Reforma laboral: no es con quién, es el qué
La discusión política, el debate sobre qué partidos pueden o no apoyar la propuesta de reforma laboral, está pasando por encima del contenido de un texto que ha logrado algo si no histórico, por lo menos poco frecuente.
Tras nueve meses de negociación, gobierno, patronal y sindicatos parecen estar de acuerdo. Un consenso insólito para una reforma que aspira a convertirse en la herramienta clave para combatir la precariedad laboral
En 2022, todo lo que se dice ahí sigue vigente, según Ángel Córdoba, el presidente de APROSER, la asociación que reúne a las empresas más importantes de la seguridad privada en España. “Es el único regalo que yo hago a todo el mundo, todos los ministros lo tienen”, nos cuenta. “Todo lo que dice ahí, sigue vigente”.
En su asociación están representados más del 70% de los vigilantes privados, uno de los colectivos que la ministra Yolanda Díaz siempre pone como ejemplo al hablar de los beneficios de su reforma. Su plan, a grandes rasgos, marca tres ejes.
Los tres ejes de la reforma
El primero, la ultraactividad, es decir, que un convenio siga vigente aunque haya caducado, hasta que se llegue a un nuevo acuerdo. Con la reforma del PP, solo duraban un año. “¿Esto contribuye contra la precariedad? Pues sí, porque si no puedes estar cuatro años con el salario congelado”, se pregunta y responde Córdoba.
El texto también modifica las modalidades de contratación temporal, eliminando el contrato por obra. “Si ahora pasas de ser temporal a fijo discontinuo, inconscientemente la empresa te trata de otra manera porque crees que va a seguir contigo mucho tiempo. ¿También contribuye? Sí, perfecto”. Continúa razonando el presidente de APROSER
Y por último, la reforma pretente que el convenio del sector prevalezca sobre cualquier convenio de empresa en lo que tiene que ver con los salarios. Para Córdoba de nuevos suena coherente, y positivo, en lo que tiene que ver con la precariedad y si no lo mira desde otro punto de vista: “Como lo enfoque en cuánto me cuesta a mí esto, a lo mejor dijo que es muy malo pero no porque la medida sea mala”.
Las camareras de piso
La prevalencia de los convenios sectoriales es clave para otro de los colectivos que la ministra Díaz nombra cada vez que quiere poner ejemplos de los que salen beneficiados con su propuesta: las camareras de piso. “Todas las camareras de piso tienen que estar reconocidas como tal, pero muchas están cobrando como limpiadoras, llegando a recibir 2 euros por habitación hecha, incluso en establecimientos de lujo en los que la habitación sale a 300 euros”, nos explica Carmen Casín, que trabaja en una gran cadena hotelera.
Las diferencias entre unas y otras pueden llegar a los 400 euros a final de mes, algo que la nueva reforma promete arreglar, aunque al mismo tiempo deja de lado las condiciones sociales, asuntos como las libranzas, los turnos o los horarios, en las que la empresa podrá seguir aplicando sus propios convenios.
Más allá de los hoteles, el resto de establecimientos relacionados con la hostelería se preparan también para lo que viene. Emilio Gallego, secretario general de la asociación Hostelería de España, que agrupa a más de 315.000 bares, restaurantes y pubs, considera que la reforma ofrece buenas alternativas contractuales. Tanto para sustituir los contratos por días, que ahora son frecuentes en el sector —“el contrato para extras, limitado a 90 días anuales, puede funcionar perfectamente como una bolsa de días que se adapta a las necesidades de empresas como las de banquetes y eventos, o los pubs”—, como para reemplazar los contratos de temporada o por obra: “El fijo discontinuo va a tener que extenderse a áreas de la hostelería donde hasta ahora no se aplicaban”.
Una nueva cultura
En todo caso, Gallego advierte de la principal dificultad a la que se van a enfrentar: “Es evidente que hay que generar una nueva cultura, hay una tarea pedagógica por delante para explicar los cambios. En un sector con más de 300.000 empresarios autónomos, 1’7 millones de profesionales y más de 300.000 empresas de todos los tamaños, llegar a todos con información de calidad va a ser complicado”.
Algunos pequeños empresarios de otros sectores no ven grandes cambios en la propuesta y de hecho consideran que ya han dado algunos pasos en la dirección marcada: “Hace años que trabajar con contratos fijo-discontinuo, aunque al principio asusta un poco porque tiene unos costes asociados, conforme iban pasando las campañas me pareció que era genial”, recuerda Aaron Rivas, de la empresa familiar Agrorifer, en Vélez Málaga. Se dedican al cultivo de semillas en el campo de Málaga y, con esa estrategia, Aaron considera que evitan tener que formar personal cada año y mejoran la confianza entre la empresa y los trabajadores. “Los gastos son algo mayores, pero la tranquilidad con la que duermo también”, concluye.
No todos en el sector agrario están tan relajados. “En el campo no es igual eventualidad que precariedad” nos explica Juan José Alvarez, director de ASAJA. Desde su punto de vista en el sector no sirven los contratos fijos discontinuos (“la temporalidad es innata y no podemos hacer esos contratos a los trabajadores que llegan a nuestras explotaciones”) ni los temporales por 90 días (“cómo vas a pedir a un agricultor que planifique qué 90 días del año va a necesitar faena cuando todo depende del clima, de un granizo, de lo que sea”). Por eso, desde su asociación, que forma parte de la CEOE y se abstuvo en la votación, piden una solución adaptada al campo porque “han hecho una reforma de espalda a nosotros, mientras que ha habido sectores que han tenido trato especial”.
Con todo, la reforma parece haber levantado un consenso poco habitual y muchos ven en las pegas planteadas por algunas formaciones políticas intereses partidistas que poco tienen que ver con el fondo de la cuestión. Vigilar su cumplimiento, incrementando los recursos de la inspección de trabajo, será también llegado el caso, clave para el éxito de un plan que pretende acabar con la precariedad. Porque no todo puede ser cuestión de la buena fe de la que también habla la carta del Marques de Vauban: «Y de ahí bastante, monseñor, para hacerle ver la imperfección de esa conducta; abandónela pues, y en nombre de Dios, restablezca la buena fe: encargar las obras a un contratista que cumpla con su deber será siempre la solución más barata que podréis encontrar».
CADENA SER
FOTO: Camareras de piso, en un hotel. / Europa Press
https://cadenaser.com/2022/01/29/reforma-laboral-no-es-con-quien-es-el-que/