Juan Carlos García de los Reyes: Entre el urbanismo tradicional y las ‘ciudades del mañana’
Este singular arquitecto y urbanista dirige en Andalucía el estudio GrArquitectos y en Latinoamérica Desarrollo de Ciudades Comprometidas, una alianza estratégica entre diversas consultoras.
En ambos casos, desempeña su actividad en los campos de la ordenación territorial y la planificación urbanística y sectorial, con un claro compromiso social y con la sostenibilidad.
Autor de numerosas publicaciones y artículos de opinión, es un conferenciante incansable por todo el mundo, siempre con viaje de vuelta a su casa, y a su huerto, en Ferreira, en el Marquesado del Zenete y a sus largos paseos por Sierra Nevada.
Entre sus numerosos trabajos podemos destacar el planeamiento del Conjunto Histórico Artístico del Barranco del Poqueira, que agrupa a los municipios de Capileira, Bubión y Pampaneira, y el Plan de Ordenación del Territorio de la Aglomeración Urbana de Granada que ahora cumple 20 años de su aprobación, y el Plan Especial de Protección y Catálogo de la Alhambra de Granada.
Desde hace un tiempo tiene puesto un pie en Sudamérica habiendo participado en la redacción del Plan Metropolitano de Arequipa (Perú), Planes Urbanos Estratégicos en Chile o Planes de Movilidad en Bolivia.
Cuenta con numerosos reconocimientos profesionales entre los que se encuentran los recibidos por sus trabajos sobre Sierra Nevada: bandera de Andalucía por la planificación supramunicipal del Barranco de Poqueira en 2007; nominación al Premio Mediterráneo del Paisaje y la Dedicación del Festival de Música Tradicional de La Alpujarra por sus trabajos sobre la arquitectura y urbanismo alpujarreño.
En Juan Carlos García de los Reyes se combina un arquitecto defensor del urbanismo tradicional con los movimientos que están renovando los paradigmas del desarrollo urbano en las últimas décadas, (‘Nuevo Urbanismo’, ‘Ciudades del Mañana’, ‘Nueva Transición Urbana’…). Y su trabajo está impregnado de los nuevos modelos de las ciudades tranquilas o las ciudades inteligentes que va ‘inyectando’ en sus propuestas urbanísticas.
–Aunque tu ámbito profesional va más allá de Sierra Nevada, en los últimos tiempos incluso «al otro lado del charco», tenemos que empezar hablando de las características singulares de la arquitectura y del urbanismo alpujarreño, ¿sabemos lo que tenemos?
–En pocas comarcas como en la Alpujarra-Sierra Nevada es tan evidente que su paisaje y los elementos que lo conforman –arroyos y barrancos, vegetación, relieves, bancales agrícolas, construcciones. En demasiadas ocasiones, la huella del desarrollismo urbanístico ha terminado por enterrar muchos de los valores urbanos, ahogados por la marca indeleble de la especulación en el diseño de la ciudad. Porque la presión de la especulación ignora cuáles son los verdaderos intereses de los ciudadanos y nos lleva a un desarurales y núcleos de población- constituyen un bien colectivo que sintetiza a la perfección los tesoros naturales y culturales de los que goza esta tierra. Por lo que podemos hablar de la existencia de un sistema ecocultural del máximo valor. Y en este panorama, la arquitectura y el urbanismo tradicional representan una perfecta muestra de equilibrio entre los asentamientos humanos y la naturaleza, y constituyen, probablemente, el más evidente de los distintivos de la comarca. Pero también, en demasiadas ocasiones, asistimos al deterioro de la imagen de nuestros núcleos urbanos lo que supone una pérdida inútil ya que van perdiendo poco a poco su excepcionalidad y su singularidad.
–¿Qué significado tuvo el planeamiento urbanístico del conjunto histórico-artístico del Barranco del Poqueira?
–En numerosos lugares, y en demasiadas ocasiones, la huella del desarrollismo urbanístico ha terminado por enterrar muchos de los valores urbanos, ahogados por la marca indeleble de la especulación en el diseño de la ciudad. Porque esa presión ignora cuáles son los verdaderos intereses de los ciudadanos y nos lleva a un desarrollo mal entendido que abusa de los recursos ambientales y patrimoniales que no son renovables, y que por ello no es sostenible. Me parece acertado y justo que se reconozca la labor pionera que se hizo desde el Barranco del Poqueira, con el apoyo decidido de las instituciones públicas, en defensa de su valiosísimo, a la vez que frágil, patrimonio ecocultural. Además, este planeamiento constituyó todo un modelo para otros municipios, basado en principios de sostenibilidad y de autenticidad cultural, por lo que ha supuesto una significativa contribución a la difusión de los valores de la arquitectura tradicional y del paisaje de alpujarreño. A través de la práctica de un urbanismo muy cercano, que yo llamaría pedagógico.
–¿Siguen vigentes en la actualidad sus propuestas?
