El Gobierno aprueba el decreto de bachillerato
El Gobierno aprueba el decreto de bachillerato: los alumnos podrán terminar con un suspenso y desembocará en una nueva Selectividad. Cambia la forma de aprender, las reglas, las modalidades y las asignaturas. Claves para entender cómo queda la etapa
El Gobierno ha aprobado este martes el nuevo decreto de bachillerato, con el que culmina la reforma de las etapas educativas para adaptarlas a la ley que entró en vigor el año pasado, la Lomloe, y a una nueva forma de enseñar basada en competencias. Con la nueva normativa, los alumnos podrán terminar el bachillerato con una materia suspendida si cumplen una serie de condiciones.
El secretario de Estado de Educación, Alejandro Tiana, recordó el lunes en un encuentro con la prensa que se quiere copiar el modelo de las universidades, donde una junta de compensación se reúne y debate si aprueba la carrera un alumno que tiene el resto de asignaturas superadas. Tiana cree que hay que dar cierta “autonomía” a los bachilleres, a los que se trata más como alumnos de secundaria que como preuniversitarios. “No es que se ahorren una materia, en absoluto, sino que en determinadas condiciones puedan compensar: cuando han cursado la materia, cuando han logrado unos niveles aceptables en general, cuando tienen una media superior al cinco…”.
Bachillerato en tres años
El bachillerato podrá cursarse en tres cursos, de forma excepcional, en vez de en los dos habituales. De esta manera, quiere facilitarse el estudio a jóvenes deportistas de élite o artistas con dificultades para compaginar su práctica y los libros. Cataluña puso en marcha el pasado curso un programa piloto.
La etapa pasará a tener cinco modalidades, en vez de las tres actuales, al dividirse en dos la rama artística (una plástica y otra centrada en la música y las artes escénicas) y haberse creado un nuevo bachillerato general, con materias de ciencias y de letras. La separación de las artes es una vieja reclamación de profesores y alumnos, pues poco tiene en común el teatro con el diseño. El bachillerato general está pensado, explicó Tiana, para jóvenes que quieren estudiar carreras que tocan distintas áreas de conocimiento, como Turismo o Comercio, o un grado superior de FP de Educación Infantil o de Técnico de Sonido, y no quieren ir “a una especialización tan grande”. El secretario de Estado puso de ejemplo el prestigioso Bachillerato Internacional (BI), implantado en medio mundo, también en España, en el que no existen modalidades y el alumno hace su itinerario a la carta. Tiana cree que su implantación será “paulatina”, pero que no conllevará mucha dificultad en centros que cuenten ya con rama de letras y de ciencias. Son las autonomías quienes deciden qué modalidades se imparten en cada centro.
El nuevo currículo, que se implantará en septiembre en el primer curso de bachillerato y un año después en segundo, también incorpora siete asignaturas (cuatro de ellas diseñadas para la modalidad general). La Historia de España, que abarcaba desde la prehistoria en un solo curso de bachillerato, se centrará en la edad contemporánea. “La historia la estudia todo el alumnado en todos los niveles, y en bachillerato un estudiante necesita saber cómo se construye la historia, y para eso es imposible si hay que estudiar no sé cuántos siglos. En otros países se hace igual. En Francia se estudia desde la II Guerra Mundial, en otros solo el siglo XX…”, recordó Tiana.
Pero lo más relevante es que aspira a cambiar profundamente la manera de aprender, pasando de un modelo basado en que los alumnos sean capaces de repetir contenidos en un examen a otro que ponga a prueba su capacidad de aplicar los conocimientos adquiridos y a relacionarlos entre sí. El nuevo enfoque, llamado competencial, desembocará en una Selectividad distinta, más parecida a los exámenes del Informe Pisa, la prueba que la OCDE realiza regularmente en decenas de países (79, en 2018).
Reciclaje de los profesores
Ante tantos cambios, los sindicatos reclaman reciclaje para los docentes, y Tiana coincide: “Somos conscientes de la necesidad de formación permanente, que en la ley está recogida como un derecho y un deber del profesorado. Aunque es competencia de las comunidades, desde el ministerio estamos poniendo en marcha programas de cooperación territorial con las comunidades autónomas en algunos campos, como el de la digitalización, pero no exclusivamente”. No solo va a haber cursos, sino que se van a crear, contó el secretario de Estado, redes de colaboración entre centros “para que puedan aprender unos de otros en visitas incluso de distintas comunidades”. Además, algunas regiones han creado la figura de los tutores curriculares “para apoyar a los equipos directivos en los cambios que hay que hacer”, aunque Tiana elogió que ya muchos centros tienen “sus propias iniciativas desde hace tiempo que son muy interesantes”.
Los documentos elaborados por el Ministerio de Educación y aprobados por el Consejo de Ministros, llamados de Enseñanzas mínimas, deben ser ahora completados por cada comunidad autónoma (las que tienen lengua cooficial decidirán un 50% del currículo, y las que no, un 40%) aprobando sus propios decretos. Y tendrán que darse prisa porque quedan cinco meses para que empiecen a aplicarse. Tiana insistió en que se ha trabajado de “forma colaborativa” con los gobiernos autonómicos “desde hace más de un año”, y la prueba es que varias regiones presentarán en poco tiempo los borradores de sus currículos. A su juicio, estos van a ser más parecidos entre sí que los de la anterior ley, la LOMCE, pues en ese caso las comunidades tenían total libertad en el desarrollo de las asignaturas optativas y ello ha llevado a que los sellos “hayan editado más libros de texto que nunca”. Tiana cree que las diferencias de contenido siempre van a existir entre centros “de una calle a otra”, pero que lo importante es que ello no cree desigualdad.
En cuanto a la Religión, el nuevo texto le quita relevancia al establecer que las calificaciones obtenidas en la asignatura no contarán a la hora de extraer “la nota media a efectos de acceso a la Universidad ni en las convocatorias para la obtención de becas y ayudas al estudio en que deban entrar en concurrencia los expedientes académicos”.
Las siguientes claves pueden ayudar a entender mejor la reforma educativa de esta etapa de Bachillerato.