Estas 6 mujeres fueron borradas de la historia de la tecnología y por fin están siendo reconocidas
Sin ellas, los computadores y smartphones no serían como los conocemos hoy.
Este aparato fue construido en plena Segunda Guerra Mundial para calcular tablas de trayectoria balística de nuevas armas de fuego. Fueron los ingenieros John Presper Eckert y John William Mauchly los que la construyeron y pasaron a la historia por dar vida a uno de los grandes avances del mundo, mientras que el grupo de 6 increíbles mujeres quedó en la oscuridad.
Las matemáticas Betty Jean Jennings Bartik, Kathleen McNulty Mauchly Antonelli, Ruth Lichterman Teitelbaum, Frances Bilas Spence, Marlyn Wescoff Meltzer y Betty Snyder Holberton fueron contratadas por el gobierno de los Estados Unidos para pensar y escribir los programas de cálculo de trayectoria balística que debía realizar ENIAC. Es decir, los hombres construyeron el hardware y ellas el software. ¡Y realmente lo hicieron!
Su tarea consistió no sólo en “inventar” los programas, sino, cuando ya lo tenían resuelto, entrar a la sala donde estaba ENIAC, y proceder a la programación propiamente dicha. Es decir, a conectar y desconectar los cables que llegaban a las 6000 clavijas, de la misma manera que se hacía en las centrales telefónicas de entonces.
Pero eso no es todo, existe algo que podría ser más asombroso.
Antes de la existencia del ENIAC (Electronic Numerical Integrator And Computer), los cálculos de las tablas de balística eran realizados a mano. Nada más y nada menos que por 80 mujeres matemáticas que trabajaban en la Universidad de Pensilvania.
Para estas mujeres que resolvían a mano las ecuaciones diferenciales, la Armada de EE.UU. les dio un nombre peculiar. Ellos las llamaban ‘computadoras’. ¡Se podría decir que las primeras computadoras fueron mujeres!
Estas seis mujeres fueron seleccionadas de entre las 80 “computadoras” para realizar el mismo cálculo, pero usando el ENIAC. Ellas no solo debieron programar en lenguaje de unos y ceros (sistema binario) sin ningún tipo de ayuda ni manuales de programación, mas que la documentación del cableado de la máquina realizada por los hombres, además les era negada la entrada a la sala del ENIAC (por seguridad militar) hasta el momento que tenían todo preparado para la programación física.
Con tan asombrosa tarea y gran responsabilidad, uno pensaría que de inmediato alcanzaron el reconocimiento y la fortuna pero fue todo lo contrario. Quedaron relegadas a un rol absolutamente menor o inexistente. Durante muchos años.
Cuando en 1946 la Armada hizo pública la existencia del ENIAC, en un evento donde se mostró el inmenso poder de cálculo de la máquina y donde el software realizado por las mujeres funcionó a la perfección, ellas, no fueron nombradas.
Incluso, hasta la década de los 80 se decía que ellas eran sólo modelos que posaban junto a la máquina o “Refrigerator ladies”, como se les conocía a las mujeres que se dedicaban a eso.
Sin embargo, estas mujeres sentaron las bases para que la programación fuera sencilla y accesible para todos. Crearon el primer set de rutinas, las primeras aplicaciones de software y las primeras clases en programación. Su trabajo modificó drásticamente la evolución de la programación entre las décadas del 40 y el 50
La justicia llegó para ellas hasta 1997, cuando por fin se les reconoció y fueron incluidas en el Salón de la Fama de Women in Technology International.
En 2014, gracias a los esfuerzos del Grupo de Programadores ENIAC, se realizó un documental sobre la historia de tan relevantes mujeres llamado “The Computers“.
En pocas palabras, si no fuera por ellas, probablemente yo no hubiera podido escribir esto en una computadora y tú no lo hubieras visto en tu teléfono.
Mención aparte merece Augusta Ada King, Condesa de Lovelace, más conocida como Ada Lovelace, a quien se le atribuye el título de ser la primera persona programadora de ordenadores.
Aunque su historia es espectacular, se debe reconocer que aún falta camino por recorrer para que las mujeres ocupen el mismo número de puestos y sobretodo, cargos importantes en el área de la tecnología. Por ejemplo, según un estudio desarrollado por la firma Fenwick & West sobre las mujeres en Silicon Valley, solo 11 por ciento de ellas ocupan puestos ejecutivos.
Además, 10% de los directores de empresas presentes en Silicon Valley son mujeres, mismo porcentaje que podemos encontrar de féminas miembros de un comité. En cuanto a los presidentes de los comités ejecutivos de las empresas la cifra desciende hasta el 8 por ciento.
Impresionante, ¿no? Sabiendo todo lo que han contribuido en la historia de la tecnología.