Empresarios y Junta abortan el manifiesto de los Mártires
Gerardo Cuerva y Pablo García evitaron suscribir una declaración tras el encuentro institucional convocado por Paco Cuenca el lunes porque el borrador no incluía compromisos concretos. El documento se quedó redactado, con los logos pero sin firmas
El pasado lunes, tras la cumbre institucional en el Carmen de los Mártires, hubo declaraciones, abrazos, algo –o bastante– de paripé, impostadas buenas intenciones y algunas fotos. Lo que no hubo fue manifiesto porque la mesa se quedó compuesta y sin firma. Aunque estaba preparada la escena e, incluso, el documento con los logos de todos los participantes. Los empresarios y la Junta se negaron a suscribir un compromiso que consideran «vacío» y que estaba precocinado. Al menos otro de los presentes tampoco puso mucho empeño. Esto fue lo que pasó y no se contó.
El jueves 3 de febrero por la tarde circuló un borrador entre las partes, promovido por el alcalde, Paco Cuenca. Es difícil no apoyar el texto. Y eso fue lo que recriminaron algunos, que los párrafos estuvieran repletos de «lugares comunes».
Tras una exposición de motivos genérica, el documento cerraba con cinco puntos: apostar por el desarrollo científico y tecnológico de Granada; impulsar proyectos que hagan de esta provincia un referente en el ámbito de la inteligencia artificial y biosanitario; aprovechar los fondos de la UE para «poner las bases de un modelo de crecimiento irreversible que se base en la ciencia»; «trabajar de manera coordinada en la reivindicación de unas mejores infraestructuras»; y dejar fuera de la «batalla partidista» el «modelo económico de Granada». Más de uno se preguntó tras leer el borrador: ¿y cómo se hace todo esto?
Uno de los convocados amagó con no acudir a la cumbre al sospechar que se trataba de una «pantomima». «Una reunión de trabajo no termina con un manifiesto», justifican fuentes próximas a los empresarios. Por anticipado alertaron al gabinete de alcaldía que no estaban predispuestos a firmar.
Gerardo Cuerva lo expresó en el encuentro. Y le siguió el delegado del Gobierno, Pablo García. Advirtieron de que se estuviera «quemando» el efecto de las cumbres a base de repetirlas sin ningún resultado. En julio, los mismos y alguno más secundaron un manifiesto por el corredor mediterráneo, del que aún no se sabe si llegará a Granada ni cómo. «No podemos rubricar banalidades, hay que comprometerse a cosas concretas. Todos estamos de acuerdo en que hay que apostar por la ciencia, pero no podemos convocar para firmar un algo sin sustancia», expresa uno de los presentes.
El delegado de la Junta advirtió que no estaban «cómodos» con el manifiesto. Cuerva aconsejó que este trabajo hay que hacerlo más discreto para avanzar, y recordó cuando, él mismo, reunió hace un par de años al presidente de Diputación, Pepe Entrena, la consejera Marifrán Carazo, el entonces alcalde, Luis Salvador, y a la rectora, Pilar Aranda, en una comida con el mismo objetivo y no hubo foto.
Finalmente, se apartó el documento y decidieron crear unos grupos técnicos de trabajo con dos representantes por cada una de las instituciones. Hicieron declaraciones, apelaron a la unidad y se marcharon.
Pero para sacar una conclusión de lo sucedido basta con repasar lo que ocurrió después. A las 13.16 el Ayuntamiento envía un comunicado donde celebra que Granada ha alcanzado una «alianza estratégica de todas las instituciones». Sin embargo, de entre todas solo aparecen declaraciones de Paco Cuenca y, curiosamente, de la subdelegada del Gobierno, Inmaculada López Calahorro. Para no ser menos, a las 13.35 difunde un audio con su valoración el delegado de la Junta, Pablo García. A las 14.09 difunde su nota la Diputación, donde Pepe Entrena destaca la «apuesta por el trabajo conjunto para hacer de Granada un referente de la ciencia y la tecnología», con declaraciones suyas y de Cuenca. Y, por no quedarse atrás, a las 15.09 llegan las declaraciones de Gerardo Cuerva, que reclama «trabajo» para diseñar la «Granada del futuro».
La cumbre del consenso terminó con cuatro valoraciones distintas en una hora y 53 minutos. Eso es lo único que quedó de manifiesto.