De la semana que ha pasado, en Andalucía nos han quedado dos fotos fijas que evidencian la tendencia de la campaña electoral que viene: por un lado, desde la Feria de Sevilla, la suma denominada ‘Por Andalucía’ haciéndose la guerra (en vez de unirse en torno a la moderada Inmaculada Nieto) y presentándose fuera de plazo para sonrojo del verdadero militante de la coalición, que se merece un respeto; por otro, la sonrisa serena de  Juanma Moreno desde Granada, con la Alhambra de fondo y cinco mujeres liderando las candidaturas provinciales. Entre una y otra imagen media un abismo, una sima honda que el personal va notando con decepción y que puede afectar indirectamente a Juan Espadas pensando en un posible socio futuro para algo; aunque sea para tener peso estratégico en la oposición que le permita que Vox no marque el paso de la próxima legislatura.

 Frente a la preocupación angustiada de la izquierda-izquierda,  está esta habilidad inesperada de Moreno Bonilla para construir un discurso distanciado del marco conceptual en que estaba anclada la derecha andaluza. Porque Juanma se ha dado cuenta de que la mejor marca que puede utilizar no son las siglas, sino su propio nombre (como hizo Pablo Iglesias en las papeletas de 2014 poniendo en órbita a este Podemos que, ahora, se deshace por momentos) y de que sus referentes no tienen que venir de Génova o de otras comunidades para darle carta de naturaleza.

Es curioso pero ha tenido que ser la derecha la que entienda que, para los próximos comicios, la política de proximidad es la que funciona y, desde ese planteamiento, ha elegido a sus cabezas de cartel. Destacan Marifrán Carazo por Granada, Patricia del Pozo por Sevilla, Carmen Crespo por Almería, Loles López por Huelva o Ana Mestre por Cádiz. Cinco mujeres, algo que llama la atención y desactiva cualquier intento de presentarlo como el líder de la derecha reaccionaria y machista. Ha logrado una imagen de moderación sin guerras intestinas que cuestionen ningún nombre. Y eso tiene mérito.

Luego está ese guiño a Granada; porque venir a presentar la candidatura completa aquí, con esa foto de grupo, no es algo casual que pueda pasar desapercibido. A los políticos les ha importado poco el malestar granadino por el eje Sevilla-Málaga y esto tiene un coste; por eso el gesto puede interpretarse como un inicio, un principio si son inteligentes y empiezan a dar el protagonismo robado a Granada durante décadas; y en ello parece tener mucho que ver Marifrán Carazo, que se ha revelado como un pilar del nuevo PP y que, desde el área de Infraestructuras (pocas veces una consejera granadina tuvo tanto poder), lleva inauguradas carreteras por valor de 576 millones de euros y tiene en proceso otros 349 para 2022-2023. Muchos millones para que la ciudadanía lo ignore cuando vote el 19-J.

Recuerdo el tiempo en que algunos desdeñaron/desdeñamos a Moreno Bonilla  pensando que era un rival cómodo y bisoño, un interino para perder, mientras el PP encontraba un líder con carisma. Pero, después de tres años en San Telmo, da la impresión de que comprende los entresijos de la Junta, con lo que tal vez convendría asumir que tiene una estrategia bien planificada. Y, mientras los demás discuten cómo frenarlo, él  avanza con la seguridad de quien intuye que ha llegado para quedarse.

A MARCA DE JUANMA

 

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