HISTORIA GRANAINA. El Palacio de los Patos
El Palacio de los Patos es un antiguo palacete situado en el centro de la ciudad, en la esquina de las calles Solarillo de Gracia con Recogidas, a escasos 650 metros de la Catedral. Es llamado así por los cisnes de mármol, “patos”, que están situados en la fuente de su entrada principal.
Fue construido por Francisco Giménez Arévalo para la familia Moreno-Agrela a finales del siglo XIX, en 1890. Originalmente estaba situado en el extrarradio y rodeado de huertas.
El edificio principal tiene forma de “H” y está compuesto de semisótano, dos plantas y ático abuhardillado. Es de estilo historicista, y combina arquitectura romántica con elementos industriales. Es un maravilloso ejemplo de villa suburbana de la vega granadina.
Su planta se distribuye alrededor de una escalera imperial de mármol iluminada por un lucernario octogonal, que arranca desde el vestíbulo y que sube hasta el piso superior, abierto y con balaustradas de mármol.
Su fachada principal es simétrica y se centra en un elegante porche de finas columnas de hierro fundido, que sirven de apoyo al balcón principal.
La planta superior está rodeada de un friso cubierto de vanos con celosías geométricas alternadas con grupos de ménsulas.
Está circundado por un frondoso jardín con palmeras, magnolios y parterres, también hay fuentes de estilo árabe y la vistosa fuente que da nombre al edificio.
Originalmente en el jardín estaban situados el edificio para el servicio y un garaje, pero tuvieron que ser demolidos, y parte del jardín ocupado para ensanchar la calle Recogidas en 1951.
Todo el conjunto está rodeado por una verja de fundición sobre un muro de ladrillo y piedra, además de dos cancelas que dan paso al interior.
El Palacio de los Patos está protegido por la UNESCO y catalogado como Bien de Interés Cultural desde 1981.
Actualmente está reconvertido en hotel de cinco estrellas