadores, el 26%. En la crisis de 2008, España rescató a los bancos, por un importe superior a 70.000 millones de euros, más otros 35.000, procedentes del Sareb (activos tóxicos inmobiliarios); por tanto, no parece que la banca esté legitimada para agravar la pésima situación actual, sin esperar siquiera a que se atenúe el drama que padecemos.

Nadia Calviño ha pedido que se minimice la reducción de empleo, y califica de «inaceptables los altos sueldos y bonus pagados a los directivos, que no se corresponden con la situación económica de nuestro país, y menos aún con entidades que realizan fuertes recortes de personal». En este año, aún en plena pandemia, con graves problemas de paro, Ana Botín, del Santander, se ha subido el sueldo un 50%: 9,8 millones, frente a los 6,5 anteriores; Carlos Torres, del BBVA, pasa de cobrar 4,10 a 6,9; José Ignacio Goirigolzarri, ahora presidente de Caixabank, de 0,5 a 1,85 millones…

Ante tanta insolidaridad y tanto desinterés por el sufrimiento del país (muchos criticaban la subida del SMI), algún organismo (UE, Banco de España…) debería reducir por ley los sueldos escandalosos de las grandes empresas privadas, como en su día pretendió Suiza, mediante un referéndum, en 2013, donde se abogaba por que el salario máximo en la empresa privada no fuera 12 veces superior al más pequeño. Aunque no se aprobó, un inesperado 35% votó a favor.

En el caso de Granada, la fusión tendrá otra consecuencia muy desagradable. La sede territorial que tenía Bankia en Granada, ubicada en el Cubo, se traslada a Málaga. Granada, dueña de una Caja de Ahorros puntera en Andalucía, que tanta influencia positiva ejercía en nuestra provincia, con la reciente fusión pasa de tener el 0,10 % dentro de la estructura financiera anterior, al 0,05%, en la actual, situándose en la irrelevancia. Una vez más, a Granada se le coloca en el furgón de cola de Andalucía, mientras que las administraciones, y el sector financiero y empresarial se callan, cuando CaixaBank, gracias a Bankia, posee más del 50% del volumen de negocio en Granada. Solo el concejal Paco Cuenca y los sindicatos han reclamado la permanencia de la sede regional en Granada.

El historiador Christopher Lasch, en ‘Rebelión de las élites’ (1996), pronosticaba algo que ahora estamos viendo: las élites ciudadanas (económicas y políticas), al alejarse de las demás personas y aislarse en sus reducidos círculos, abandonan al resto de los ciudadanos y entienden que ni su sueldo, ni su forma de vida tienen nada que ver con el común de los mortales, y abandonan por completo a la sociedad, generando situaciones de mayor desigualdad, de desavenencia, y de escándalo público.

 

IDEAL : https://www.ideal.es/opinion/tras-fusion-caixabank-20210429010926-nt.html

A %d blogueros les gusta esto: