La soledad no deseada expande su azote sobre la salud
En algunos países, una de cada tres personas se siente sola. El aislamiento social y la soledad no deseada son dos fenómenos que han ido al alza desde hace décadas en las sociedades occidentales.
España no es una excepción: el 13,4 % de la población sufre este tipo de soledad, según los datos del Observatorio Estatal de Soledad No Deseada. Las personas que la padecen llevan, de media, seis años viviendo esa situación. Casi el 22% de los jóvenes de entre 16 y 24 años reconocen sufrirla
España no es una excepción: el 13,4 % de la población sufre este tipo de soledad, según los datos del Observatorio Estatal de Soledad No Deseada. Las personas que la padecen llevan, de media, seis años viviendo esa situación. Casi el 22% de los jóvenes de entre 16 y 24 años reconocen sufrirla.
Diversos factores confluyen en la epidemia de soledad que azota a múltiples países: sociedades más individualistas, con cada vez más personas que viven solas, redes de apoyo familiar y social más frágiles y precarias, largas jornadas laborales o rutinas que impiden destinar tiempo de calidad a amigos y familiares…. En nuestro país, unos cinco millones de personas viven solas en sus hogares, más del 40% de ellas tienen 65 años o más. El Instituto Nacional de Estadística (INE) estima que en 15 años esta cifra aumentará a los 6,5 millones de personas.
La soledad influye en multitud de esferas de la vida de las personas. Diversos estudios han puesto de manifiesto que la escasez de vínculos sociales se asocia a una peor salud física, psicológica y social y a un aumento del riesgo de mortalidad por todas las causas de muerte. La Organización Mundial de la Salud va más allá y considera la soledad no deseada un grave problema de salud pública y uno de los mayores riesgos para la salud de las personas. Aunque la verdadera magnitud del impacto sobre la salud de este fenómeno aún no se conoce bien, por el limitado número de estudios, cada vez son más las investigaciones que ponen de manifiesto su importancia.
La soledad influye en multitud de esferas de la vida de las personas. Diversos estudios han puesto de manifiesto que la escasez de vínculos sociales se asocia a una peor salud física, psicológica y social y a un aumento del riesgo de mortalidad por todas las causas de muerte
Así, un artículo publicado en la revista Journal of the American Heart Association en 2022 detectó que el aislamiento social y la soledad se asociaban a un incremento del 29% del riesgo de sufrir o morir por infarto al corazón y a un aumento del 32% del riesgo de sufrir ictus o morir por esta causa. Además, ambos factores también se asociaban con un peor pronóstico en aquellas personas que ya sufrían ictus o la enfermedad de las arterias coronarias. Además, un estudio reciente que siguió a casi medio millón de personas durante un máximo de 15 años, observó que las personas que sufrían soledad tenían un riesgo significativamente mayor de sufrir la enfermedad de Parkinson a largo plazo, independientemente de otros factores.
Y todo ello lo cuenta Esther Samper en el diario.es. (https://www.eldiario.es/sociedad/soledad-no-deseada-expande-azote-salud-parezca-invisible_1_10609553.html)
Joan Carles March
FOTO:https://www.lavidalucida.com/como-vencer-la-soledad-no-deseada.html
https://www.elindependientedegranada.es/ciudadania/cronicas-sanitarias-xii-cancer-mama-prevencion-apoyo-violencia-machista-pasando-soledad