–Han trascurrido doce años desde su aprobación y creo que se hace necesaria una reflexión sobre lo logrado, pero también sobre las sombras de la gestión, con el fin de asumir nuevos retos y explorar nuevas oportunidades.
–Podemos entender la casa alpujarreña como ejemplo de adaptación al medio.
–Ya lo creo, puesto que se trata de una arquitectura sencilla, lógica, utilitaria y funcional que busca soluciones eficaces y baratas como respuesta a las necesidades de vivienda, que dan como resultado una arquitectura tradicional de gran belleza, por su perfecta adaptación a las características naturales del medio y al paisaje.
–Esa arquitectura alpujarreña tiene elementos singulares de gran importancia. Uno son los tinaos.
–Son de lo más original de la tipología alpujarreña. Un tinao es una plataforma que prolonga la casa sobre la calle para acceder generalmente al terrao de la casa vecina, creando como un soportal muy apreciado entre los vecinos.
–El otro elemento característico y singular de las casas son las chimeneas alpujarreñas.
–Es que allí las chimeneas son mucho más que eso, ya que ayudan a conformar el sky line de los pueblos. Y por eso han sido consideradas muchas veces como el símbolo representativo de esta arquitectura.
–¿Necesita la Alpujarra la Declaración de Patrimonio de la Humanidad? ¿Es un error plantear esta Declaración sólo como un acicate para la promoción turística?
–Con la perspectiva que me dan más de 25 años de trabajo continuado en esta bendita tierra, creo que esa intención de propiciar la inclusión de La Alpujarra en la Lista del Patrimonio Mundial de la UNESCO, constituye una iniciativa que solo tendría sentido desde una doble visión: primero, el altísimo honor para sus gentes y para las instituciones por considerarse merecedores de tan alta distinción, y segundo, el importante reto que debiera significar avanzar de manera decidida en la adopción de modelos equilibrados y sostenibles, y coherentes con la autenticidad cultural que atesoran estas tierras… lo que debiera requerir una mayor apuesta de todas las instituciones en dicho sentido. Sin embargo, yo siempre he considerado que esas declaraciones pomposas constituyen un honor y una responsabilidad que solo debe llegar como consecuencia de un trabajo bien hecho. Y creo sinceramente que aún no se dan esas circunstancias…
–¿Qué opinas de la proliferación en algunos pueblos alpujarreños de lo que denominan eufemísticamente «estructuras de cultivo con mallas antigranizo»?
–Pues eso, que es un eufemismo, porque al fin y al cabo son invernaderos que alteran gravemente el paisaje … pero, claro, también son una respuesta local a su desarrollo, que debiera hacer pensar a las administraciones sobre la soledad del mundo rural… al que no estamos apoyando suficientemente.
–¿El despoblamiento es una amenaza para los pueblos nevadenses?
–Evidentemente, y la tendencia es terrible… y con eso perdemos todos. Por eso deben implementarse muchas más ayudas para hacer atractiva la vida en estos lugares, porque es obvio que no están siendo suficientes las actuales.
–¿Qué opinas de la nueva estructura del Gobierno andaluz, con la separación de ordenación del territorio de medio ambiente y la inclusión de Desarrollo Sostenible en Agricultura, Ganadería y Pesca?
–Pues tengo sentimientos encontrados… porque, aunque conceptualmente no concibo que lo territorial y lo ambiental deban tratarse de manera separada, sin embargo, en los últimos años también se ha observado que esa suma ha conducido a una menor agilidad en los procedimientos administrativos y una tediosa burocracia cuyos resultados siempre han llegado tarde… y eso también es fatídico. Ya veremos cómo se enfocan estos aspectos.
–Con el nuevo Gobierno andaluz vuelve la idea del teleférico y de la ampliación de la estación de esquí de Sierra Nevada. Desde el punto de vista del urbanismo y de la movilidad ¿qué opinas de estos proyectos?
–Espero que en realidad no vuelva esa idea… Tengo muy poca confianza en los proyectos estrella como solución (casi siempre demagógica) para resolver las cosas. Yo creo que la estación de esquí tiene sus retos más evidentes ya identificados (reurbanización, mejora de los servicios, armonía, romper su estacionalidad…) y es en ellos en los que debería trabajarse.
–Para acabar ¿qué es una Ciudad Comprometida?
–Una ciudad donde reine la armonía, se incorpore la inclusión, la eficiencia, el respeto al medio ambiente y en la que las personas puedan vivir con dignidad y desarrollarse como ciudadanos. Una ciudad que considere su memoria histórica, desde el entendimiento de que «nada es, sino por lo que ya ha sido». Cuando una ciudad es armónica, la sociedad que la habita es armónica. En cada caso, el paisaje urbano y periurbano hablan con elocuencia de la sociedad que hay detrás.
Pues trabajemos para que haya muchas personas comprometidas que hagan ciudades comprometidas.