25 noviembre 2024

Privarnos del sueño impide la limpieza del cerebro y acelera nuestro deterioro cognitivo

En nuestro día a día hay tantas cosas que nos preocupan que, en ocasiones, nos metemos a la cama y, por muy cansados que estemos, no somos capaces de pegar ojo. Otras veces no es tanto el run run de la cabeza sino los ruidos que nos despiertan y nos desvelan, una notificación en el móvil, que se enciende solo en la mesilla y nos desbarata el mejor rato… Imposible lograr así el anhelado sueño reparador. Mañana no podremos decir eso de que nos hemos levantado como nuevos.

Las estadísticas confirman lo que ya sabemos, que en España se duerme poco, mal y tarde. Más allá del cansancio del día siguiente, el asunto preocupa porque dormir es un proceso fisiológico y vital para la salud, del mismo modo que lo es respirar, comer o beber. Así, cuando nos privamos de sueño, muchas cosas relacionadas con nuestra salud y nuestro comportamiento van mal. «Necesitamos dormir para que nuestros órganos funcionen de forma adecuada y se produzcan todos los procesos de regulación biológica de nuestro cuerpo», asegura María José Masdeu, neumóloga y miembro de la junta directiva de la Sociedad Española del Sueño (SES).

Liberar emociones

La experta explica que mientras dormimos, el cuerpo libera hormonas que ayudan a reparar las células y a controlar el uso de la energía que hace el cuerpo. El sueño afecta a las hormonas del crecimiento –esencial para el desarrollo de los menores– y del estrés. Del mismo modo, dormimos para aprender y liberar emociones, ya que consolidamos el aprendizaje del día durante la noche, en la etapa de sueño REM.

Y si no dormimos, ¿que nos puede ocurrir? «La privación de sueño aumenta el riesgo de enfermedad cardiovascular, altera el normal funcionamiento del sistema inmunológico, impide la fijación de los recuerdos –el sueño y la memoria tienen una relación directa– y la limpieza del cerebro y acelera el deterioro cognitivo», enumera Nuria Roure, psicóloga experta en trastornos del sueño y autora del libro ‘Por fin duermo’ (Ed. Vergara). Así pues, nuestro sueño tiene consecuencias directas con la manera en la que viviremos e interpretaremos nuestro día.

Dormir es una acción necesaria en nuestra vida pero hay a quien le bastan cinco horas para sentirse despejados y quienes necesitan diez. Lo establecido como recomendable es entre siete y ocho horas, aunque este tiempo se va reduciendo a medida que envejecemos. «Al nacer necesitamos unas veinte horas de sueño repartidas entre el día y la noche, hasta las seis horas y media que necesitamos cuando llegamos a la vejez. En situaciones de alta demanda de sueño, estudiantes en épocas de exámenes, altos ejecutivos con exigencias cognitivas importantes o deportistas de élite se requiere mayor número de horas de descanso», explica Nuria Roure.

Irrecuperable en el tiempo

Si hacemos cuentas, fácilmente vemos que un tercio de nuestras vidas lo pasamos durmiendo. Por algo será cuando el cuerpo lo pide. Con sensaciones y avisos, antes o después, llega el momento en el que se activan señales para que descansemos.

Los especialistas insisten en que a menudo no se le da la importancia que merece a la función del sueño y que durante muchos años se ha considerado el hecho de dormir como una pérdida de tiempo. «Muchas personas con altos cargos o personas ilustres presumían de que necesitaban dormir poco. Pero hoy se ha demostrado que un sueño escaso afecta al rendimiento laboral y a las capacidades propias del liderazgo. Debemos darle la misma importancia, si no más, que la que damos al ejercicio, la nutrición o el equilibrio emocional».

A propósito de las horas de sueño, la pregunta recurrente: ¿se puede recuperar el sueño perdido dándonos un atracón? No. «Aunque durmamos más tiempo el fin de semana, nunca llegamos a recuperar las horas que le robamos a nuestro cuerpo a lo largo de la semana», advierte Masdeu.

Las pautas para dormir bien

Rutina

Es importante mantener unos horarios estables similares a los que hacemos para comer o asearnos.

Estimulantes

Debemos evitar tomar bebidas con cafeína a partir de las cuatro, así como cenas copiosas.

Preocupaciones

No es fácil, pero intenta resolver tus inquietudes antes de acostarte. Manejar el estrés puede ayudarte.

Smartphone

La luz blanca de las pantallas del móvil activa el cerebro y evita que mande señales al cuerpo para dormir, por eso nos desvela.

¿En qué países se duerme más?

Lo dicen nuestros wearables: en España vivimos estresados y con más sueño. Un estudio de Zepp Health nos sitúa por debajo de Italia, China, Estados Unidos o Rusia en calidad del descanso. Y no salimos mejor parados en otro reciente informe sobre la duración del sueño en Europa. En este, los ciudadanos de Finlandia y los Países Bajos figuran en la cabeza del ranking de los que más duermen del continente: 7 horas y 37 minutos de media; en Bélgica, Irlanda o el Reino Unido duermen siete horas y media, mientras que en España, se reduce el tiempo a 7 horas y 13 minutos

https://www.ideal.es/vivir/salud/porque-dormimos-y-que-ocurre-cuando-nos-privamos-del-sueno-20220206145858-ntrc.html