Sierra Elvira es una pequeña elevación montañosa, de solo 18 km2 de superficie, que emerge dentro de la gran llanura de la depresión de Granada. Desde el punto de vista geológico, se localiza en el dominio Subbético (medio) de las Cordilleras Béticas.

Los materiales que la conforman abarcan un periodo de edad comprendido entre el Trías y el Mioceno, y poseen litologías variadas,que van desde las arcilloso-evaporíticas de los materiales triásicos a las carbonatadas y margosas del Jurásico yMioceno. El contorno de esta sierra está compuesto por materiales arcillosos y conglomeráticos (en sectores muy concretos, también por gravas y arenas) de edad Plioceno-Cuaternario, del relleno postorogénico de ladepresión antes aludida de Granada. Así pues, Sierra Elvira representa la emersión del sustrato geológico que
subyace bajo la depresión de Granada.

Los materiales carbonatados de Sierra Elvira, compuestos por dolomías y calizas de edad jurásica, constituyen un buen acuífero por karstificación; los conductos abiertos en las rocas, por fracturación y posterior disolución de estas, permiten el paso y almacenamiento de las aguas subterráneas. Este acuífero tiene una superficie de afloramiento de 9 km2 y una potencia mínima de 200 m.

El substrato (fondo) impermeable está constituido por materiales margosos y evaporíticos de edad triásica, los mismos que afloran en el sector central de Sierra Elvira, entre las elevaciones de Los Morrones, al Oeste, y de Los Tres Juanes, al Este. Los bordes laterales del acuífero vienen delimitados por fracturas de gran salto vertical (fallas normales), que ponen en contacto a los materiales carbonatados jurásicos con los detríticos pliocuaternarios del relleno de la depresión de Granada. En general, la impermeabilización del embalse subterráneo es buena en los bordes Norte, Noroeste y Este, en donde dominan las arcillas. Por el contrario, el borde Sur (y Suroeste) limita con materiales aluviales (gravas y arenas, fundamentalmente) del acuífero de la Vega de Granada,
por lo que es de naturaleza permeable; en ese borde, el acuífero de Sierra Elvira trasmite agua, de forma oculta (bajo la superficie del terreno), hacia el gran acuífero de
la vega de Granada.

La alimentación del acuífero de Sierra Elvira procede de una parte, de la infiltración del agua de lluvia caída sobre su superficie, lo que representa unos aportes anuales próximos a los 3 hm3. Otra parte es cedida bajo el subsuelo desde otros acuíferos carbonatados situados más al Norte, en conexión hidráulica bajo el relleno de la depresión de Granada. Estas entradas ocultas, estimadas
en otros 3 hm3/año, circulando a gran profundidad, serían las responsables del termalismo de las aguas, el aspecto quizás más característico y sobresaliente de este pequeño acuífero de Sierra Elvira.

La temperatura de emergencia es del orden de 32ºC, muy por encima de las temperaturas consideradas normales para las aguas de la región, en torno a los 15ºC. Como es conocido, las aguas incrementan su temperatura en aproximadamente un grado por cada 33 m de profundidad. Así pues, nada tiene que ver el termalismo de las aguas de Sierra Elvira con la existencia de un volcán dormido, como se suele oír aún contar a las gentes de la Vega de Granada, a lo que invita el perfil erguido (señorial) de Sierra Elvira entre el altiplano de la depresión de Granada.

El embalse subterráneo se descarga por su sector occidental, a través de captaciones y de forma oculta hacia el acuífero aluvial de La Vega de Granada; la cota de descarga, en descenso en los últimos años por las extracciones de agua, viene impuesta por el nivel de agua del acuífero de la Vega de Granada en el sector, situado sobre los 555-560 m de cota.

El afloramiento oriental, conectado parcialmente con el occidental, posee unos recursos más modestos, en razón a su menor entidad, y se descarga igualmente por captaciones y hacia el sector occidental antes comentado. Las aguas procedentes del acuífero kárstico de Sierra Elvira presentan, como característica más representativa, un claro termalismo (temperaturas de emergencia de 25 a 35ºC) una salinidad total del orden de 2 g/l y una facies sulfatada cálcica. En relación con los iones mayoritarios, destaca la elevada concentración en sulfatos (entre 650 y 1.000 mg/l), cloruros (entre 300 y 450 mg/l), calcio (entre 200 y 350 mg/l), magnesio (entre 90 y 170 mg/l) y sodio (entre 170 y 225 mg/l).

La analítica de elementos minoritarios indica la existencia de concentraciones  relativamente elevadas de litios, fluoruros y sílice, con valores de 1,5, 2 y 30 mg/l, respectivamente. Los elementos metálicos también se encuentran presentes en cantidades apreciables, especialmente el hierro y manganeso, solubilizados de la roca por las condiciones reductoras de las aguas, responsables del
desprendimiento de gases sulfurosos propios de aguas termales y profundas.

Estas características generales infieren a las aguas un carácter poco idóneo como aguas de bebida, si bien son excelentes para balneoterapia y otros usos terapéuticos específicos (incluido en este caso la bebida). En el borde occidental se asientan los conocidos Baños de Sierra Elvira, de dilatada historia. En ellos se puede acceder a las aguas del acuífero a través de una gruta abierta en la roca, en la que aún persisten vestigios de arquitectura árabe. A principios del siglo XX llegó a existir un hotel Balneario, en la época dorada de la balneoterapia española. Hoy día las aguas termales son bombeadas a unas piscinas al aire libre para el disfrute de la población.

No quisiera terminar esta pequeña nota sin llamar  la atención sobre la riqueza y singularidad de las aguas termales y minero-medicinales naturales, de las que afortunadamente tenemos algunos manantiales (tampoco muchos) en nuestras Cordilleras Béticas (Granada, Jaén, Almería y Murcia fundamentalmente). Asociadas generalmente a sierras carbonatadas, en las que el agua circula a gran velocidad, las aguas termales están sometidas a dos tipos de peligros; el más temido es su contaminación por vertidos, ya que los acuíferos carbonatados que las albergan son muy vulnerables a la contaminación; el otro riesgo son las extracciones incontroladas, que merman los recursos y ponen en peligro la sostenibilidad de los aprovechamientos. De ninguno de esos peligros escapa Sierra Elvira, quizás acrecentados por su extrema cercanía a la “civilización”. Cuidemosla.

Artículo editado por Corporación de Medios de Andalucía y el Ayuntamiento de Atarfe, coordinado por José Enrique Granados y tiene por nombre «Atarfe en el papel» pag. 23-24

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