22 noviembre 2024

45 pueblos de la provincia aguantan la pandemia sin casos de coronavirus seis meses después

Los municipios libres de Covid desinfectan y no han abierto sus piscinas pero reconocen que en esto, influye el azar

Antonia Martínez, 88 años, está atrincherada en su casa con todo recogido y una bata de flores fresquita. Sobre el sofá, hay un tapete de croché para protegerlo del roce de las cabezas y la penumbra que hacen las cortinas, aleja la habitación del verano y parece que también del virus que se irriga hasta pueblos recónditos donde a duras penas se superan los 300 vecinos.

Pero allí no hay. Antonia vive en Valderrubio, uno de las 45 localidades de la provincia de Granada que están (todavía) limpias de coronavirus. Ni un solo caso aunque, como en este municipio, se encuentren rodeados de localidades con vecinos que sí han enfermado.

Mariola Maza es la vigilante de seguridad de Valderrubio, que apoya la labor del único policía local que existe. Esta mañana visita a Antonia y le ayuda a colocarse la mascarilla mientras le ofrece otra de repuesto. Mariola también se encarga de disuadir a los niños de los parques cuando se revolucionan y se agolpan y se acerca a los bancos cubiertos de jóvenes para recordarles que se tienen que tapar la boca.

El casi medio centenar de pueblos que se ha librado del coronavirus en la primera ola y también en los rebrotes son, en su mayoría, pequeños pero también los hay de más de 1.000 habitantes y hasta de más de 2.000 como Torrenueva Costa, que es el más grande sin positivos, aunque en estos datos que aporta la Junta, tan solo se tienen en cuenta a los empadronados, no a los que estaban por allí de visita.

Pueblos como Otívar, Cádiar, Pedro Martínez, Orce, Nevada, Chimeneas, Játar y Gobernador, son algunos de los tocados con esta suerte.

Los alcaldes consultados que gobiernan en pueblos libres de Covid no se atreven a decir que todo se deba a las medidas de seguridad que han aplicado. Sí se muestran muy concienciados y les consta que otros también lo han hecho bien y les ha tocado la china. Por eso, se alegran cuando enumeran cómo se protegen en su pueblo pero saben que el azar juega un papel importante a la hora de ser territorios sin coronavirus. Además de la desinfección extrema, las localidades sin contagiados han sido firmes y no han abierto piscinas municipales o parques. Han preferido soportar esa tormenta de verano de los usuarios que tener ahí un coladero para el virus.

Valderrubio con 2.086 habitantes y sin casos de Covid es uno de los municipios donde se ha cuidado al detalle el blindaje del pueblo ante el contagio. En ese espacio de Lorca y tabaco rubio el alcalde, Antonio García, se encarga de desinfectar con un vehículo municipal o a mano. «Tenemos un operario y está haciendo tras cosas así que a mí no me importa encargarme de la desinfección», explica el regidor que apunta que esta limpieza exhaustiva se hace en los parques, en el centro de salud, en los bancos y en todas las calles. La temperatura se le mide a todo el mundo, hasta a los albañiles que trabajan en una obra municipal en la calle y a todos los negocios (73 tienen) se les ha dado hasta 500 euros para comprar material y protegerse. La concejala Miriam Martín cuenta cómo desde que empezó el confinamiento se han volcado por intentar frenar la entrada del virus. «Organizamos una red de 30 mujeres del pueblo que elaboraron 7.500 mascarillas que repartimos por muchos sitios. Desde el principio intentamos cuidar a nuestras trabajadoras de ayuda a domicilio y buscamos material de protección como pudimos», expresa. «Sí, fui a comprar mascarillas a cinco euros…», recuerda junto a ella, el alcalde.

