23 junio 2025

Los casos de alergia se disparan en España en una década: este es el cóctel de factores que lo explica

Este año existen unas particularidades que han contribuido al incremento de incidencia de rinitis estacional. Sin embargo, cada año esta cifra aumenta, con un especial impacto en el entorno urbano.

¿Nariz taponada? ¿Dolor de garganta? ¿Ojos vidriosos? Quizás reconoces los síntomas de la alergia estacional porque la padeces desde hace varios años –o desde siempre–, pero quizás esta primavera te ha sorprendido porque nunca la habías sufrido antes. Cada año aumenta la incidencia, con personas que ‘debutan’ (término médico) en estos episodios. ¿Las razones? Múltiples. La sequía de otoño no ayudó. Las lluvias de los últimos meses, aunque muy positivas en otros aspectos, no lo han sido en este caso. La contaminación atmosférica, presente sobre todo en las ciudades, es también otro de los factores implicados.

De acuerdo con los datos disponibles en el Portal Estadístico del Ministerio de Sanidad, los casos relacionados con alergias que llegaron a la Atención Primaria en 2011 fueron menos de dos millones (concretamente, 1.954.209 casos). En el año 2023, esta cifra es superior a los 16 millones (exactamente, 16.046.519). En el caso concreto de la rinitis alérgica, las cifras pasan de medio millón en el inicio de la serie (555.031 casos) a casi seis millones en la última fecha (5.815.434).

«La evidencia que tenemos es que la crisis climática agrava la rinitis alérgica», afirma a Público Héctor Tejero, director del Observatorio de Salud y Cambio Climático, dependiente del Ministerio de Sanidad. «Las altas temperaturas hacen que las temporadas de polen empiecen antes y sean más largas», añade. En consecuencia, aumenta la cantidad de polen a la que los ciudadanos se exponen cada año.

Héctor Tejero, director del Observatorio de Salud y Cambio Climático: «Las altas temperaturas hacen que las temporadas de polen empiecen antes y sean más largas»

Esto no afecta solo quienes tienen alergia, sino también a las personas «sensibilizadas». Jordina Belmonte, investigadora del Instituto de Ciencia y Tecnología Ambientales de la Universitat Autònoma de Barcelona (ICTA-UAB), las define como aquella parte de la población «a cuyo cuerpo no le gustan las proteínas polinizadoras, pero que no reaccionan». Sin embargo, los altos niveles de polen en el ambiente «causa reacciones alérgicas por primera vez en estas personas, o como dicen los médicos, debutan en alergia».

La relación de los altos termostatos con un mayor impacto de la temporada de alergia tiene dos vías explicativas. Por un lado, «cada planta a su nivel, requiere de una temperatura determinada para empezar a florecer», indica Belmonte. De modo que cuanto antes lleguen los umbrales térmicos que requiere cada una, antes comienzan con la polinización. Por otro lado, el exceso de calor genera un estrés en estos seres vivos, el cual provoca que el polen incluya una mayor carga alergénica.

La contaminación y las alergias en las ciudades

Dicho estrés no es solo consecuencia de las altas temperaturas, sino también de la contaminación. Tejero destaca que las emisiones de CO2, además de aumentar el calor, contribuyen por sí mismas al estrés que sufren las plantas. Coincide Belmonte, quien subraya que «las plantas que crecen en ambientes contaminados tienen más proteínas alergénicas». También las personas que viven en estos entornos sufren una mayor irritación «de la nariz y los ojos, por lo que su cuerpo es más reactivo» ante la exposición al polen, indica la investigadora.

Jordina Belmonte, investigadora del ICTA-UAB: «Las plantas que crecen en ambientes contaminados tienen más proteínas alergénicas»

Las ciudades son los lugares que más contaminación sufren y, por tanto, donde tienen lugar la mayoría de los casos de alergia. «En España hay un 15% de alergias, pero en Madrid es del 30%«, advierte Tejero. El director del Observatorio de Salud y Cambio Climático indica que el tráfico es uno de los principales factores implicados en esta contaminación y, por tanto, en el aumento de la alergia estacional.

También la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica (SEAIC) señala que la contaminación del aire hace a la población más vulnerable ante los alérgenos del polen. Según recoge Efe, la organización prevé que más de un tercio de la población mundial pueda presentar alergia respiratoria en unas décadas.

Un cóctel de sequías y lluvias poco favorecedor

Este año específicamente hay más agentes implicados en la explosión de alergias. A la falta de lluvias que vivimos este último otoño le han sucedido unas importantes jornadas de precipitaciones. Estas han sido celebradas por los climatólogos, como es el caso de Daniel Argüeso, profesor de Física de la Tierra en la Universitat de les Illes Balears. En declaraciones a Público, explica que han venido bien para garantizar el abastecimiento de los embalses y equilibrar la necesidad de agua después de su prolongada ausencia. Sin embargo, esta combinación muestra su cara B en cuanto a la proliferación de las alergias.

Héctor Tejero, director del Observatorio de Salud y Cambio Climático: «Las temporadas de lluvias seguidas de altas temperaturas aumentan mucho más el polen»

«Las temporadas de lluvias seguidas de altas temperaturas aumentan mucho más el polen», apunta Tejero. Por su parte, Belmonte indica que las precipitaciones han contribuido a fortalecer la reproducción del «plátano, la parietaria y las gramíneas«. Sin embargo, matiza que cuando las plantas «se ven expuestas a mucha sequía, tal vez porque se ven en riesgo de desaparecer, invierten mucha energía en generar polen». De este modo, «todo lo que poliniza en invierno, como los cipreses, los fresnos o el avellano, han venido muy cargados».

Todo ello conlleva que tengamos «un año excepcional con picos muy abundantes de polen». De hecho, la SEAIC ya había previsto el pasado mes de marzo que el polen llegaría más pronto y también que se mantendrá más tiempo en el ambiente durante esta primavera. Tejero pone de relieve que, a pesar de que esta explicación es relativa a las condiciones específicas de este año, se espera que en el medio plazo aumenten las temporadas de alergia. «Se calcula que en Europa cada año esta época se adelanta un día», advierte.

Cómo mitigar los efectos de la alergia estacional

Todo parece apuntar a que cada vez habrá más personas alérgicas, así como que sufrirán los efectos durante más tiempo a lo largo del año. Para paliar el impacto, Belmonte aboga por evitar determinadas rutas que puedan incluir árboles o plantas que desprendan polen durante esta época. Y en caso de cruzarlas, recomienda utilizar mascarillas y gafas de sol para protegernos de la irritación que puedan causar.

Tejero también propone una serie de medidas que se pueden tomar en el ámbito político, como reducir el tráfico o repensar el diseño urbanístico de las ciudades, que tenga en cuenta los árboles más propensos a provocar reacciones alérgicas. También defiende adaptar los sistemas de Atención Primaria para que puedan responder de manera eficiente al incremento de pacientes en este campo. De todos modos, deja claros cuáles deben ser los objetivos en el largo plazo: «Reducir la quema de combustibles fósiles y acabar con el cambio climático«

Adhik Arrilucea

FOTO: Una mujer se suena la nariz en el campo.AFP PHOTO / PHILIPPE HUGUEN

https://www.publico.es/sociedad/m-ambiente/casos-alergia-disparan-espana-decada-coctel-factores-explica.html