21 noviembre 2024

En 1905 se inicia con la total aprobación del Ayuntamiento y de su Alcalde, D. Juan de Dios Osuna Rueda, una nueva etapa dentro de la vida social y cultural de Atarfe .

El 21 de marzo se somete a la aprobación  del Pleno del Ayuntamiento el Reglamento por el que nacía una Sociedad Obrera de Socorros Mutuos a la que denominaron La Lira y cuyo objetivo era el socorro económico de sus asociados en apocas calamitosas o en caso de enfermedad.

A través de 41 artículos se organiza detalladamente todo el funcionamiento de la asociación, cuyos marcados fines sociales despertaron el interés del vecindario. Era fácil formar parte de esta sociedad, sólo se necesitaba ser obrero, saber leer escribir y tener más de 14 años.

Al frente de la misma se situaba la Junta Directiva, la cual había sido elegida en sesión extraordinaria por la Junta General y estaba formada por siete asociados que desempeñaban los cargos de: presidente, vicepresidente, tesorero, secretario, vicesecretario y dos vocales. Según sus enunciados, debía funcionar le manera autónoma e independiente; sin embargo, en la práctica fue necesaria la colaboración económica del Ayuntamiento.

Como única vía para conseguir fondos para la Asociación, crearon una escuela de música y con ella la primera banda de música de Atarfe.

La escuela impartía sus clases en horario nocturno, estando obligados sus alumnos a abonar una cuota diaria (sin especificar cuantía), antes de empezar la academia o lección de música, no eximiéndose de la obligación del pago de la junta la no asistencia a las clases. Con dichas cuotas se preveía sufragar los honorarios del profesor de música y con los trabajos que la banda realizara, más que recaudara en concepto de multas expulsiones de socios, se destinaría al Fondo de Socorro, el cual se repartiría en la forma y cuantía que designara la Junta General.

Al no disponer la asociación de fondos propios y siendo necesaria la adquisición del instrumental propio de la banda de música fue presentada en el ayuntamiento una solicitud para que éste adelantase el yago de los instrumentos que ascendía a 347 pesetas. Esta propuesta es debatida en pleno y aceptada. Con 2.000 pesetas de superávit del ejercicio de 1904, más 2.375 pesetas recaudadas en concepto de arbitrio de piedra, se abona a la casa Miñana e Hijo de Ubeda (Jaén) el dinero necesario para que la banda de música de Atarfe contase con los instrumentos que necesitaba.

Asimismo se concretaron una serie de puntos que quedaron fijados en un contrato suscrito entre la sociedad obrera y el ayuntamiento. Por parte del ayuntamiento firmaba este contrato el Alcalde D. Juan de Dios Osuna Rueda y los concejales D. Ángel Ruiz  Cabello y D. Daniel Sánchez Jiménez y por parte de la sociedad obrera, toda su Junta Directiva.

Los puntos más importantes eran los siguientes:
1 El dinero se devolvería en un plazo de seis años, contados a partir de 1906, para lo cual cada alumno abonaría al día la cantidad de 10 céntimos.
2 La banda debería realizar una velada de dos horas de duración en la plaza de la Constitución de 9 a 11 de la noche, todos los domingos comprendidos entre el 1 de mayo y el 15 de junio y el 1 de agosto y 15 de septiembre.
3 Asistencia obligada en las procesiones de la Soledad el día del Viernes Santo, en la del 31 de mayo y Viático a los enfermos impedidos.

Aunque el número de alumnos y por tanto de ingresos iba en aumento, los gastos que originaba la banda de música eran excesivos y tras dos años escasos de funcionamiento, en 1907 Don José Jiménez Gómez, presidente de la sociedad, solicita del ayuntamiento una subvención de 971 pesetas anuales por espacio de cuatro años, para atender al pago del sueldo del director de la banda de música. Este hecho entrañó una dura polémica entre los propios concejales de la corporación y el resultado fue que el ayuntamiento decidió hacerse cargo del pago del profesor de la escuela y director de la banda de música, a cambio de que la sociedad renunciase a la propiedad y derechos adquiridos sobre el instrumental, con lo cual la banda de música pasó a ser municipal y la sociedad obrera dejó de cumplir los compromisos sociales que reflejaba en su reglamento.

No se tienen testimonios escritos del futuro de la banda municipal ni de la sociedad obrera hasta 1931, fecha en que D. Manuel Torres Navarro, concejal del Ayuntamiento, presenta un escrito firmado por 10 miembros de la antigua banda municipal, manifestando su deseo de que ésta vuelva a funcionar en el municipio. Para que esto sea posible, el ayuntamiento debería
abonar el sueldo del director de la banda (5 pesetas diarias, más billete de ida y vuelta en tranvía desde Granada), reparar el instrumental que aún se conserva y adquirir el que falta, lo que supondría un gasto aproximado de 1.500 pesetas.

El Ayuntamiento aprueba en pleno esta propuesta y se contrata a D. Juan de Dios Ibáñez Morata para que ocupe el puesto de director de la banda municipal, aunque ésta solo se mantuvo por espacio de tres años. El 25 de junio de 1934 se presenta ante los miembros de la banda municipal un contrato para convenir las condiciones del nuevo funcionamiento. Este contrato no es aceptado por los miembros de la banda, negándose a firmarlo.

Entienden que la intervención municipal es excesiva y argumentan que “están dispuestos a continuar su labor artística y a prestar servicios musicales al ayuntamiento en la forma y condiciones que los han venido realizando, pero sin aceptar ni suscribir cláusula alguna que pueda rozar su dignidad”.

Tres son los artículos que generan una mayor polémica dentro de los miembros de la banda:
Art. 2: “El ayuntamiento designará un concejal que intervenga en todos los servicios de la banda, sin que pueda prestarse ninguno sin su conformidad”.
Art. 6: “La banda será apolítica, sin perjuicio de la ideología de cada uno de sus individuos”.
Art. 7: “Será motivo de rescisión de ese convenio, el que la banda se niegue o deje de prestar algún servicio dentro de la localidad sin causa justificada o por cuestiones políticas o religiosas”.

Al no firmarse este contrato, el ayuntamiento disuelve oficialmente la banda municipal, aunque aún hubo dos intentos más para volver a formarla. El primero fue en abril de 1936. La sociedad obrera había desaparecido de la vida social del municipio, si bien había surgido con el mismo nombre, La Lira, una sociedad artística cuyos estatutos, fueron aprobados por el Gobernador Civil
de Granada el día 9 de abril de 1936. Fue esta sociedad la que promovió el resurgimiento de la banda, pero las negociaciones quedaron interrumpidas al estallar la Guerra Civil española.

El segundo intento lo protagonizaron las organizaciones  juveniles de la FET y de las JONS en 1940 y tampoco en esta ocasión dieron resultado. Nada se volvió a saber de la sociedad obrera ni de la asociación musical, ambas desaparecieron por completo de la vida de los atarfeños y el deseo de que nuestro pueblo tuviera una banda de música sólo quedó en el recuerdo de los 22 músicos que durante casi cuarenta años intentaron con todos sus medios darle forma . Ellos y la labor social y humana que realizaron merecen al menos el recuerdo y la gratitud de todos los qué casi un siglo después intentamos que se haga realidad aquel sueño.