«LAS TRADICIONES DE ATARFE» por José Enrique Granados
Hace unos días, el último viernes de Octubre con un recorrido de 8,5 km por las calles y parques de Atarfe, y con salida y llegada en el Coliseo Atarfe se celebró la vigésimo primera edición de la carrera nocturna de Atarfe organizada por el Club de Atletismo y Montaña de Atarfe.
Pasados ya estos años, podemos considerar que esta carrera esta asentada entre las tradiciones de nuestro pueblo. Según el Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española, en su primera acepción se define tradición como la transmisión de noticias, composiciones literarias, doctrinas, ritos, costumbres, etc, hecha de generación en generación. El resto de las acepciones están relacionadas con esta transmisión de doctrinas y costumbres entre padres e hijos o con las narraciones orales, fiestas o costumbres propias de un pueblo.
Según Tes Nehuén, tradicional es aquello que se transmite de generación en generación, manteniendo costumbres, prácticas, creencias o formas de vida que han perdurado a lo largo del tiempo. Este concepto implica la herencia, la continuidad de ciertos elementos culturales, sociales o familiares a lo largo de las eras.
En un contexto histórico y cultural, la noción de lo tradicional está profundamente arraigada en la evolución de las sociedades humanas. En muchos casos, se trata del resultado de experiencias acumuladas y de la transmisión oral de conocimientos a lo largo de las generaciones. Estas prácticas pueden abarcar diversos aspectos de la vida, como rituales religiosos, celebraciones festivas, formas de gobierno, estructuras familiares, métodos agrícolas, y más.
Es importante destacar que el concepto de lo tradicional no es estático, sino que puede cambiar con el tiempo. Las sociedades evolucionan, y algunas tradiciones pueden adaptarse o desaparecer, mientras que otras se mantienen arraigadas, en parte gracias a la oralidad y la memoria. Su interacción con la modernidad es un tema constante en muchas culturas, ya que buscan equilibrar la preservación de sus raíces con la necesidad de adaptarse a los cambios.
Por desgracia, pocas tradiciones mantenemos en Atarfe, así que apostemos por estos eventos para que queden entre generaciones. Mantener viva la llama de lo tradicional no sólo enriquece la diversidad cultural, sino que también proporciona un recordatorio de la resistencia y la adaptabilidad inherentes a la humanidad. En un mundo que avanza rápidamente, la preservación de lo tradicional se convierte en un acto de amor por nuestras raíces, un compromiso con la autenticidad y una celebración de la riqueza de la experiencia humana a lo largo del tiempo.
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