Hubo un tiempo en que Izquierda Unida era un partido serio. No tendría posibilidades para gobernar, pero poseía una dignidad moral que le venía del prestigio y la seriedad de Julio Anguita, califa de Córdoba y voz rotunda que llamaba al pan, pan y a los políticos profesionales, cantamañanas. Luego lo largaron (la excusa fue su enfermedad) y en el ... Leer Más »
