Un convento debajo de un mercado en Granada
El mercado de San Agustín ocupa el solar de una antigua plaza de abastos sobre la que estaba el convento de los agustinos en el XVI
El Mercado Municipal de San Agustín ocupa el solar de antiguo mercado de abastos de la ciudad y éste a su vez el del convento de San Agustín, desamortizado y arruinado en la primera mitad del siglo XIX.
Fue, junto con el convento de Santa Paula y el de la Encarnación, una de las principales instalaciones conventuales en la zona llana de la ciudad, que se implantó sobre la antigua medina nazarí a partir del segundo cuarto del siglo XVI, cuando los frailes compraron una serie de casas y se trasladaron desde el Albaicín hasta aquí. El lugar elegido era uno de los antiguos barrios aristocráticos de la ciudad islámica, el rabad Abu-l-Asi, delimitado por una plazoleta donde hoy se encuentra la Puerta del Perdón de la Catedral, acotado e independiente del resto ya que sabemos que tenía sus propias puertas que lo aislaban por la noche. También un lugar privilegiado por encontrarse muy próximo a la catedral que, por esas fechas del traslado, estaba en plena efervescencia constructiva.
La forma de implantación fue la habitual en Granada y a la que ya nos hemos referido en otras ocasiones: sobre varias casas árabes, que se fueron modificando, derribando y reedificando en función de las necesidades de la congregación. En este caso sus restos nos han llegado como vestigios arqueológicos.
En 1553 los frailes solicitaron al cabildo que se le cediera la calle que había entre el monasterio y la casa de los herederos de Gaspar Méndez, junto a la plaza del aljibe, con el objeto de poder edificar la iglesia, momento en el que empezó su construcción, aunque su obra no se finalizó hasta finales del mismo siglo, en 1593.
Con la invasión francesa los monjes fueron obligados a abandonar el edificio, convirtiéndose en acuartelamiento y bodega de las tropas francesas y españolas ya que en 1810 Francisco Rodríguez presentó las cuentas de las raciones de vino servido a los soldados en San Agustín entre el 10 de febrero y el 6 de abril. Después de este paréntesis el edificio fue restituido a los agustinos, pero el estado de ruina llevó a su abandono definitivo a partir de 1833 y más tarde a su posterior demolición. En 1835 el ayuntamiento pidió al rey Fernando VII que cediese las ruinas del convento para convertirlo en plaza pública, y solo dos años más tarde se solicitó la construcción de un mercado estable con el fin de sustituir al de la plaza de Bibarrambla. El primer proyecto para el mercado de abastos se redactó en 1850, pero no fue hasta 1880 cuando se levantó el antiguo mercado que subsistió hasta que fue demolido a finales de los 80 del siglo XX, para construir el actual.
Gran excavación en el centro
Por aquellas fechas ya se habían producido algunas excavaciones importantes en la ciudad, como la del aparcamiento del Triunfo o la del Hospital Real, de modo que parecía evidente que, en una zona tan importante por su proximidad al centro neurálgico medieval, era necesario realizar previamente una excavación arqueológica, al menos para documentar los vestigios del subsuelo de un solar con más de dos mil metros cuadrados.
Los trabajos se hicieron en 1991 y la excavación se organizó por medio de 10 sondeos arqueológicos, que permitieron explorar la mayor parte de la parcela. Luego fueron unificados en su mayor parte para conocer mejor la estructura del convento y su implantación sobre el urbanismo medieval. En la zona más próxima a la Gran Vía se descubrieron los restos de las criptas de la antigua iglesia del convento, de planta cuadrangular, con bancos perimetrales donde aún se conservaban algunos restos óseos, mientras que en el extremo opuesto aparecieron las cimentaciones de tres naves paralelas del convento. Sus cimientos estaban construidos con una fábrica de grandes cantos de río con mortero de cal sobre la que se desarrollaba el alzado de ladrillo. También en esta zona se identificó una conducción de agua de finales del siglo XIX que venía a sustituir a otra más antigua de época nazarí.
Quizás uno de los aspectos más destacados fue la aparición de naves alargadas con pavimentos de ladrillos a sardinel que pudieron formar parte de los almacenes del convento.
FICHA TÉCNICA
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Localización Plaza de San Agustín, actual mercado municipal.
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Descripción Restos de la trama urbana de la medina, con su origen el siglo XI y desarrollo en el XII-XIII, hasta el XVI, momento en el que se implantó el Convento de San Agustín.
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Cronología Siglo XI, XII-XIII y XV. A partir de 1553, fábrica de la iglesia y convento.
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Tipo de protección Los restos del baño de Abolaz se encuentran conservado e bajo de la plaza que precede al mercado.
De época nazarí, de forma previa a la implantación de la congregación religiosa, son los restos de un patio de casi noventa metros cuadrados que quedó integrado en las dependencias conventuales. También se excavó parte de la estructura empedrada que pudo ser un pequeño adarve o plazoleta que daba acceso a varias casas, quizás la calle que se incorporó al edificio en 1553, y una alberca en la esquina sur del solar, que formó parte del patio de una casa nazarí, con la singularidad de poseer una tubería de plomo, lo cual es un indicio de una posible fuente ornamental, también amortizada por el claustro del convento, junto a otra pequeña cripta para los frailes, desconocida hasta entonces.
El baño árabe del mercado
Cerca de los restos de esta vivienda nazarí apareció un baño árabe, que es sin duda, uno de los restos más interesantes de la excavación. Se pudo identificar el horno donde se ubicaba la caldera, y la sala caliente, o bayt al-Sajun, con dos pequeñas estancias laterales destinadas a las pilas del agua caliente, que en su día tuvieron un pavimento de mármol. Quedan fuera del solar excavado el resto de las dependencias, pero por su fábrica y por su distribución, el arqueólogo Manuel López López, lo considera una construcción de época nazarí. Recordemos que sabemos por las fuentes escritas que en este barrio, cerca de la mezquita mayor hubo un afamado hammam: el de Abul-l-Asi, castellanizado en Abolaz, cuyos restos podrían ser los que se excavaron hace treinta años. Tras el abandono del baño y su adquisición por los agustinos, sus infraestructuras subterráneas pasaron a ser utilizadas como criptas.
Hoy sus vestigios se conservan en la pequeña plazoleta que precede al mercado, que surgió precisamente por la necesidad de protegerlos.