«Dos rutas por Sierra Elvira» por Antonio Ramos Lafuente
Sierra Elvira se levanta en medio de la Vega de Granada, como un excelente mirador natural ofreciéndonos una de las mejores panorámicas de toda esta depresión, y de las numerosas sierras que la rodean, como Sierra Nevada, Almijara, Tejeda, Parapanda, El Pozuelo, Harana y Huetor.
A sus faldas, en Atarfe, se sitúa el primer asentamiento de la ciudad de Granada. Asi mismo, las gentes de la vega hablan de la existencia de un volcán en sus entrañas. Desde tiempos inmemoriales se ha extraído mármol y áridos de su roca, lo que unido a la gran presión humana que ha padecido como el pastoreo, caza, talas, etc., ha modificado en buena manera su paisaje, quedando pocos rincones que guarden su fisionomia natural.
A continuación se describen dos itinerarios, el primero de escasa dificultad y orientado a la observación de los restos de encinar que aún conserva, y otro de mayor dureza, encaminado a hacernos disfrutar del maravilloso paisaje que se observa desde su cumbre más alta: Elvira o Morrón de Enmedio, de 1.099 metros de altitud.
Circular desde la ermita de los Tres Juanes
Partimos del aparcamiento que hay antes de la última subida hacía la Ermita de los Tres Juanes y nos dirigimos en dirección Noreste hacia el Cerro del Tajo. En las proximidades del Tajo lo abandonamos y ascendemos a su cumbre para contemplar las maravillosas vistas que nos ofrece: Sierra Nevada, con sus imponentes picos, la Vega, Atarfe, etc. Volviendo al camino, y en dirección noroeste, nos internamos en un pinar de repoblación de pino carrasco, por una vereda, que a media ladera y entre pinos, nos conduce a la Atalaya, lugar de estupendas vistas como el mirador anteriormente descrito, a las que hay que añadir panorámicas del Pantano del Cubillas así como la sierra del Pozuelo, Moclín y su castillo, última frontera del reino nazarí.
Tomando nuevamente el camino en la misma dirección, dejamos a nuestra izquierda las grandes antenas de telecomunicaciones que impactan en el entorno, bajamos por una vereda que se interna en un encinar bien conservado entre el que podemos observar, además de la encina como árbol predominante, coscojas, espantalobos, jaras, romero, marrubio, enebros, etc.
En el encinar se pueden escuchar numerosas aves como el mirlo, la tórtola, pinzones, abubillas, currucas,reyezuelos, etc. Esta misma vereda nos conduce hacia una pista forestal asfaltada, la cual tomamos en dirección derecha y bajamos hacia el área de descanso, la que atravesamos y continuamos por una vereda entre encinas. Después de una corta subida, llegamos a una caseta abandonada, localizándonos en una antigua cantera de piedras, observándose en el paisaje, restos de la actividad extractiva de la misma. En este punto, tomamos dirección sur, por una vereda que conduce a una pista foretal, por la que se continúa hacia la derecha, llegando al punto de partida.
El recorrido se puede hacer en unas 2 horas o 2,30 horas. No presenta ninguna dificultad, salvo alguna subida que nos puede hacer sudar un poco. Cualquier época del año es buena para realizarlo, siendo recomendable si se hace en verano, llevar agua y madrugar un poquito.
Elvira (morrón de Enmedio)
Partimos del mismo lugar que en el itinerario anterior, pero esta vez en dirección oeste, por la carretera. Al finalizar una fuerte pendiente de ésta, sale un desvío hacia la derecha por el que continuamos. El camino discurre por un bosque de repoblación de pino carrasco, llegando a un cruce. Si cogemos el camino de la derecha nos dirigiremos a las antenas, antes citadas. Nosotros cogeremos una vereda a la izquierda, que por entre el pinar, y entre llaneos y bajadas nos conduce a una colada.
Por el entormo se pueden escuchar carboneros, herrerillos, jilgueros,etc. Llegamos al Collado de los Pinos en donde nos encontramos de nuevo con una encrucijada de veredas y caminos: a la derecha se va hacia Caparacena y hacia la izquierda bajamos a la Moleona y el cortijo Marugan, donde el agua brota de forma exquisita y en donde en el siglo XIX, aparecio una imperionante necrópolis visigoda, que atestigua el pasado de Atarfe.
Continuando el camino que llevamos, el paisaje nos muestra los puntos culminantes de Sierra Elvira: a la izquierda, el Piorno de 1.082 metros, en el centro, Elvira de 1.099 y en la derecha, el Morrón de la Punta de 1.051 metros. En dirección norte-noroeste, y por una dura y penosa vereda ascendemos hasta el pico de Elvira. Para que nuestro camino se haga lo menos duro posible, describiremos continuos zig-zag, y cuando nos acerquemos a la cumbre y el camino se empine aún más, lo rodearemos accediendo a la misma por su cara noroeste.
La subida ha sido dura, pero las vistas que contemplamos una vez que hemos descansado nos reconfortan. Estamos en un estupendo mirador, la vega con sus pueblos a nuestros pies, las sierras antes descritas rodeando la depresión del Genil. Si además contemplamos desde aquí el atardecer, la experiencia habrá valido la pena.
Este itinerario es duro, necesitando al menos un buena forma física y ganas de contemplar estas vistas desde otra perspectiva. Si el cuerpo nos lo permite, podemos completar la excursión accediendo a las otras cumbres, las que se pueden tocar casi con la mano.
FOTO: Morrón de la Punta
Artículo editado por Corporación de Medios de Andalucía y el Ayuntamiento de Atarfe, coordinado por José Enrique Granados y tiene por nombre «Atarfe en el papel»