«La lavandera de la noche» por Alberto Granados
Entre la enorme cantidad de música que atesoro en mi disco duro y que oigo continuamente, está una canción en gallego que interpreta la cantante israelí Noa: A lavandeira da noite (La lavandera de la noche).
Aparece en un álbum de 1999 del gaitero Carlos Núñez, al que acompañan la delicada voz de Noa y la guitarra de Paco de Lucía. Tal vez he oído esta canción cientos de veces en mis sesiones de revisión de cuentos, pero sólo me dio por investigar el texto de este precioso romance hace unas semanas y me encontré con toda una historia de mitos celtas, leyendas y una tremenda base sociológica que hoy quiero compartir con quienes entráis en este blog.
Según varios blogs (que enlazo al final), la leyenda de las lavanderas de la noche tiene su origen en la tradición céltica y trata de un hecho que debió de darse en la Galicia tradicional con una frecuencia suficiente como para pasar al folclore local: las mujeres que lavaban sus sábanas en el sigilo de la noche porque contenían la señal del pecado o de la ignominia, se tratara de la sangre menstrual, la de la desfloración o bien la del aborto clandestino, sangre tan tenaz en su condición de marca del pecado que no se conseguía eliminar jamás, de ahí que estas lavanderas fueron asimiladas inmediatamente al universo de las brujas, de lo maléfico y tenebroso.
Las fuentes consultadas mencionan una serie de figuras similares en otras culturas centroeuropeas e incluso eslavas. La más asentada y específica es la de la leyenda irlandesa de la “washer-woman at the ford” (la lavandera del vado) que aparece en un regato de un río tratando de eliminar la sangre de las armas y de la armadura del guerrero que va a morir en combate.
El texto que aparece en la canción fue recogido por Casto Sampedro en 1904 en la villa de Cerdedo (Pontevedra) de labios de una mendiga de 68 años, que la cantaba a cambio de unas monedas. El hermoso romance dice así:
A LAVANDEIRA DA NOITE
Era unha noite de lúa,
Era unha noite clara,
Eu pasaba polo río,
da volta da muiñada.
Era una noche de luna
Era una noche clara
Yo pasaba por el rio
De vuelta de la molinada (1).
Topei unha lavandeira
Que lavaba ó par da iagua
Ela lavaba no río,
E unha cántiga cantaba:
Me encontré con una lavandera
Que lavaba cerca del agua
Ella lavaba en el rio
y una cantiga cantaba:
Moza que ves do muiño,
Moza que vas pola estrada.
Axúdame a retorcer
Miña sábana lavada.
Moza que vienes del molino
Moza que vas por la carretera
Ayúdame a retorcer
Mi sábana lavada.
Desaparece a lavandeira
Como fumeira espeirada.
Onde as sábanas tendera
Poza de sangue deixara.
Desaparece la lavandera
como humareda aventada.
Donde tendiera las sábanas
pozo de sangre dejara.
Era unha noite de lúa,
era unha noite clara.
Era una noche de luna,
era una noche clara.
Me gusta el texto. Mucho. Me gusta ese lado oscuro de la realidad social que representa, siempre con un aura de misoginia y condena a los deslices de la mujer (deslices que, recordemos, siempre tienen un cómplice varón). Me gusta la voz de Noa. Por eso os la traigo en esta entrada, la número quinientos de este azaroso blog, y os invito a disfrutar la canción en esta mañana de tranquilidad dominical. De nada.
- El término “muiñada”, que yo he traducido como “molinada” parece referirse más concretamente a un acto social que al trabajo propiamente dicho de la molienda. Los jóvenes se ausentaban de la casa familiar para controlar que la maquila con que se quedaba el molinero fuera la justa y no abusara. Esa situación de espera daba para conversar, compartir cigarros y aguardientes, coquetear con las jóvenes que también acudían al molino. He encontrado una copla que hace referencia a este aspecto festivo de la muiñada: Unha noite no muíño, / unha noite non é nada; / unha semaniña enteira, / esa sí que é muiñada… que significa: Una noche en el molino, una noche no es nada. Una semanita entera, eso sí que es molinada.
FUENTES CONSULTADAS:
http://www.galicia-meiga.com/lavandeiras-da-noite/
http://eldilemadehamlet.blogspot.com.es/2009/08/carlos-nunez-y-noa-lavandeira-da-noite.html
Alberto Granados