«SAS y sus contratillos» por Juan de Dios Villanueva Roa
Las apariencias también cuentan, y las de los centros de salud en esta tierra, que no sabemos de quien es, dan lástima.
La vez para pasar nos la vamos dando conforme llegamos, y con estas calores, cansinamente aguardamos a que nos toque para gestionar alguna cosilla administrativa, dígase cita, análisis o peticiones varias. Los pasillos se van vaciando, más aún cuando no hay sanitarios para atender y, a veces, ni guardas de seguridad que eran los que venían haciendo las funciones de conserjería a pie de puerta de nuestros centros.
A esto añadimos los meses que tardan en darte una cita para especialidades, por ejemplo para trauma, que en lo que personalmente conozco pasa de dos meses, con lo que las cosas se van arreglando solas, salvo que sigas los consejos del amigo de turno que te dice que acudas a un privado y pagues.
Y así seguimos, sin meternos en los contratos mensuales con los que son llamados a velar por nuestra salud en estos tiempos. Pero no es cosa de echar culpas, ni de buscar culpables. La ciudadanía habló y dio el poder a Juanma Moreno. El poder se manifiesta no diciendo lo que los demás han de hacer, se manifiesta poniendo los dineros en unos sitios u otros, con lo que ya el personal se irá desplazando solo allá donde haya, porque donde no hay no van ni las moscas. Pronto se le acabará el latiguillo de los ERES, en cuanto la verdad florezca definitivamente, y entonces serán ellos los siguientes, quienes tendrán que justificar por qué ahora están haciendo lo que hacen con la sanidad pública y dónde están llegando los muchos millones de euros sanitarios.
Que miren a la Gran Bretaña o Francia entonces.