El Prado se abre a Picasso y los pintores contemporáneos y las mujeres tendrán un itinerario
El Museo del Prado ha presentado su temporada de exposiciones para 2022 en la que se acercará a los pintores contemporáneos como Fernando Zóbel o Picasso y en la que culminará el despliegue de su colección permanente
Este 2022 es un año clave para el Museo del Prado. Por un lado, después de dos años de pandemia, el museo espera recuperar los niveles de visitantes y venta de entradas de antes del COVID. Algo imprescindible para mejorar las cuentas. Por otro lado, el Prado pretende en este año culminar el despliegue de su colección permanente, es decir, adecuar nuevos espacias y mejorar el orden actual. Su programación para este año se mueve entre esos dos ejes.
La recuperación del público tendrá que ver con la situación sanitaria. De momento, explicaba Miguel Falomir, director del museo, no se plantean pedir certificado de vacunación, ya que siguen los protocolos del ministerio que no lo incluyen. Insistía en que el museo es seguro. «En todo este tiempo de pandemia que hemos abierto no ha habido contagios», aseguraba. Pero también las exposiciones temporales de este año animarán a los visitantes.
El Prado apuesta por un acercamiento a los pintores contemporáneos. «Nos interesan aquellos artistas recientes que han mostrado interés por las colecciones del Prado, por el arte del pasado», matizaba Miguel Falomir. De ahí tres exposiciones que marcarán 2022. La de Fernando Zóbel y la historia del arte, que llegará en noviembre y que se desarrollará junto a la Fundación March, quien tiene los derechos del pintor. Fundador del Museo de Arte Abstracto de Cuenca, Zóbel realizó un estudio de los maestros del siglo pasado y el Prado mostrará los cuadernos de dibujo del autor en los que usaba la copia clásica para construir su universo abstracto.
En esta línea se inserta la llegada al Prado de Philippe Parreno. En mayo veremos La Quinta del sordo, instalación del artista de origen español, pero afincado en París que se basa en un montaje audiovisual sobre las pinturas negras. Sin duda, la más golosa de todas es Picasso y el Greco, que llega en el 50 aniversario de la muerte del pintor malagueño. En ella se mostrarán una serie de obras de Picasso sobre la obra del Greco.
Habrá más exposiciones temporales. En marzo se presentará Annibale Carraci. Los frescos de la capilla Herrera, donde se podrán ver un conjunto de pintura mural de la iglesia de Santiago de los españoles en Roma. Reunirá las pinturas murales conservadas y restauradas y una selección de óleos relacionados con ellas. También una muestra sobre Luis Paret y Alcázar, es la primera monografía dedicada a este pintor. «Lo que demuestra que hay vida más allá de Goya en el siglo XVIII», matizaba Falomir. En octubre se presentará, en colaboración con el Museo y Real Bosco di Capodimonte de Nápoles, una exposición dedicada a artistas españoles del Renacimiento en Nápoles.
La de Goya, San Bernardino de Siena, con los bocetos del pintor aragonés para la basílica de San Francisco el Grande de Madrid. También una dedicada a Francisco Padilla, en un recorrido por su trayectoria profesional cuando celebramos el centenario del pintor. Otra sobre El marqués de Santillana. Atención a esta: La esencia de un cuadro. Una exposición olfativa. Llegará el 5 de abril y es un proyecto patrocinado por Samsung y con la Academia del Perfume. Se trata de una experiencia para el visitante que podrá oler aquello que evocan los cuadros. «Lleva aparejado un cierto montaje tecnológico que permitirá al espectador oler las fragancias a las que alude el cuadro», decía Falomir.
Esas son las prioridades del prado que apuesta también por terminar de ordenar su colección permanente. Habrá nuevos espacios, como la Galería Jónica, con 53 nuevas esculturas. «Va a permitir que el Prado vuelva a entrar en diálogo con el espacio circundante y la naturaleza». Es adyacente a la galería central y eso va a permitir ver las obras y el Paseo del Prado.
Y por último, dentro de la colección permanente, el Prado propone nuevos itinerarios que permitirán e invitarán al público a ver la colección de una forma distinta. Para ello se invitará a personas ajenas al mundo del arte, como a Noelia García Pérez, astrofísica del CESIC para el itinerario Reflejos del cosmos en el Museo del Prado. Y aquí se ubica la concesión que el museo hace a la cuestión de género, un itinerario sobre las mujeres que se dedicaron a financiar arte.
«Desde hace una serie de años, estamos llevando a cabo iniciativas para dar visibilidad a las mujeres en el mundo del arte. La mayoría se habían centrado en las mujeres artistas, pero hay muchas formas de ser mujer en el arte, como las mujeres promotoras», justificaba Falomir que incidía en el papel que el Prado es una potencia en este sentido. «Hay pocos museos donde las mujeres hayan jugado un papel más importante». De ahí un primer itinerario llamado El Prado en femenino. Patronas y benefactoras del Museo, de Isabel la Católica e Isabel Clara Eugenia. «Lo que hemos querido hacer con el itinerario es llamar la atención, poner el foco. Con Invitadas ya señalábamos la inquietud por dar visibilidad a esas mujeres. Llamar la atención y apartar de aquí desarrollaremos actuaciones más concretas sobre estas mujeres artistas», explicaba el director del museo.
Salón de Reinos
El director del museo ha apuntado a principios del verano como posible comienzo de las primeras obras del Salón de Reinos, que se encuentran en fase de licitación. El plazo de ejecución son 3 años, siempre y cuando no haya ningún contratiempo, ha explicado.
Las obras sumarán una nueva planta diáfana —1.300 metros cuadrados—, que el Prado podría dedicar a las exposiciones temporales. Si fuera el caso, el mantenimiento costaría unos 7 millones de euros al año, y a lo mejor habría que valorar, crear una entrada distinta, aunque Falomir no se ha mostrado partidario.
Durante el último año, con la falta de ingresos por ventas de entradas de la pandemia, la institución ha emprendido una serie de políticas de reducción y optimización de recursos, que han permitido reducir su presupuesto y mantener sus cuentas saneadas.
Los datos provisionales de venta de entradas de 2021 ascendieron a 7,1 millones de euros, por encima de los 3,7 millones de 2020, pero muy lejos de los 20 millones de 2019.