23 junio 2025

«Carlos Cano, un testigo de nuestro tiempo» por Juan Santaella

Su grito no emergía desde la política, sino desde la soledad del individuo

Hace 25 años murió Carlos Cano (1946-2000), quien convirtió los cantos tradicionales andaluces en melodías universales. Era un poeta comprometido, que nunca calló las injusticias ni el dolor de su pueblo.

En su muerte, Enrique Morente, –se conocieron en 1972, en el homenaje de la UNESCO a García Lorca, en París, y, desde entonces, fueron grandes amigos–, le dijo, con gran dolor, a José Antonio Labordeta: «Se ha roto el alambre que lo sostenía todo».

Carlos era noble y sencillo, irónico, íntegro, valiente, auténtico, humano, defensor de la libertad y la dignidad de los suyos. Erudito del arte, creaba canciones, y dominaba músicas diversas: copla, trovo, tango, fado o murgas de carnaval. Sin padre desde los cinco años, tuvo que trabajar muy pronto; y sin relación con el cante, ni avales de nadie, llegó a ser un artista universal. Con solo 18 años emigró a Suiza y Alemania, después a Barcelona, donde estudiaba electrónica y trabajaba de albañil, y, a su vuelta, junto a Juan de Loxa y Antonio Mata, creó Manifiesto Canción del Sur.

Con una guitarra y una canción empezó a militar en un andalucismo humanista, próximo al dolor del pueblo, sin banderías políticas. Nunca quiso ser cantante, solo «escribía canciones por necesidad íntima», y el motivo de su grito, afirmaba, «no emerge desde la política, sino desde la soledad del individuo». Murió el 19 de diciembre del 2000. A la capilla ardiente, ubicada en el Ayuntamiento de Granada, asistieron más de 20.000 personas.

Adoraba su ciudad, sus calles y sus gentes, hablaba con ellos, de ellos aprendía y para ellos recitaba. Siempre defendió a los débiles, a los que cantaba hasta emocionar y emocionarse, cuando, por ejemplo, en la ‘Murga de los currelantes’, afirmaba: «Manuel, con el cacique qué vas a hacer…». En 1998 fue reconocido por la UNESCO como Artista por la Paz.

En el 25 aniversario de su muerte, la Corrala de Santiago ha organizado un ciclo de cine, documentales y conciertos; el documental sobre María la Portuguesa ha ganado el Festival de Cine Internacional Federico García Lorca de Granada; se ha lanzado el disco ‘Tierra. El Hombre Garabato canta a Carlos Cano’ de este grupo granadino; se ha puesto en marcha un concurso de relatos ‘Carlos Cano, La Voz de Andalucía’ para alumnos de Educación Primaria, y un concurso de ilustraciones en Secundaria; la Universidad le organizará unas jornadas; y, en diciembre, habrá un concierto de grupos emergentes interpretando sus canciones.

Para el año próximo, ochenta aniversario del nacimiento del poeta, las distintas administraciones deberían volcarse en esta efeméride, pues aunque Carlos Cano sigue teniendo el reconocimiento y el calor del público, sin embargo, las Instituciones granadinas, salvando la Universidad, parecen haberlo olvidado, y resulta difícil poner en marcha cualquier acontecimiento que esté relacionado con su figura. ¡Quién lo diría!

Su hija Amaranta, que trabaja desde 2010 en reivindicar la figura de su padre, un profeta de su tiempo, de tanta actualidad hoy, por las enormes borrascas que nos acechan, ha descubierto «el inmenso cariño que los granadinos sentimos hacia él, y el enorme respeto y afecto que existe en los diferentes sectores musicales … Era una persona increíble, y es muy interesante que siga escuchándose y siga estando en el recuerdo de todos nosotros».

https://www.ideal.es/opinion/juan-santaella-carlos-cano-testigo-tiempo-20250605234445-nt.html

FOTO : CANAL SUR