«Mis padres no me dejan la consola, pero los abuelos sí»

Cómo gestionar el uso de las pantallas para evitar conflictos familiares

Los que tienen hijos en edad escolar saben lo complejo y agotador que es para los padres gestionar el tema de las pantallas, fuente inagotable de disputas familiares… Con los niños, pero también con los abuelos, sobre todo cuando están al cuidado de los pequeños y no respetan las normas establecidas por los progenitores para el uso de la consola, el móvil o la tableta. «En primer lugar tiene que quedar muy claro que la educación de los niños es responsabilidad de los padres y los abuelos bastante hacen con echarnos una mano cuando nosotros no podemos, como pasa ahora con las vacaciones de Navidad. Dicho esto, lo ideal es que ambas partes sigan la misma pauta, pero la realidad es que no siempre se puede. Tenemos que ser razonables e intentar llegar a acuerdos», argumenta la psicóloga infantil Silvia Álava.

Los expertos del portal especializado en educación digital Empantallados son también partidarios de «establecer unos criterios comunes» a la hora de decidir el tiempo que pueden pasar los niños delante de una pantalla o qué tipo de contenido resulta más o menos conveniente en función de su edad. «Ahora bien, es esencial que entendamos que no todos tenemos la misma formación en este tema y muchos abuelos puede que ni siquiera tengan la sensación de estar haciendo nada que pueda perjudicar a sus nietos cuando les dejan el móvil. Si ya nos cuesta a nosotros educar en el mundo digital, imagínate a nuestros padres», destaca María José Abad, coordinadora de la web.

Proponer alternativas

La «primera medida básica» consiste, precisamente, en explicar a los abuelos o familares a cargo de los niños por qué es importante limitar el uso de dispositivos digitales –dependencia, acceso a contenido inadecuado, problemas de autoestima…–, «pero también debemos ayudarles a contar con recursos de entretenimiento o de distracción que no sean las pantallas. Si les pedimos que no les dejen el móvil o la tableta pero no les damos ni una sola alternativa es difícil que se puedan cumplir nuestras normas», advierten en Empantallados.

Una idea que también comparte Silvia Álava, autora del libro ‘Queremos que crezcan felices. De la infancia a la adolescencia’. «Tenemos que ponérselo fácil. No es justo pedirles que cuiden a los niños mientras nosotros estamos trabajando y encima exigirles que en todo ese tiempo los niños no toquen el móvil o la consola ni un solo minuto. Se pueden pactar momentos concretos para usar pantallas. Por ejemplo, desayunas, haces la cama, te pones con los deberes y después te dejo el móvil media hora. O también proponerles actividades que pueden hacer con los nietos al margen de los dispositivos electrónicos como, por ejemplo, enseñarles fotos de cuando papá o mamá eran pequeños, juegos de mesa… Y muy importante, los padres no deben quitar la autoridad a los abuelos ni los abuelos a los padres delante de los niños, que saben p erfectamente cómo se tienen que portar según la persona con la que estén», explica Silvia Álava.

Control parental

En Empantallados insisten en que «se debe ser muy paciente, porque todo el mundo tiene derecho a cometer fallos y se trata de ir mejorando poco a poco. Si los abuelos son incapaces de no darle un dispositivo cada vez que se lo piden, lo mejor es que sean los propios padres los que decidan cuál es el más adecuado. Por ejemplo, es mejor que usen la tableta con la que suelen jugar en casa (con control parental, horarios de uso…) a que los abuelos les dejen directamente su móvil, porque todas esas limitaciones desaparecerán de repente». En este sentido, María José Abad recuerda que, «además de intentar llegar a acuerdos y de explicar a los abuelos o cuidadores las normas establecidas por los padres, también es importante explicar a los niños que no pueden aprovechar esa circunstancia para cambiar las normas pactadas previamente».

En resumen, «lo esencial es que las pantallas no se conviertan en un motivo de conflicto excesivo con los abuelos. Probablemente estén intentando hacerlo de la mejor forma que saben, así que los padres también deben colaborar para ayudarlos a que se cumplan las normas sobre el uso de pantallas», coinciden las expertas.

Los adolescentes usan mucho el móvil por aburrimiento

Los datos del último estudio realizado por el portal Empantallados son muy reveladores. El 84% de los adolescentes encuestados asegura que usa mucho el móvil para no aburrirse. Y lo hacen, sobre todo, cuando están solos en casa. ¿Y a qué se debe este consumo excesivo en soledad?, se preguntan los padres. «Pues básicamente a que las pantallas les ofrecen un remedio inmediato frente al aburrimiento, les sirven de refugio. Fomentar el uso de las pantallas con un objetivo concreto como, por ejemplo, potenciar un talento determinado, o promover otras actividades tipo voluntariado, deporte, salidas a la naturaleza… puede ser parte de la solución. En el fondo muchos adolescentes prefieren lo presencial. De hecho, solo el 36% de los adolescentes encuestados eligieron quedarse en casa jugando a un videojuego en lugar de salir a la calle y seis de cada diez también son partidarios de las clases presenciales», explican los expertos de la web Empantallados.

CARMEN BARREIRO

FOTO: Violeta cano

 
 
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