Ana Orantes supuso un antes y un después. Educación en la igualdad, firmeza en las condenas, solidaridad con la víctimas, esas que, cinco lustros después, todavía hay jueces que confunden con sus verdugos, pueden ser un principio válido para erradicar esta lacra desoladora. Sucedió hace veinticuatro años, mientras un invierno extraño golpeaba los cristales de un cuatro de diciembre. Una ... Leer Más »
