Los colegios imparten pocas horas de una materia que es vital para la salud de los alumnos

La asignatura de Educación Física es desde hace décadas una ‘maría’ en los colegios. Relegada en los programas escolares por el peso creciente que se otorga a otras materias como Matemáticas, Física, Lengua… apenas se le dedican dos horas a la semana en Primaria, una en Secundaria y en Bachiller llega a desaparecer. Una advertencia: la mitad de los adolescentes españoles solo hacen deporte en el colegio.

En un momento en el que la obesidad y el sedentarismo se han convertido en el principal problema de salud entre los menores –problema agravado por la pandemia– la necesidad de incrementar la actividad física en la escuela es urgente, advierten los expertos. El deporte no solo ofrece beneficios para la salud, también psíquicos y de rendimiento académico, insisten.

Aure Medina, profesor de Educación Física de la escuela pública vasca; el presidente del colegio oficial de titulados en esta especialidad en Euskadi, Arkaitz Larrinaga; y Víctor Arufe, doctor en Ciencias de la Actividad Física y del Deporte y profesor e investigador de la Universidad de La Coruña, lanzan la alerta.

¿Habría que aumentar el número de horas semanales en el colegio? En ese caso, ¿a cuánto?

Aure Medina: «Hay centros en los que apenas se imparte hora y media a la semana en Secundaria y dos sesiones en Primaria. Entre que recogen las cosas, van al vestuario, se cambian, van al polideportivo o gimnasio y el profesor da la explicación de la actividad que van a hacer ya han pasado 15 o 20 minutos, luego hay que irse a la ducha. El tiempo se queda en nada».

Arkaitz Larrinaga: «La OMS recomienda una hora de deporte al día para adolescentes y lo mínimo serían tres horas a la semana en días diferentes. Pero el ejercicio físico debe estar presente en buena parte de la jornada escolar. ¡No podemos tener a los niños seis o siete horas sentados! Los colegios son los espacios más eficaces para la promoción de la actividad física y la lucha contra el sedentarismo en la etapa infantil y juvenil».

Víctor Arufe: «La educación física debe tener un hueco en cada jornada escolar. Si consiguiésemos que los niños hagan al menos una o dos horas de ejercicio físico al día estaríamos reduciendo la incidencia del sobrepeso y la obesidad. La actividad física tiene un doble papel de prevención y rehabilitación de patologías asociadas al sedentarismo. Yayuda a instaurar hábitos saludables. Estamos ante un fármaco natural, gratuito y al alcance de todos».

Mantienen que en el colegio no solo se debe hacer ejercicio en la clase de gimnasia. ¿Cómo hacerlo?

Larrinaga: «Se puede trabajar en otras materias: en ciencias con una excursión al bosque o practicar las matemáticas de pie. En las aulas debemos crear espacios activos, retirar mesas y sillas y dejar a los alumnos que se muevan».

Medina: «Los profesores de Educación Física tienen que convertirse en dinamizadores de los centros para promover el ejercicio en los recreos, incorporar proyectos de patios lúdico-deportivos y participar y promocionar las salidas al exterior, que tan necesarias son en esta dura época de restricciones por el covid».

Defienden que es más que una asignatura, ¿en qué sentido?

Arufe: «Es un medio para potenciar cualquier tipo de aprendizaje, desde un valor, a recrear contenidos sobre la historia, las ciencias naturales o practicar matemáticas. Además, es la única materia que permite trabajar aspectos físico-motrices, de actitudes, y la esfera social, emocional y psíquica de los alumnos. Hay estudios que confirman que la práctica de ejercicio habitual en la niñez reduce de forma notable las posibilidades de tener problemas de salud mental de adultos».

Medina: «La actividad física mejora la concentración y el rendimiento académico de los escolares, reduce su ansiedad y ayuda a trabajar en equipo. Además, para algunos alumnos es el único deporte que hacen en toda la semana. En casa, ni se mueven con los videojuegos».

EFECTOS DEL SEDENTARISMO

  • En la esfera social El niño que es activo y practica un deporte respeta las normas y reglas, y ello tendrá un reflejo en su vida en sociedad.

  • En el ámbito emocional Actúa como un auténtico regulador y potenciador de las emociones. Con la educación física podemos trabajar el miedo, la ira, la rabia, la frustración o la alegría.

  • En el psicológico La inactividad física provoca problemas para el control del estrés, la autoconfianza o la motivación.

  • En la esfera motriz Los adolescentes que no practican ejercicio suelen tener más dificultades de equilibro, coordinación, fuerza, resistencia… Todo ello puede redundar en una peor imagen corporal y una autoestima más baja.

¿Por qué ha estado y está infravalorada, cómo darle la vuelta?

Arufe: «El currículum educativo siempre ha menospreciado algunas asignaturas como la Educación Física, la Plástica, la Música o la Filosofía. Esto ha provocado que la sociedad también lo haga. Tenemos casos de familias que eligen la hora de educación física para llevar a su hijo al pediatra y colegios que utilizan esa clase para organizar charlas o recuperar otras materias. En todo caso, no podemos dejar la responsabilidad de que los menores hagan deporte en las familias, porque muchas no tienen unas condiciones que les permiten potenciar una vida activa en sus hijos. Por eso, la escuela debe responder también a los problemas que tiene la sociedad y uno de ellos es la falta de actividad física, el sobrepeso y obesidad o el abuso de la tecnología entre los menores.

 

MARTA FDEZ. VALLEJO

FOTO: adrià ramírez

https://www.ideal.es/vivir/salud/educacion-fisica-debe-20220124132116-ntrc.html

 

 
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