8 julio 2025

Cuando se quiere prohibir el velo en nombre del feminismo: «Una vez más les dicen a las mujeres cómo vestirse»

  • Es precisamente en esta disputa que se ha articulado el manifiesto ¡No en nuestro nombre!, redactado por un grupo de mujeres que han querido argumentar su oposición públicamente a estas iniciativas prohibicionistas.
  • Mujeres musulmanas critican en conversación con ‘Público’ que se ignore su capacidad de decisión: «Consideran que somos tontas, que no tenemos nada que decir, que nos han convencido»

    El debate sobre el uso del velo ha vuelto a ponerse sobre la mesa, particularmente a raíz de que las derechas catalanas se hayan tirado al barro para terminar hablando de su posible prohibición total en centros educativos, como es el caso de Junts, o de su equiparación con simbología nazi, tal y como se ha pronunciado Aliança Catalana. Estos últimos, en concreto, llevaron hace menos de un mes al Parlament una moción que incluía, entre otras cosas, modificar la ley contra la violencia machista para incorporar los diferentes tipos de velos como «elementos discriminatorios». La propuesta del partido ultra, finalmente, no salió adelante, con 106 votos en contra.

    No son los únicos. Vox tampoco ha dudado en insistir en varias ocasiones que «el hiyab es una prenda que vulnera la libertad de la mujer». Una preocupación paradójica por parte de los ultras hacia la protección de las mujeres que no está a la altura de su negacionismo de la violencia de género. No en vano los de Abascal fueron los únicos del Congreso que se opusieron al informe para renovar el pacto de estado el pasado mes de febrero. Si bien es cierto que posturas similares se escuchan, asimismo, en el seno de quienes se autoubican en el espectro progresista, de las izquierdas.

    Lo que le puede parecer a mucha gente una iniciativa que claramente defiende los derechos de las mujeres, sin embargo, no tiene por qué ser siempre así. Conviene, como mínimo, considerar el contexto, pues no han sido pocas las veces que algún que otro movimiento con aspiraciones emancipadoras se ha definido bajo parámetros que terminan siendo racistas y excluyentes. Es precisamente en esta disputa que se ha articulado el manifiesto ¡No en nuestro nombre!, redactado por un grupo de mujeres feministas, musulmanas y no musulmanas, que han querido oponerse públicamente a estas derivas excluyentes y han señalado que al menos desde los feminismos no se debería dar rienda suelta a coartadas islamófobas.

    La iniciativa nace como resultado de una inquietud y voluntad de intervenir políticamente ante la extensión institucional de las violencias xenófobas. Como explica Laura Mijares, investigadora de la Universidad Complutense y una de las impulsoras del manifiesto, se trataba de sacar a la luz «lo que estaba sucediendo», no solo en términos académicos, sino en el plano político, aprovechando «esta ofensiva impulsada por la derecha y la extrema derecha» en Catalunya para reactivar un debate que no es nuevo, pero que sí se ha agudizado en el presente.

    El manifiesto denuncia precisamente esta perversión del discurso feminista, convertido en algunos casos en un vehículo para imponer normas que refuerzan estereotipos sobre las mujeres musulmanas: «Hablar de las mujeres musulmanas con hiyab –señala Mijares– es una manera de expresar opiniones islamófobas indirectamente, diciendo que se defiende a las mujeres, que es una manera de salvarlas». La cuestión es que esta retórica de la salvación ignora su agencia y presupone que su decisión de llevar el velo es siempre el resultado de una opresión machista interiorizada, nunca de una opción consciente y significada.

    La cuestión es que se presupone que su decisión de llevar el velo es siempre el resultado de una opresión machista interiorizada, nunca de una opción consciente y significada

    Frente a esta visión reduccionista, el manifiesto apuesta por un feminismo plural, situado, interseccional, capaz de reconocer la diversidad de trayectorias, vivencias y elecciones que atraviesan a las mujeres. De ahí la importancia de escuchar directamente a las afectadas, como ha hecho el Grupo de Análisis sobre Islam en Europa (GRAIS) a la hora de elaborar el estudio ¡Con eso no! Discriminación de las jóvenes musulmanas con hiyab en el sistema educativo, que incluyó entrevistas a jóvenes musulmanas de distintas comunidades del Estado. Muchas de ellas, señala el documento, se han visto forzadas a quitarse el velo para poder asistir a clase, cambiarse de instituto o, simplemente, resignarse a una forma cotidiana de discriminación que no suele recibir la atención que merece. En Parla (Madrid), por ejemplo, se organizó hace unos meses una manifestación de alumnas musulmanas, que apoyó el Sindicato de Estudiantes, para reclamar su derecho a asistir a clase sin tener que renunciar a su forma de vestir.

    En nuestro marco jurídico, estas prohibiciones carecen en realidad de base legal. España, a diferencia de países como Francia o Bélgica, no cuenta con una ley que prohíba el uso del velo en espacios públicos o educativos. Por el contrario, la ley de libertad religiosa garantiza el derecho individual a expresar las propias creencias, y la Constitución establece la aconfesionalidad del Estado, «lo cual obliga a las instituciones a mantener la neutralidad religiosa, pero no a las personas», puntualiza Mijares. La paradoja es que, en la práctica, muchos centros educativos incluyen cláusulas en sus reglamentos de convivencia que, sin mencionar necesariamente el hiyab, prohíben «cubrirse la cabeza», lo cual termina siendo una forma encubierta de esta discriminación.

    María Martínez Collado

    FOTO: Manifestación convocada por el Sindicato de Estudiantes contra la islamofobia y el racismo en los institutos públicos de Parla.Sindicato de Estudiantes

    https://www.publico.es/mujer/igualdad/quiere-prohibir-velo-nombre-feminismo-vez-les-dicen-mujeres-vestirse.html