Sin duda la iniciativa más emotiva de Valderrubio ha sido la creación de una ‘escuela’ de apoyo para los niños que han querido recuperar ese tiempo perdido y ponerse al día en las materias. Están en el salón de actos del Ayuntamiento, en dos grupos de doce, con distancia de seguridad, con mascarilla y con Raquel, una maestra del pueblo. En este espacio hay silencio e interés y disciplinados hacen sus tareas a pesar de que fuera es verano. «Ha sido muy bien acogida esta iniciativa y queremos mantenerla hasta diciembre», dice el alcalde que apunta que le hacen PCR frecuentes a los profesores.

Limpieza y suerte

El regidor de Torrenueva Costa, Plácido Lara, no tiene una explicación de por qué su pueblo sigue limpio seis meses después de que saltara el virus. «No lo sé, la verdad, no tengo ni idea. Las cosas las hemos seguido haciendo igual que este invierno. Hemos seguido desinfectando, baldeando, manteniendo mucha limpieza. Este verano la hemos reforzado como nunca en la playa: abrimos duchas y pusimos a tres personas limpiando barandillas, baños… pero supongo que otros pueblos también han hecho esfuerzos y no han tenido esta suerte», explica Lara.

El paseo de Torrenueva Costa está más tranquilo que nunca a las seis de la tarde porque este año no pasan coches para que los peatones tengan más espacio. Los negocios también están cerrados, en su mayoría, en esta hora del letargo. «He vendido mucho menos, claro que se ha notado. La medida del paseo está bien pero no me parece correcto que los vigilantes prohiban los hinchables (flotadores, colchones) cuando la normativa solo los desaconseja», se queja Manuela que regenta una tienda de souvenirs llena de estos juguetes de plástico a los que no ha conseguido dar salida. Las mascarillas fluyen entre los mayores en la playa torreña donde hay carteles con el protocolo Covid bien explicado. No cunden tanto las mascarillas entre los jóvenes que pasean o preparan la tabla con ella bajada en bastantes casos, a pie de playa.

El alcalde, Plácido Lara, reconoce que «claro que había miedo» ante la llegada de los visitantes veraniegos a su pueblo pero que en la playa «no ha habido aglomeraciones» y se ha estado mejor que nunca sin reservas de espacio. «Seguiremos rezando para que no haya ningún caso y poniendo medidas», avanza.

Sin importar las críticas

Lola Pastor, alcaldesa de Nevada (1.050 habitantes) apunta que estar libres de Covid es tener «mucha suerte» pero que desde el principio, tomaron medidas de higiene y concienciación que cree que también han surtido efecto. «Este verano ha venido más gente que nunca al pueblo, todas las casas viejas han estado abiertas», comenta la alcaldesa que dice que había miedo y que, como tantos municipios, decidió no abrir la piscina municipal. «Iba a tener un aforo de 35 personas y podía haber conflicto. No me importan las críticas: he mirado por la salud de los vecinos», señala Lola Pastor.

En Chimeneas, pueblo sin contagios, el alcalde, Pedro Salvatierra, cuenta cómo el polideportivo sigue cerrado. «Vinieron los chavales que juegan al futbito a mi casa y les expliqué lo que había… no esperaba que fuesen tan responsables», señala este regidor que pondrá «todos los medios» para que no entre el virus.

Juan Antonio Fernández, alcalde de Pedro Martínez, otro paraíso sin coronavirus, expresa que ellos han puesto «mucho de su parte». «Me he levantado a las cinco de la mañana para desinfectar o a las cuatro porque me han avisado de que había un botellón pero… no ha habido nada de esto», señala este regidor que cuenta que hay quienes se quejan del líquido de desinfectar en sus coches. «Lo siento, es lo que hay», mantiene este alcalde que tiene cerrados la piscina, parque, hogar del pensionista… «Tenemos una población muy mayor. Si el virus entrase aquí, podría ser un desastre», expresa. Por ahora, mano dura contra el bicho y cruzar los dedos como todo

FOTO:Antonio García, alcalde de Valderrubio, se encarga de la desinfección de las calles de su pueblo. / PEPE MARÍN

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