EL TESORILLO DE SIERRA ELVIRA
En la comarca de la Vega de Granada, a medio camino entre los municipios de Atarfe y Pinos Puente, se encuentra Sierra Elvira, montaña de la cordillera Bética en cuya estribaciones meridionales se sitúa Madīnat Ilbīra (Medina Elvira).
Este núcleo urbano estuvo conformado por barrios, tal vez como resultado de la existencia de varias alquerías rurales cuya unión acabó dando lugar a la ciudad. Contó con una mezquita aljama y una alcazaba, levantadas probablamente en el siglo IX en la época de Abd al-Rahman II. Entre los siglos VIII y X fue ésta una ciudad de pujante riqueza económica gracias a la producción agrícola de la vega granadina; importancia administrativa al ser capital de la kūra de llbīra (una demarcación territorial del Califato de Córdoba de gran tamaño); y punto de distribución de productos comerciales gracias a su buena ubicación en rutas mercantiles. La desintegración del califato cordobés dio lugar a que Madīnat Ilbīra fuera progresivamente decayendo y despoblándose, hasta que la capitalidad se traslada al cercano poblamiento de Madīnat Garnata (Granada) por la nueva dinastía de los Ziríes en los primeros años del siglo XI. La ciudad de Ilvira fue saqueada y expoliada, aunque siglos después algunos autores aún referencian la existencia de vestigios visibles de la misma. El lugar cayó en el olvido hasta que en el siglo XIX empezarón a aparecer de forma casual algunos restos arqueológicos, lo que dio lugar a las primeras investigaciones y excavaciones. Este yacimiento fue declarado Bien de Interés Cultural (BIC) en el año 2004 y desde 2005 se realizan campañas de excavación sistemática. Entre los restos arqueológicos del lugar, en concreto en las canteras de mármol de Sierra Elvira, fue hallado un tesorillo de plata, es decir un pequeño depósito de materiales valiosos que forma parte de la exposición permanente del Museo de la Alhambra y se puede ver la sala II. Está compuesto por tres monedas emirales, una ajorca o pulsera de plata y un asa de una jarra del mismo material. Junto a estas piezas fueron además encontrados una pata de bronce incompleta y un candil de cerámica. Las monedas son tres dirham de plata, uno realizado en el año 204H./ 819 d.C. (R 10703), durante el reinado de Al-Hakam I; y los otros dos del año 243H./ 857 d.C (R 10704) y del 260 H. /873 d.C (R 10702), en época de Muhammad I. La aparición de las monedas permite datar con exactitud este hallazgo, ya que en ellas aparece la fecha de acuñación. También está inscrita la ceca genérica de “al-Andalus”, aunque existe un consenso a la hora de situar en Córdoba el lugar material de producción. Las tres piezas presentan epigrafía árabe en las dos caras de las monedas y, además de los datos reseñados, aparecen textos del Corán, en concreto en el anverso presentan la profesión de fe unitaria o kalima, escrita en árabe: “No hay dios sino Allah, sólo Él. No tiene igual?. En el reverso aparece inscrito en árabe la sura 112, 1-4 del Corán: “Dios es uno, Dios es eterno, no engendró y no fue engendrado, y nadie es semejante a Él” y la misión profética de Mahoma (Corán 61, 9 p.): “Mahoma es el enviado de Dios, al que mandó con la guía y la religión verdadera para hacerla prevalecer sobre toda otra religión, a despecho de los politeístas”. Dos de las monedas han sido perforadas para poder insertarla en una anilla de plata, que serviría para llevarla colgada o para facilitar su transporte. Y las tres presentan pequeños recortes en las orlas. Estas alteraciones en las monedas las encontramos en otras piezas de la colección del museo de similar época. También formaban parte de este hallazgo tres fragmento de una ajorca de plata. Esta joya podía colocarse tanto en brazos como en muñecas o tobillos, siendo un adorno femenino habitual en al-Andalus. La pieza ha sido realizada en plata chapada mediante la unión de tres láminas huecas que se retuercen a modo de cordón formando cilindros. Estos cilindros huecos y entorchados es probable que estuvieran originalmente rellenos de una pasta a base de resina, de la que se han encontrado restos en piezas similares. Presenta decoración en filigrana, con hilos de plata torcidos sobre si mismos a un tiempo, imitando una forma de cuerda. En uno de los extremos se aprecia el sistema de cierre de la ajorca con una anilla circular. Estos objetos, junto al resto de piezas halladas, son un ejemplo que muestran la importancia que ya en el siglo IX tenía este lugar como encrucijada de caminos y centro comercial. Otras piezas procedentes de Medina Elvira están en el Museo Arqueológico de Granada, como una lámpara de platillo o el ataifor del caballo. Más información sobre este yacimiento en el Blog de la Cultura de Andalucía y en la web del proyecto Medina Elvira.