La noche sin dormir únicamente la clausura el alba. Con los ojos abiertos recibe el sonido del despertador, la angustia reflejada en las pupilas. Otra vez hay que levantarse, hacer ese esfuerzo sobrehumano que se asemeja a subir una montaña, a cruzar un río de aguas turbulentas. Bajar un pie, luego el otro y desplazarse hasta la ducha suponen diez ... Leer Más »
