10 diciembre 2024

Escritora, dramaturga, libretista de música escénica, ensayista, pedagoga, feministño clave para La Argentinita, la compañía de Gregorio Martínez Sierra y María Lejárraga le harán un contrato para sus producciones. Ese mismo año se ofrece un banquete en honor a Fernando de los Ríos en Granada. Gregorio Martínez Sierra y Catalina Bárcenas, primera actriz de la compañía y amante de Gregorio, acuden a la cita. En el Generalife un joven Federico García Lorca recita unos poemas a los que Gregorio anima al poeta a convertirlo en una obra escénica,

comprometiéndose a estrenarla en el Teatro Eslava. Será El maleficio de la mariposa, puesta en escena en 1920, donde precisamente La Argentinita será el principal atractivo, iniciándose una fructífera relación de La Argentinita con Lorca y con la Residencia de Estudiantes.

En el siglo XIX las pioneras en la “conciencia feminista” fueron Concepción Arenal, Emilia Pardo Bazán y Concepción Gimeno de Flaquer, Como ha investigado Alda Blanco, en Nuevas Cartas a las mujeres de España, 1932, firmado por Gregorio aunque se atribuyen a María, defiende la necesidad de vivir en igualdad con loa, que mantuvo siempre una gran vinculación con Granada.

María de la O Lejárraga García (San Millán de la Cogolla, La Rioja, 1874, Buenos Aires 1974), durante mucho tiempo ocultó su nombre bajo el de su marido Gregorio Martínez Sierra. Antonina Rodrigo (2005), la biógrafa de María Lejárraga, atribuye esta actitud al gran amor que le profesaba. Otros autores, como Juan Aguilera Sastre mantienen que era una forma de preservarse de críticas y poder gozar de una mayor libertad. Como hombre en esa época podía expresar sentimientos y emociones que como mujer era más difícil, al mismo tiempo cuidaba de su reputación al no mezclarse con la farándula del mundo del teatro y su fama de bohemios. Sin embargo ya en agosto de 1913 Gregorio reconoce en la revista Por esos mundos la colaboración de María en sus escritos y declara: «Sí, señor, mi mujer toma parte en mi obra literaria. Es mi colaborador y tiene más talento que yo».

La actividad teatral del matrimonio Martínez Sierra comenzó haciendo traducciones al castellano de las obras de Santiago Rusiñol. Su amistad les llevó a realizar conjuntamente tres obras en catalán. Las traducciones de obras francesas también les abrió las puertas a las tendencias europeas. Por otra parte tuvieron como referentes a Galdós, a los hermanos Álvarez Quintero y a Jacinto Benavente.

María Lejárraga va a representar el modernismo en el teatro y en la música escénica en España. El matrimonio Martínez Sierra tendrá su primer gran éxito con Canción de cuna, estrenada en 1911 en el Teatro Lara de Madrid. En el estreno en Nueva York en 1927 y en el de París en 1930 ya aparecen los dos nombres como autores, el de Gregorio y María. Se realizarán hasta cinco adaptaciones cinematográficas de esta obra, en 1933, 1941, 1952, 1961 y 1993.

De la tradición melodramática, declamatoria y del patetismo decimonónico el nuevo teatro se basó en los sentimientos y emociones de los personajes, para describir la vida sencilla de su época, en el realismo, fijándose en el optimismo de la vida y en la belleza de lo cotidiano y humilde. María afirmaba que en sus creaciones «tiende a extraer la poesía de la prosa de la vida». Gregorio Martínez Sierra fue director del Teatro Eslava de Madrid, de 1917 a 1925, con un ambicioso proyecto de renovación que daba entrada a las vanguardias, denominado: Teatro del Arte.

Entre los libretos y adaptaciones para música escénica mencionar las realizadas con Giménez, Calleja, Lleó, Vives, López-Montenegro, Font de Anta, Usandizaga, Ángel Barrios, Conrado del Campo, Turina, Falla y Julián Bautista. Con Manuel de Falla va a realizar diversas colaboraciones siendo las más famosas El amor brujo y El sombrero de tres picos, en donde María adapta la obra de Pedro Antonio de Alarcón. Con Turina realizará el libreto de Margot y Jardín de oriente. Manuel de Falla confesó que la lectura de la obra del matrimonio Granada: guía emocional (París, 1910), había sido un elemento de inspiración para su obra Noches en los jardines de España, que comenzó como nocturnos para piano en 1909 pero que su forma orquestal definitiva es de 1915. Con los Martínez Sierra viaja por Ceuta, Melilla, Tetuán, Andalucía, Levante y Barcelona, para ambientarse en la composición de sus Noches. María acompañará también a Turina a Tánger en 1915 para introducirse en la atmósfera para su obra orientalista.

María Rodrigo fue la única compositora que colaboró con los Martínez Sierra y compartió con María el exilio.

Colaboraciones con La Argentinita y Lorca. Recordar la fecha significativa de 1919, que será un a

s hombres. Basa sus reivindicaciones en tres principios: el derecho de la mujer a la educación, al ejercicio de profesiones liberales y el derecho al voto. Añade un derecho nuevo: “el derecho de la mujer a la ambición” y aboga por “sentir de una nueva manera”, lo que significa tener “sentimientos sociales” y “sentimiento de clase”, anima a las mujeres a agruparse en talleres y clubs específicos.

Participa activamente en la creación del Club Femenino Lyceum, en 1926 para responder a la necesidad de las mujeres de participar en la esfera pública. María fue la responsable de la biblioteca. Lo defin así: «En la vida española necesitábamos, las mujeres que a la actividad artística dedicamos nuestro trabajo, un lugar de contacto en el que poder cambiar impresiones, estimular nuestros afanes y crear un poco de ambiente capaz de irradiar algo de arte»

En 1932 impulsa la creación de la Asociación Femenina de Educación Cívica, de carácter más popular, cuyo principal objetivo fue el pedagógico y que tendrá una intensa actividad hasta 1936.

En 1933 es diputada al congreso por el PSOE por Granada, en la candidatura de Fernando de los Ríos.

Citar sus libros de memorias: Una mujer por caminos de España (Buenos Aires, 1952) Gregorio y yo, medio siglo de colaboración (México, 1953). Últimamente destacar el Epistolario Manuel de Falla – María Lejárraga y Gregorio Martínez Sierra (1913-1943) de M.ª Luz González Peña y Juan Aguilera Sastre (2019) y el documental del Laura Hojman (1922) A las mujeres de España. María Lejárraga.

¿Sería mucho pedir que los grandes Festivales y orquestas oficiales mantenidas con dinero público dedicaran un 2%, o un 1%, al menos, para recuperar obras olvidadas de nuestro patrimonio, pero que valdría la pena poder escuchar y ver en el escenario?

Reynaldo Fernández Manzano

PUBLICADO EN GRANADA HOY