Este ha sido un verano más de entrenamientos que de descanso para Mireia Belmonte, que apenas ha tenido un par de semanas de vacaciones. “Ha sido un verano muy corto, preferí seguir entrenando y evolucionando con la recuperación del hombro”. Belmonte arrastra desde hace años lo que los traumatólogos denominan ‘hombro del nadador’, una lesión crónica, resultado de tantos años de duro entrenamiento, que ya dificultó mucho su preparación para los Juegos de Tokio. A día de hoy, todavía no tiene claro cuándo volverá a estar al 100%. “Ojalá lo supiera. Ahora en noviembre tenemos una concentración en altura y, si todo va bien, mi idea sería empezar a competir después, en diciembre o enero. Con los timings del cuerpo nunca se sabe, pero ese es mi objetivo, porque ya me veo más capaz de hacer cosas”. Las prisas nunca son buenas consejeras, y menos cuando hay lesiones de por medio, aunque a menos de un año de los Juegos de París, la tentación sea lógicamente mayor.  “Primero tengo que priorizar el hombro, y cuando ya esté recuperado al 100%, meter toda la caña que pueda. Sueño con los Juegos, pero tengo que frenarme por la lesión, así que está siendo un poco raro. Pero creo que las cosas van bien”.

Mireia Belmonte (Badalona, 1990) es una de las deportistas españolas más laureadas de la historia.  Estuvo a punto de ganar su quinta medalla olímpica en los Juegos de Tokio –donde, además, fue abanderada de la delegación española–, tras las dos platas logradas en Londres y el oro y el bronce de Río. En la capital nipona se quedó a solo 23 centésimas del bronce en la prueba de 400 metros estilos. Apenas una brazada la separó de entrar en el exclusivo club de los deportistas españoles con cinco metales olímpicos, que en la actualidad tiene solo dos miembros: David Cal y Saúl Craviotto. En París tendrá una nueva oportunidad de ser la primera mujer en conseguirlo. Ella, desde luego, no descarta una quinta medalla olímpica. “Lo veo posible, pero ahora mismo la prioridad es otra. Cuando esté del todo bien, seguro que será la prioridad número uno”.

Es probable que estos estén siendo los años más difíciles de la carrera deportiva de una nadadora acostumbrada a ganarlo todo (es siete veces campeona del mundo y trece veces campeona de Europa). Las lesiones, reconoce Belmonte, la están poniendo verdaderamente a prueba. Por su experiencia, la única formar de superar momento como estos es “no parar de luchar, que cuando quieras algo lo quieras tanto que piensas en ello todo el tiempo. Ese es el aliciente que te permite seguir haciendo lo que te gusta aunque sea difícil, porque claro que hay veces que piensas si merece la pena”. En su caso, al menos de momento, la natación le compensa. “Participar en unos Juegos Olímpicos es una cosa muy especial y después, cuando compites y ganas medallas o llegas a una final, lo es muchísimo más. Aunque tenga que sacrificar muchas cosas, para mí, poder luchar por mi sueño merece la pena”.

Charlamos con Mireia Belmonte en la sede del Consejo Superior de Deportes tras la presentación del Open Promesas Mireia Belmonte by Hyundai, una nueva competición para fomentar el deporte entre los más jóvenes y, con un poco de suerte, descubrir a las próximas estrellas de la natación española. Primero tendrán lugar seis competiciones en seis ciudades en la que este deporte tiene especial arraigo (Barcelona, Castellón, Sevilla, Madrid, Bilbao y Santiago de Compostela). Los cuatro ganadores en cada caso lograrán plaza para un campus de tecnificación con Mireia Belmonte en el CAR de Sant Cugat. “Para llevar a cabo este proyecto, no podríamos haber elegido a una mejor embajadora”, aseguró durante el evento Leopoldo Satrústegui, director general de Hyundai España. “Su dedicación a la natación y su compromiso con la excelencia son ejemplos que todos pueden seguir. Mireia no solo es una campeona olímpica, sino también una persona que encarna los valores de perseverancia, determinación y trabajo en equipo que representan tanto a Hyundai como al deporte en general”.

 

Belmonte ha sido una de las protagonistas del boom experimentado por el deporte femenino español en los últimos años, y ha comprobado en primera persona cómo el público y las marcas se interesaban cada vez más por él. Ella lleva siete años siendo embajadora de Hyundai y cuenta también con el apoyo de otras marcas importantes. “Es bueno que cada vez más empresas se fijen en deportistas con los que compartan los mismos valores. Cuanta más visibilidad tengamos, mejor. Al final las mujeres siempre hemos conseguido buenos resultados. En algunos Juegos hemos logrado mejores resultados que los hombres. Al final no es una cuestión de hombres y mujeres, sino de que el deporte salga beneficiado”.

Lo que desde luego no está beneficiado al deporte, asegura, es todo lo sucedido a raíz del caso Rubiales. “Me da mucha pena que una polémica como esta ensombrezca el logro de la victoria en el Mundial. Lo que pasó no se puede justificar, y las personas responsables tienen que asegurarse de que no vuelva a pasar, pero tendríamos que poner en valor y dar más protagonismo a lo que han logrado las chicas del fútbol, porque, como deportista, sé lo difícil que es ganar un Mundial”.

De izquierda a derecha, Alejandro Blanco, presidente del COE; Víctor Francos, presidente del CSD; la nadadora Mireia Belmonte, y Leopoldo Satústegui, director general de Hyundai.

Silvia Ocaña

FOTO: Mireia Belmonte, en un momento de la presentación del ‘Open Promesas Mireia Belmonte by Hyundai’. 

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