Jordi Évole denuncia los insultos machistas y clasistas que lanzan a Megan Maxwell tras su entrevista
La Sexta emitió una nueva entrega de ‘Lo de Évole’, En esta ocasión, Megan entrevistó a Maxwell, para descubrir a Maria del Carmen Rodríguez del Álamo, el nombre real de la autora española que, sin aparecer en las listas de recomendaciones literarias y sin campañas publicitarias, ha vendido más de cinco millones de sus novelas eróticas en todo el mundo, tres de ellos en España.
«La paran por la calle o en las tiendas cuando va a comprar, la esperan multitudes con pancartas en los aeropuertos a los que llega y sus seguidoras abarrotan sus actos y devoran sus libros. Megan Maxwell, más que una escritora, es un fenómeno pop», explican en El Periódico.
Los medios al hablar de los libros de Maxwell y la entrevista concuerdan en poner en el centro de la cuestión la sexualidad femenina.
Maxwell, además, recuerda con Évole su infancia complicada por ser hija de madre soltera y su trayectoria, desde el rechazo inicial hasta el ‘boom’ que supuso publicar ‘Pídeme lo que quieras’, su novela más vendida y la que le cambió la vida.
Tras entra entrevista Jordi Évole ha denunciado los ataques «clasistas y machistas» que se han difundido en redes respecto a la entrevista:
“Cualquier cosa que nos guste a las mujeres se nos tiene que criticar”, decía la misma autora durante la entrevista.
Cuando los mandaba a editoriales le decían que «rebajara el carácter de las mujeres», explicaba. Sin embargo, ella «prefería no publicar a publicar algo que no me gustara a mí. Pasaron 12 o 14 años hasta que me publicaron», lamentó.
Con lo que sí se ha topado es con «la falta de interés» entre sus colegas que, incluso, han dicho de su literatura que es «porno para mamás». Algo que a ella le molesta profundamente:
«Pienso que cualquier cosa que hagamos las mujeres o que nos guste siempre se nos tiene que criticar. En este caso, nos está gustando la novela erótica, donde aparecen unos tipos increíbles, y que te haga soñar y ya es porno para mamás. Tiene que ser algo criticable. En cambio, lleva el porno para hombres toda la vida y nunca he escuchado que sea porno para papás. Siempre se tiene que poner alguna palabra fea para dejarnos mal», subrayó.
La crítica, en cambio, la ignora a menudo, y algunos medios la despachan como «porno para mamás» o como «libros para gente que no lee», como un subgénero. Maxwell rebate estos calificativos: «A las mujeres siempre se nos tiene que poner alguna palabra fea como para dejarnos mal. Nunca he escuchado lo de ‘porno para papás’».