La mayoría de las personas alcanzan los mayores niveles de bienestar vital alrededor de los 20 años y al llegar a la edad de jubilación, y son más infelices durante la crisis de los 40

La felicidad durante el ciclo de vida de las personas tiene forma de U. Esta es la tesis que defiende el profesor de Economía de la Universidad de Warwick Andrew Oswald en su investigación Is Well-being U-Shaped over the Life Cycle? (2008).

Esta teoría indica que las personas alcanzamos nuestros mayores niveles de bienestar vital alrededor de los 20 años y al llegar a la edad de jubilación. En las etapas intermedias de nuestra vida, coincidiendo con la edad adulta, somos más infelices. Y al igual que ocurre con la otra curva de la felicidad –la que se manifiesta mediante el aumento de la grasa abdominal- la crisis de los 40 marca el punto más bajo de nuestra satisfacción con nosotros mismos y nuestras circunstancias.

Varios informes recientes, elaborados por la Oficina Nacional de Estadísticas (ONS) del Reino Unido y compilados por la publicación digital británica The Conversation, constatan este patrón. En los países cuyos habitantes tienen un promedio alto de ingresos, las encuestas de satisfacción con la vida muestran que la preocupación y el estrés tienden a crecer progresivamente a partir de los 20 años y hasta superar la cincuentena.

Durante este tiempo, la tensión en el ámbito laboral va en aumento y, en consecuencia, se reduce el bienestar. El diagrama en forma de U es muy similar para hombres y mujeres, aunque las mujeres tienden a mostrar un nivel de preocupación con el devenir de la vida más alto que los hombres. Los factores que más contribuyen a la intranquilidad en la edad adulta son la inseguridad laboral o la incertidumbre por la futura carrera profesional, así como el aumento del sentido de la responsabilidad por el cuidado de los niños y de los familiares de edad avanzada. El temor a la falta de ingresos para cubrir todas estas necesidades es otra preocupación recurrente.

Estos estudios concluyen que las personas necesitan tener más influencia sobre lo que les sucede y lo que hacen en la vida para evitar la angustia. El hecho de asumir que uno se ha convertido meramente en un peón manipulado por otras personas o por las circunstancias supone un gran impedimento para disfrutar plenamente de la vida.

Los factores que más contribuyen a la intranquilidad en la edad adulta son la incertidumbre laboral y el sentido de la responsabilidad por el cuidado de los niños y de los familiares de edad avanzada

Sin embargo, al transitar hacia la siguiente etapa de la vida (cuando los hijos crecen, la vida profesional se estabiliza, desaparecen las responsabilidades con los familiares dependientes y ajustamos nuestras expectativas de desarrollo personal y profesional) la felicidad de las personas tiende a crecer de nuevo. Obviamente, estas consideraciones generales no son válidas para todo el mundo, pero indican tendencias generales en los países avanzados.

Un factor particularmente importante para entender por qué volvemos a ser más felices en los últimos años de nuestra vida son los procesos de adaptación mental. Los estudios biológicos y psicológicos han demostrado que las respuestas a un estímulo disminuyen cuando éste es recurrente. Dicho de otro modo: las desgracias se relativizan con el paso del tiempo.

La curva de la felicidad es similar en casi todos los países desarrollados, con ligeras variaciones. El Informe Mundial sobre la Felicidad 2015, elaborado por la ONU sitúa a Suiza, Islandia, Dinamarca y Noruega a la cabeza de los países más felices del mundo. Todos ellos tienen una puntuación media de entre 7,5 y 7,6 en una escala del 1 al 10 que mide diversos criterios: el producto interior bruto per cápita, la esperanza de una vida saludable, el respaldo social, la libertad personal para tomar decisiones vitales y la generosidad.

España aparece en el puesto 36 de un total de 158 países. La recesión ha afectado a la felicidad de los españoles más que en otros lugares, aunque el mayor declive en las evaluaciones sobre la vida de las personas -respecto al informe de 2012- ha sido el de Grecia, seguido de Egipto y de Italia.

El ranking de la felicidad en el mundo, por países (2015)
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