Hay un rumor de mirlos en el viento frío y un tímido sonido de campanas cuando el Triunfo granadino se convierte, como cada ocho de marzo, en punto de encuentro, en un lugar de complicidad de la ciudadanía que sabe que ser feminista implica reivindicar la igualdad de derechos, romper el supremacismo que ha sostenido la prevalencia del hombre sobre la mujer. Y como la lluvia es traviesa y le gusta enterarse bien de lo que pasa, ha venido a curiosear un rato. Luego, alegre, se ha marchado a jugar a otra parte, dejando un arcoíris sobre la antigua Escuela Normal, una metáfora de que hasta la ultimísima luz y las postreras gotas de lluvia se hermanan con la gente coherente que busca desbaratarle los planes al patriarcado.

Con infinita lentitud cambian los tiempos, se abren progresivamente a un pensamiento social donde quepamos todos y todas; evidentemente no es un proceso de transformación social fácil ni que surja de la nada. Ha supuesto un gran sacrificio para mujeres que se han esforzado por enseñarnos a pensar y a pensarnos a lo largo de la Historia, para que comprendamos los mecanismos de violencia explícita/implícita y los engranajes de invisibilización que aún hay a quien le cuesta ver. Y sorprende escuchar a supuestos lideres -y lideresas- de opinión mostrando la incapacidad manifiesta que los caracteriza de palabra, pensamiento, malas obras y omisiones. Será que les faltan lecturas para comprender tanto como desconocen y, por ende, desprecian.

Me refiero por una parte a estos “neomachistas” que juegan con el significado de ‘feminismo’ ampliándolo o reduciéndolo para ajustarlo a su beneficio y, por otro, a quienes como Díaz Ayuso se preguntan cuándo se celebra el día del hombre. Los dos extremos están integrados por gente peligrosa por irresponsable y acaban convergiendo en una ignorancia interesada que, aferrada a su poder y para sostener sus privilegios, intentan negar el espacio a la pluralidad que somos las mujeres. Por eso convendría que en este país se leyera más y mejor, a ver si se piensa antes de hablar; por ejemplo, sería útil que algunos/as reflexionaran aprovechando ‘Nosotras’, el valiosísimo ensayo que acaba de publicar la jurista y política Carmen Calvo que, con su proverbial y amistosa generosidad, me hizo llegar hace unos días.

Este nuevo trabajo de la referente indiscutible que es Calvo -tan acostumbrada a romper sorpresivamente las urdimbres estructurales-, evidencia que hay libros ineludibles para interpretar eficazmente las claves sociohistóricas que vienen marcando el maquiavélico debate de género y para asentar el vínculo indisoluble entre democracia y feminismo. Audaz y revolucionaria, Calvo ha logrado con ‘Nosotras’ aclarar conceptos esenciales. Y ese es el poder que necesita el feminismo militante que el viernes salió a la calle para construir un verdadero futuro de igualdad.

FOTO: https://www.heraldo.es/noticias/nacional/2024/02/26/carmen-calvo-presentacion-libro-nosotras-hombres-feminismo-1714381.html

A %d blogueros les gusta esto: