Baterías para llevar por 0,5€: el invento que pronto verás en miles de establecimientos
Baterías para móviles para alquilar y devolver en cualquier punto de la ciudad. Como si fueran patinetes o bicis. Una ‘startup’ europea lanzará pronto este servicio en España, y tendrá competencia
Llega el final del día, estás fuera de casa, en un bar, en un restaurante o un hotel, miras el móvil y te queda un 5% de batería. ¿Qué hacer? Este ‘problema del primer mundo’ que seguimos sufriendo pese a más de una década de supuesta innovación en ‘smartphones’ es el que una nueva oleada de ‘startups’ se ha empeñado en resolver. O, al menos, aliviar. Su propuesta para conseguirlo son baterías de alquiler que puedes coger prestadas en cientos de establecimientos y devolver cuando y donde te venga mejor en otro punto similar o incluso llevártelas a casa.
Si esto te suena a las bicicletas o patinetes de alquiler es porque es la misma idea, pero con baterías. En Asia, sobre todo en China, el sistema lleva ya varios años en marcha y arrasa (solo cinco compañías allí han levantado 300 millones en fondos desde 2017). Ahora, una de las empresas que aspiran a ser la número uno en Europa se prepara para llenar las principales ciudades españolas con torres de cargadores listos para alquilar. Porque, al igual que ocurrió con los VTC, las bicis y los patinetes, lo que se lleva ahora es la estrategia de ‘tierra quemada’: no gana quien llega primero, gana quien logra inundar las calles con su producto. Arrasar el mercado para que el usuario recuerde tu marca y descargue tu ‘app’ antes que la de la competencia.
Qué debes hacer (y qué no) para alargar la batería de tu ‘smartphone’ al máximo
«El modelo es simple: queremos que tengas un cargador disponible a menos de 100 o 200 metros de donde te encuentras y que sea superrápido y barato«, explica a Teknautas Tim Rucquoi-Berger, cofundador de Naki Power, una ‘startup’ belga que ya funciona en siete ciudades europeas, entre ellas Ámsterdam, París, Múnich y Bruselas. La empresa comenzará a operar este mes en Madrid y Barcelona con unos pocos cientos de estaciones de carga ubicadas en cadenas de hoteles, restaurantes y bares, con la idea de superar las 500 en cada ciudad durante los seis primeros meses.
¿Cómo funciona el sistema? Llegas a un bar o un restaurante y en algún lugar, en la barra o en un rincón, verás una especie de cajón con ranuras en las que se guardan hasta ocho baterías individuales. Basta descargarte una ‘app’, escanear el código QR impreso en el frontal del cajón y listo, una de las baterías queda liberada. Cuentan con tres pequeños cables para cargar todo tipo de móviles (mini-USB, USB tipo-C y lightning para iPhones). Por cada media hora pagas 0,5 euros, hasta un máximo de seis euros al día durante cinco días. Puedes devolverlo cuando quieras en una de las ‘estaciones’ distribuidas por bares y restaurantes de la ciudad. O quedártelo para siempre, en cuyo caso acabarás pagando 30 euros en total, lo cual sale relativamente caro: una batería similar cuesta ahora solo 20 euros o menos.
«Queremos crear una red europea. Imagina un alemán que se viene de vacaciones a Barcelona, puede usar esta red de baterías igual que en Alemania, y al mismo precio. Es algo que el resto de compañías no ofrece», explica Albin Tiusanen, uno de los cofundadores de Naki Power. Esta ‘startup’ paga al establecimiento entre el 10% y el 20% de lo que genere el alquiler de baterías a cambio de reservarles un pequeño espacio. «Si un cliente tiene que cargar el móvil mientras come, cena o toma algo, es probable que se quede un poco más de tiempo y consuma más también, para ellos tiene sentido. El consumo de electricidad es mínimo, les compensa».
La apuesta de Naki parece seria. Rucquoi-Berger, uno de los inversores europeos más reconocidos del sector, fue cofundador de Circ, el que hasta hace poco era el ‘rey de los patinetes’ en España. La aventura no le salió bien. Circ fundió 50 millones, Tim se retiró del día a día, y su socio en la empresa, el millonario polaco Lukasz Gadowski, decidió vender recientemente a Bird por unos 20 millones de euros a cambio de 75 millones de inversión en su nuevo dueño, según fuentes conocedoras de la operación. «Digamos que ahora soy accionista de Bird», se ríe resignado. «No quiero volver a oír hablar de los patinetes«.
Ahora prueba suerte con Naki, para la que ha reunido cerca de un millón de euros de capital inicial (buscan cerrar en breve cinco millones adicionales), y un equipo fundador internacional entre los que se encuentran, además de Tiusanen (creador de la web de juego online Paf.es y del portal inmobiliario de lujo Nordicstandard.es), el emprendedor Fredrik Hjelm (cofundador de la firma de patinetes Voi) y Julien de Mayer (ex de Rocket Internet y Circ). Emprendedores e inversores en patinetes, viviendas de lujo y juego ‘online’ metidos a las baterías de alquiler. ¿Qué puede salir mal?
«A nosotros nos está funcionando muy bien, me ha sorprendido. Llevamos con ello desde el verano y cada día hay como entre siete o 10 personas que lo usan. Es un servicio adicional que das al cliente», señala a Teknautas la encargada del bar La Galería de Florida, en el Parque del Retiro de Madrid. Es uno de los 110 puntos de recarga que otra ‘startup’, la madrileña Bat2Go, tiene en Madrid. Funciona también en Barcelona, con unas 40 estaciones, y subiendo. «Es un mercado que en España está apenas empezando. Nosotros tenemos ya 12.000 usuarios y unos 500 a la suscripción mensual de 9,9 que te permite uso ilimitado», explica el cofundador de la empresa, Rafael Vázquez, de 29 años.
Bat2Go es algo más barato que Naki, la primera media hora cuesta 0,5 euros, pero luego cobran un céntimo de euro por minuto. Es decir, cargar durante 45 minutos sale por 0,65 euros (con un límite de 4 euros diarios) mientras que Naki cobraría un euro. Sin embargo, las baterías de Naki son algo más rápidas: con una capacidad de 5.000 mAh, 3,7V y 18,5Wh (equivalente al estándar de carga rápida Quick Charge 3.0), en media hora puedes cargar hasta el 60% de batería del móvil, mientras que las de Bat2Go se quedan por debajo del 50% en el mismo tiempo (5.500 mAh y 5V/2A, equivalente a Quick Charge 2.0).
Con tres cofundadores y apenas 15 empleados, Bat2Go fue la primera en probar suerte en nuestro país. Poco después lanzó Power2Go solo en Barcelona. Ambas son pequeños negocios con poco más de 10 empleados. Naki, con presencia en varios países y varios millones en el bolsillo, espera llegar y barrer a la competencia española. Pero no lo tendrá fácil. «Esto no es como los patinetes o las bicis, que puede haber dos o tres operadores en una misma zona. Aquí, una vez un bar, un hotel o un restaurante ya tiene cargadores de alquiler instalados, no quiere más. Puerta cerrada», dice Tiusanen.
Es posible ‘hackear’ los cables, sustituirlos por otros que envíen datos de tu móvil a un tercero. La tecnología existe
No es el único inconveniente que se van a encontrar. Especialistas en ciberseguridad consultados señalan un peligro potencial de usar estas baterías externas. «Es posible ‘hackear’ los cables, sustituirlos por otros que envíen datos de tu móvil a un tercero. La tecnología existe. Requeriría que un ciberdelincuente alquilara una batería, cambiara los cables incluyendo un módulo wifi dentro y en teoría es posible interceptar tus datos. Se ha logrado antes, aunque no es sencillo», explica Jorge Soydelbierzo, especialista en ciberseguridad. «Es improbable que puedas hacer algo así, detectaríamos si las baterías han sido manipuladas», dice Rucquoi-Berger.
Está por ver si este negocio que mueve millones en China funcionará en Europa y ahora en España. Hoy, que las baterías de los móviles duran prácticamente un día entero (y más en teléfonos de gama alta), alquilar baterías se hace más prescindible que hace tres años, cuando las grandes firmas asiáticas comenzaron a inundar las ciudades con este invento. En España ya sabemos qué ocurrió con la invasión de bicis eléctricas de alquiler de marcas chinas: muchas ‘startups’, como Ofo, acabaron en la quiebra. «Es un negocio diferente y creo que de verdad solucionamos un problema», dice Tiusanen. «Aunque, como cualquier ‘startup’, esto es una apuesta».